La ONG Cruelty Free International asegura que esta antigua empleada, a la que mantiene en el anonimato, fue ignorada cuando contó lo que estaba sucediendo a los directivos del laboratorio
En la foto, concentración frente a Vivotecnia en Tres Cantos. En
vídeo, imágenes grabadas por una trabajadora en el laboratorio.SANTI BURGOS /
CRUELTY FREE
BERTA FERRERO
La persona que ha destapado el caso de maltrato animal en el
laboratorio Vivotecnia, en Madrid, no se llama Carlota Saorsa y tampoco es una
activista, como se ha difundido. Las duras imágenes dadas a conocer por Cruelty
Free International fueron grabadas por una extrabajadora de la empresa cuya
identidad se mantiene en el anonimato.
Según explica la organización internacional, esta persona formaba
parte de la plantilla del laboratorio entre 2018 y 2020 y, más importante,
avisó a los directivos de la compañía de las prácticas que sus compañeros
realizaban en la experimentación con animales. Monos, perros, cerdos, conejos,
ratas o ratones sin anestesia, desangrándose en el suelo; la aplicación de
técnicas que causan un dolor y sufrimiento innecesario… todo eso, junto con las
humillaciones y el abuso verbal, lo contó a sus superiores, horrorizada. Pero
no le hicieron ni caso. Así lo asegura Carlos Contreras, el abogado al que
Cruelty Free International recurrió en busca de asesoramiento legal.
Contreras afirma que estas prácticas estaban permitidas, contaban
con el beneplácito de los directivos y eran generalizadas. Varios meses
después, la trabajadora empezó a grabar y a recabar pruebas. A los dos años, se
fue de allí. El resultado son horas y horas de metraje y un informe de más de
70 páginas que está en manos de la Fiscalía de Medio Ambiente.
El abogado asegura que la extrabajadora está “muerta de miedo y muy
traumatizada”. Por eso, la asociación y él van a proteger su identidad incluso
ante los tribunales, a los que van a acudir tanto por la vía administrativa
como la penal como demandantes. “No sabemos quién es Carlota Saorsa, la mujer a
la que están felicitando por la investigación, pero puedo asegurar al cien por
cien que no es ella”. Tampoco les importa que se atribuyan las imágenes a otra
persona. Lo importante, asegura, es que el contenido de la denuncia llegue a
buen puerto. Y, por ahora, lo están consiguiendo.
Katy Taylor, directora de asuntos científicos de Cruelty Free
International, contactó hace un mes con Contreras por un supuesto caso grave de
maltrato en España. Necesitaban un abogado y él, que en 2014 había defendido su
tesis doctoral sobre derecho animal, parecía la persona idónea. “Al principio
dije ‘bueno, vamos a ver…’, porque a veces el sufrimiento en experimentación
animal está cubierto por la ley. Pero cuando me puse a ver las imágenes no me
lo podía creer”, cuenta el letrado. Contreras se sentó con los miembros de la
ONG y se puso a seleccionar imágenes que pudieran difundirse. El resultado ha
sido una bomba informativa que destapó el jueves pasado el diario británico The
Guardian, y de la que se hizo eco el día siguiente eldiario.es.
No es fácil conocer qué se hace exactamente dentro de un
laboratorio donde se experimenta con animales. En este caso se veía, según
cuenta Taylor por correo electrónico, que los peores actos de crueldad no los
cometían solo “uno o dos individuos”, sino que había “una cultura de abuso
verbal y físico”. Es más, según la directora de la ONG, que ha visto todas las
imágenes sin censura, asegura que “el personal existente capacitó al nuevo
personal, incluidos los becarios, para que utilizara técnicas crueles, por
ejemplo, sacudiendo a las ratas para supuestamente someterlas”.
La empresa alemana, cuya sede en España se encuentra en Tres
Cantos, al norte de la capital, realiza análisis de seguridad y toxicidad de
fármacos y de productos sanitarios, biocidas y de las industrias cosmética,
química y agroquímica. Su laboratorio presta servicio a instituciones
científicas, muchas de las cuales ya han exigido una investigación oficial de
lo sucedido. El consejero delegado de Vivotecnia, Andrés König, reconoció el
sábado que algunas imágenes le han resultado “impactantes”.
Miembros de la Comunidad de Madrid se personaron junto a varios
agentes del Seprona en Tres Cantos y recabaron la información suficiente para
cerrar de inmediato y de manera cautelar el laboratorio. Pero no lo anunciaron
hasta el domingo, cuando decenas de activistas llevaban todo el fin de semana
protestando en la puerta de las instalaciones para reclamar que les entregaran
los animales. Este lunes, de hecho, las protestas continuaban y los activistas
se organizaban para continuar allí hasta que se saque a los animales.
No será fácil. Muchos de ellos han sido inoculados con diferentes
virus y tendrán que hacer una cuarentena determinada, según comenta Alberto
Díez, portavoz de la Federación de Asociaciones Protectoras y de Defensa Animal
(FAPAM) de Madrid y experto en temas de experimentación animal. Lo que sí resultará
vital para la investigación, explica, es tener acceso a los protocolos, “porque
en este mundo todo está muy legislado”. “No se puede tocar un pelo a un animal
sin el consentimiento de la Comunidad. El laboratorio hace un informe
justificando por qué debe investigar con animales y la Administración tiene que
validarlo”, cuenta Díaz. Luego, un comité de ética dentro de la empresa se debe
encargar de velar para que se cumpla la normativa de bienestar animal.
En este caso, por las imágenes publicadas, algo ha fallado. Los
ejes básicos del concepto de protección animal en investigación, incide Díaz,
se cimentan en el principio de las tres erres: reemplazo (utilizar otras
opciones siempre que sea posible), reducción (usar el menor número de animales)
y refinamiento (tratarlos con la menor crueldad posible). “Alguna de las erres
se ha quedado por el camino”, insiste. Y una trabajadora anónima ha puesto el
debate sobre la mesa.
EL CSIC SE PLANTEARÁ
SU CONTRATO CON VIVATECNIA CUANDO FINALICE LA INVESTIGACIÓN
El escándalo ha provocado numerosas reacciones en contra del
maltrato animal ocasionado supuestamente por el laboratorio investigado.
Cruelty Free International ha logrado ya casi 250.000 firmas en Change.org para
cerrar la compañía y hasta el Centro Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC), organismo público adscrito al Ministerio de Ciencia e Innovación, se ha
tenido que pronunciar sobre el tema, después de que saliera a la luz que firmó
un contrato en 2020 con el laboratorio de la empresa alemana. “El CSIC
manifiesta el más absoluto rechazo y condena sin paliativos del contenido del
vídeo grabado en las instalaciones de la empresa Vivotecnia, recientemente
difundido, y que muestra estremecedoras imágenes de maltrato animal”, ha
asegurado en un comunicado.
El CSIC ha explicado que apoya firmemente la investigación abierta
por las autoridades competentes de la Comunidad de Madrid para esclarecer lo
acontecido y que obrará en base al resultado de la misma. “Por ello, una vez se
disponga de toda la información necesaria, el CSIC considerará la resolución
del contrato existente con esta empresa”.
El CSIC se ha visto en la obligación de informar “a toda la
sociedad” de que las imágenes del vídeo difundido “en absoluto se corresponden
con la investigación con animales que se lleva a cabo en la institución”. “Toda
la experimentación animal que se aborda en los centros del CSIC se realiza con
el estricto cumplimiento de la legislación vigente y con el respeto escrupuloso
de las recomendaciones éticas internacionales de bienestar animal”, ha
asegurado.
https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2021-04-12/las-imagenes-de-maltrato-animal-en-vivotecnia-fueron-grabadas-por-una-extrabajadora-que-habia-avisado-a-sus-jefes.html
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