LUIS ALEMANY
'Simplemente perfecto', la nueva novela del autor de 'El mundo de
Sofía' enfrenta a un hombre al dilema más clásico de la historia de la
literatura: vivir o no vivir. La respuesta está en el big bang.
El escritor Jostein
Gaarder. RUNE HELLESTAD / CORBIS GETTY IMAGE
"La diferencia entre el idioma noruego, el sueco y el danés es
más o menos como la diferencia que hay entre el español y el catalán. La
sintaxis es muy parecida y el vocabulario está llena de palabras que son
variaciones de la misma forma, pero la melodía es diferente. Se supone que el
noruego es muy musical. Los daneses, que tienen un acento más plano, dicen que
los noruegos hablamos cantando. Me gusta el noruego, es el idioma en el que he
crecido y el único en el que me imagino escribiendo literatura. Bueno, puedo
leer las traducciones de mis libros al inglés y al alemán. Las españolas no,
pero sé que son buenas.Los traductores son dos, un español y un noruego y sé
que trabajan bien porque las dudas que me plantean son importantes".
Jostein Gaarder llama por teléfono y, al presentarse, pronuncia su
nombre de tal manera que Jostein suena igual que Justin. Por eso, la
conversación empieza por el tema del idioma que, además resulta que viene a
cuento. Simplemente perfecto, la novela que el autor de El mundo de Sofía acaba
de publicar en versión digital en el sello Siruela, parece necesariamente
escandinava: la prosa es escueta, casi minimalista, y sus páginas están llena
de naturaleza, de lagos y árboles y de cielos abrumadores de modo que recuerda
a Pan, de Knut Hamsun. También se parece a alguna película antigua de Dreyer,
porque su narrador, Alberto, busca un sentido a la vida y a la muerte en el
cosmos.
"Si recuerda a Pan es porque la naturaleza es una realidad muy
presente en la vida de los noruegos, incluso para los que viven en la ciudad.
El agua, las montañas, la madera... Su presencia es tan poderosa que es difícil
pasarla por alto. Respecto a película del estilo de Ordet... Yo eso no lo veo
tan claro. Pensar sobre la muerte y el amor no es algo propio de los
escandinavos. Es algo que es universal y que está en el núcleo duro de la
experiencia humana. Porque este libro habla del amor y de la muerte y hasta le
diría que el amor importa más que la muerte".
Simplemente perfecto está narrada por Alberto, un hombre de 57 años
que acaba de recibir la noticia de que está enfermo y de que sólo le quedan
unos meses llenos de dolor antes de morir. Hasta ese momento, la vida no ha
estado mal: al hombre no le ha faltado amor ni educación ni un sueldo
razonable. Pero el día del diagnóstico, la mujer de Alberto está de viaje, así
que el enfermo, solo en Oslo, coge el coche, sale de la ciudad y se va a una
cabaña solitaria en la que la familia ha veraneado durante 25 años. Encerrado,
Alberto, escribe y trata de decidir si suicidarse o seguir con vida. La
respuesta le llegará mirando a las estrellas, pensando en el big bang,
empapándose del frío de una noche de primavera en Noruega.
"Creo que, de todos mis libros, éste es el que tiene más de
mí. Reconozco como mías muchas de sus reflexiones de Alberto y de sus
experiencias", explica Gaarder. El mundo de Sofía, el best seller
inolvidable por el que Gaarder se dio a conocer hace casi 30 años, era una
novela sobre el descubrimiento y devoción el conocimiento. Sin embargo, el
Alberto de Casi perfecto sólo a veces es sabio. Otras veces es un poco tonto:
tiende a alardear, coquetea con una antigua amante y se enfada si ésta no entra
a su juego, es orgulloso y le sienta mal el alcohol... Como cualquiera.
¿Por qué crear un personaje tan humano para una novela tan
intelectual? "Porque la literatura trata de entender a naturaleza de la
vida humana y ésta incluye tanto la trascendencia como la banalidad de una vid
particular, llena de pequeñas anécdotas", explica Gaarder.
¿Y lo de la trascendencia? "Fui educado en la religión
cristiana. La Biblia me sigue interesando y veo a Jesús como a una figura moral
muy interesante. Siento todo el respeto por mis amigos creyentes, pero no soy
una persona religiosa. No creo en ninguna verdad revelada ni en ninguna
práctica de fe organizada. Tampoco diría que encaje en la palabra ateo. Si miro
a las estrellas, lo que percibo es misterio, que no es lo mismo que experiencia
religiosa".
La gracia es que Simplemente perfecto significa algo diferente en
abril de 2020 de lo que hubiese significado hace dos meses. "Ahora que el
mundo tiene que convivir con tanto dolor, es inevitable preguntarse por su
sentido. Este libro ofrece algunas respuestas", explica Gaarder. ¿Cómo le
va estos días? "Bien. El aislamiento no es tan severo en Noruega como en
España pero mi mujer y yo estamos estamos aislados de nuestros hijos y nietos.
El Gobierno noruego decretó que las personas de nuestra edad debían permanecer
solas y, de momento, está funcionando. La incidencia en Noruega es muy
baja". ¿Es pesimista? "No. Bueno, soy pesimista en el sentido de que
no ignoro que mucha gente está sufriendo y mucha más gente sufrirá en los
próximos meses por la crisis económica. Pero el ser humano ha pasado por cosas
peores y ha salido adelante. Tendremos al oportunidad de revisar nuestras
prioridades como sociedad, de pensar cómo podemos protegernos unos a otros y
cómo podemos cambiar nuestra relación con el medio ambiente. Ojalá que esta vez
aprovechemos esta oportunidad".
https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2020/05/01/5e9fdf3ffdddffa10d8b45e9.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario