EL ESPECTRO DE LA ROSA
Auditorio Nacional de
Música (Madrid). Sala Sinfónica
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA
NATHALIE STUTZMANN
DIRECTORA
PHILIPPE JAROUSSKY
CONTRATENOR
ÉDOUARD LALO Ouverture du
Roid’Ys
HÉCTOR BERLIOZ Les
Nuits d’ été, opus 7
GEORGES BIZET L’Arlesienne
Suites 1 & 2
AUDITORIO NACIONAL DE MADRID. 22 DE OCTUBRE DE 2016
AUDITORIO NACIONAL DE MADRID. 22 DE OCTUBRE DE 2016
Reza el pequeño programa de mano del Concierto del sábado 22 de octubre:
"No está equivocado el programa de este concierto, aunque lo parezca. Nathalie Stutzmann dirige, aunque podría cantar «Les Nuits d’Ete». Y Philippe Jaroussky canta el ciclo de canciones de Berlioz aunque el compositor francés no las hubiera concebido para un contratenor. Surge de esta aparente confusión y promiscuidad un acontecimiento tan atractivo como coherente. Por la evidencia idiomática -Lalo, Berlioz, Bizet- y porque Stutzmann y Jaroussky han sobrepasado todas las convenciones de la carrera musical, incluso se han despojado de la especialidad del Barroco. No han renegado de él. Ni a él se han restringido, cultivando en ambos casos una relación casi orgánica con el repertorio francés del siglo XIX y reivindicando la consiguiente cualificación estilística. Nos demostrará Nathalie Stutzmann que Lalo escribió otras oberturas más allá de la española. Que «L’Arlesiana» de Bizet tiene un valor más interesante que el habitual de las propinas. Y que «Les Nuits d’Etè» no tienen sexo, más allá de que Philippe Jaroussky las conociera por primera vez cuando las acunaba en sus cuerdas vocales el prodigio de Regine Crespin".
"No está equivocado el programa de este concierto, aunque lo parezca. Nathalie Stutzmann dirige, aunque podría cantar «Les Nuits d’Ete». Y Philippe Jaroussky canta el ciclo de canciones de Berlioz aunque el compositor francés no las hubiera concebido para un contratenor. Surge de esta aparente confusión y promiscuidad un acontecimiento tan atractivo como coherente. Por la evidencia idiomática -Lalo, Berlioz, Bizet- y porque Stutzmann y Jaroussky han sobrepasado todas las convenciones de la carrera musical, incluso se han despojado de la especialidad del Barroco. No han renegado de él. Ni a él se han restringido, cultivando en ambos casos una relación casi orgánica con el repertorio francés del siglo XIX y reivindicando la consiguiente cualificación estilística. Nos demostrará Nathalie Stutzmann que Lalo escribió otras oberturas más allá de la española. Que «L’Arlesiana» de Bizet tiene un valor más interesante que el habitual de las propinas. Y que «Les Nuits d’Etè» no tienen sexo, más allá de que Philippe Jaroussky las conociera por primera vez cuando las acunaba en sus cuerdas vocales el prodigio de Regine Crespin".
Todavía recuerdo precisamente los fulgores de Los troyanos de Berlioz, con Régine Crespin en el Teatro Colón de Buenos Aires hace muchos años. Un deslumbramiento. Ahora, en Madrid, el repertorio francés vuelve a encandilar a un público entusiasmado que aplaudió con energía la velada, aunque sin embargo,seguramente por el contrato de la orquesta nacional de España, no hubo propinas.
PHILIPPE JAROUSSKY, una voz para disfrutar
El artista francés no solo canta, sino que estudió violín, piano, armonía y contrapunto en el conservatorio de Versalles. Comenzó en 1996, sus estudios de canto con Nicole Fallien y los continuó en el Departamento de Música Antigua del Conservatorio de París con Michel Laplenie, Kenneth Weiss y Sophie Boulin. Recibió su diploma como violinista de la Facultad de Música Antigua del Conservatorio de París. En 1999 actuó por primera vez en el Festival de Royaumont.
La Wikipedia francesa da todo tipo de detalles sobre este cantante fuera de lo común y casi de lo conocido en la actualida. Su instrumento tiene un color y una versatilidad únicos. Philippe Jaroussky colabora frecuentemente con Jean Tubéry y el conjunto La Fenice para los que ha grabado La Morte Delusa de Giovanni Battista Bassani y un Concert chez Mazarin (Virgin Classics). Para el conjunto Matheus, dirigido por Jean-Christophe Spinosi, ha grabado La verità in cimento (Opus 111) así como el papel de Ruggiero en el Orlando Furioso en una actuación en el Théâtre des Champs Elysées para el sello Naïve. Con Gabriel Garrido y el Ensemble Elyma ha grabado la L'incoronazione di Poppea y la Selva Morale e Spirituale de Monteverdi. Posee una técnica de melisma para la interpretación de cantatas barrocas y la ópera. A pesar de esto, lleva varias temporadas dedicándose a los compositores franceses del siglo XIX. Recibió en 2007 el premio al mejor artista lírico francés.
Ha recibido
la aclamación de críticos, ganando el Diapason Découverte, Recommande de
Repertorio, Timbre de Platine d'Ópera Internacional, Prix de l'Academie Charles
Cros, el Gran Premio del Sindicato de la crítica, etc. Su primer disco, como exclusiva
para Virgin Classics, se compone de cantatas para contralto y conjunto de
Antonio Vivaldi.
Según La Terrasse, «este
joven cantante, con el tono de un ángel y el virtuosismo del diablo maldito, ha
entrado en el centro de atención en sólo unos pocos años como el nuevo gran
talento vocal francés».
Aunque él mismo se denomina
contratenor, su voz mezcla la bravura de un hombre y la dulzura y delicadeza de
una mujer. Mucha gente lo considera un sopranista (Sedecia, de Scarlatti) y, no
obstante, la tesitura se acerca más a la voz de una mezzosoprano. Ha mostrado
alguna vez dificultad en los graves y, a pesar de todo, sus agudos son un
auténtico «festival de colores y variedades». Podríamos considerar una buena
referencia de lo que fueron las voces de los castrati.
Por su parte, NATHALIE STUTZMANN es una contralto y
directora de orquesta francesa especialmente destacada en el ámbito camerístico
y barroco y particularmente apreciada por su voz cavernosa y potente. Estudió en Nantes y en
París con Michel Senechal, Hans Hotter y Lou Bruder, debutando en 1985 en el
Magnificat de Bach.
Sus grabaciones como
Liederista de Schubert - entre ellas el Winterreise escrito para voz
masculina-, Mahler, Brahms, Debussy, Faurés. Desde 1994 trabaja con la
pianista Inger Södergren en recitales y grabaciones.
Ha colaborado con directores
como Mark Minkowski, John Eliot Gardiner, Simon Rattle y Seiji Ozawa en la
Berlin Philharmonie, Staatskapelle Dresden, Bayerische Rundfunk Munich, Boston
Symphony Orchestra, Orchestre de Paris, London Symphony Orchestra, Royal
Concertgebouw Orchestra, Tokyo Philharmonic, Les Musiciens du Louvre, The
English Baroque Soloists, etc.
En 2009 creó su propia
orquesta de cámara, Orfeo 55, con la que ha grabado su primer disco como
cantante y directora, Prima donna, dedicado a obras de Vivaldi. Con este grupo
y este programa actuó en abril de 2011 en la Semana de Música Religiosa de
Cuenca.
Ha recibido la Legión de
Honor del gobierno francés.
El concierto comenzó con l´Ouverture du Roi d´Ys, de Lalo (1823-1892), lujoso desarrollo de una partitura vivaz, llena de matices, envolvente. La sonoridad que Stutzmann consiguió de la Orquesta Nacional pareció por encima de su performance habitual, más plana en ocasiones.
Jaroussky cautivó con la seriedad de su trabajo, el perfeccionismo que desplegó en cada pequeña joya de Les nuits d´été de Berlioz (1803-1869), la ternura y la delicadez de cada momento musical, en perfecta sintonía con la directora francesa.
Sin recurrir a los fuegos de artificio de los compositores barrocos porque además, no lo solicitaba la ocasión, el contratenor desveló una técnica cuidadísima, producto sin dudas de una labor paciente, seria y continuada. Está en un momento mucho mejor que en los conciertos que dio con referencias al simbolismo francés de Verlaine y otros autores.
Muy bonita, con una sonoridad que permitía escuchar y diferenciar cada grupo orquestal como en un rompecabezas perfecto, La Suites 1 y 2 de L´Arlesienne.
Precioso dúo de músicos franceses Stutzmann y Jaroussky dirigiendo y cantando la música de los suyos. Ça se voit, évidemment.
Alicia Perris
Fotos: Julio Serrano Ruano
Jaroussky cautivó con la seriedad de su trabajo, el perfeccionismo que desplegó en cada pequeña joya de Les nuits d´été de Berlioz (1803-1869), la ternura y la delicadez de cada momento musical, en perfecta sintonía con la directora francesa.
Sin recurrir a los fuegos de artificio de los compositores barrocos porque además, no lo solicitaba la ocasión, el contratenor desveló una técnica cuidadísima, producto sin dudas de una labor paciente, seria y continuada. Está en un momento mucho mejor que en los conciertos que dio con referencias al simbolismo francés de Verlaine y otros autores.
Muy bonita, con una sonoridad que permitía escuchar y diferenciar cada grupo orquestal como en un rompecabezas perfecto, La Suites 1 y 2 de L´Arlesienne.
Precioso dúo de músicos franceses Stutzmann y Jaroussky dirigiendo y cantando la música de los suyos. Ça se voit, évidemment.
Alicia Perris
Fotos: Julio Serrano Ruano
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