Simon Boccanegra. Música de Giuseppe Verdi. Teatro Regio de Parma, 9 de octubre, 2021. Versión concierto
Casa Ricordi, Milano
Melodrama en un prólogo y tres actos. Libreto de Francesco Maria
Piave y Arrigo Boito, a partir del drama Simón Boccanegra de Antonio
García-Gutiérrez
La velada del 9 de octubre fue retransmitida en directo en operastreaming.com
Elenco
Simon Boccanegra, primer dogo de Genova IGOR GOLOVATENKO
Maria Boccanegra, su hija, Amelia
Grimaldi ANGELA MEADE
Jacopo Fiesco, Andrea MICHELE
PERTUSI
Gabriele Adorno, gentilhombre genovés RICCARDO
DELLA SCIUCCA
Paolo Albiani, cortesano favorito del dogo SERGIO
VITALE
Pietro, otro cortesano ANDREA
PELLEGRINI
Un capitán FEDERICO
VELTRI
Una doncella de Amelia ALESSIA PANZA
Maestro
e direttore MICHELE MARIOTTI
ORQUESTA Y CORO DEL TEATRO COMUNALE DI BOLOGNA
Maestro del coro GEA GARATTI ANSINI
Coproducción con la Fondazione Teatro Comunale
di Bologna
Subtítulos in italiano e inglés
Las historias de piratas, contrabandistas y espadachines, mecieron
la infancia y adolescencia de muchas generaciones. Cuentos más o menos
truculentos, algunos con un origen más o menos histórico, se fueron
transmitiendo de padres a hijos, con autores tan recordados y aún leídos como
Alejandro Dumas o el conocido Emilio
Salgari, que creó en escenarios ficticios que nunca había recorrido
físicamente, un prototipo en el Sandokan de las mil aventuras. El cine
glorificó este género de peripecias, hasta hoy, desde Roman Polanski con su
película Piratas, hasta las del recién estrenado Technicolor de los años 50 y
continúa la saga.
Simon Boccanegra, un personaje de
mayor enjundia y sagaz político y dirigente genovés, cuya música fue creada por
Giuseppe Verdi, estaba basada, como Il trovatore, en el mismo autor romántico
español: Antonio María de los Dolores
García Gutiérrez (Chiclana de la Frontera, 5 de julio de 1813-Madrid, 6 de
agosto de 1884), un escritor romántico y libretista de zarzuela.
Empezó como colaborador de distintas publicaciones. Aprendió
francés y se puso a traducir comedias de Eugène
Scribe y novelas de Alejandro Dumas,
entre otros. Su Trovador, fue el estreno más aplaudido y aclamado en la historia del teatro
español. Este relato mereció además una adaptación operística con el título de
Il Trovatore de Giuseppe Verdi, estrenada en 1853, con libreto de Salvatore
Cammarano.
“En 1837 con un nuevo drama, El paje, afianzó su situación. Su
siguiente éxito fue Simón Boccanegra (1843), del que también se hizo una
adaptación operística de Giuseppe Verdi, Francesco
Maria Piave, Giuseppe Montanelli y Arrigo Boito en 1857. La versificación
es más brillante en sus dramas históricos, y su análisis de las emociones de
los personajes femeninos le ha convertido en uno de los dramaturgos canónicos
del Romanticismo español. Fue, en todo caso, uno de los más fecundos, y dejó
traslucir su ideología liberal exaltada y sus inquietudes sociales en numerosas
ocasiones.
El tema de la revolución aparece ya como tema secundario en El rey monje (1839), se amplía más en El encubierto de Valencia (1840), ambientado en la época de las germanías valencianas, y se desarrolla más ampliamente en Simon Boccanegra, donde un antiguo pirata digno y generoso llega al gobierno de la Génova del siglo XIV y ha de enfrentarse con las limitaciones del poder y la imposibilidad de imponer la cordura en medio de un ovillo de egoísmos”.
Noche de estreno, pues, verdiana, en el Regio di Parma, donde el
maestro director y concertador, Michele
Mariotti, logra infundir a la orquesta y al coro, siempre colocado en un
plano diferente del escenario, por cuestiones de espacio y seguridad, un empaque
y una fuerza, que traslucen a la perfección la potencia del drama y de la
música del compositor de Busseto.
Sus funciones al mando son múltiples. No solo alienta y orienta a los músicos y a los cantantes del coro, sino
que ajusta y contiene las intervenciones de los solistas, consiguiendo que el
todo resulte adecuado, lleno de entusiasmo, creíble.
Excelente la disposición y prestación del coro, siempre una pieza
clave en estas óperas, a cargo de la Directora Gea Garatti Ansini.
Componer un Simón tiene que conseguir un elenco poderoso, lleno de
voces matizadas, con una técnica excelente pero a la vez, con una excelente
capacidad de transmitir sentimientos como toda la pujanza de la vendetta, el
odio, el amor, las frustraciones de las expectativas, el poder, el gobierno de
los ciudadanos.
En ese sentido, Igor
Golvatenko, el barítono ruso que posee unas fulguraciones brillantes de
tenor, imprime una adecuada armonía a su actuación vocal y teatral (aunque sea
en concierto), es expresivo, rico y transmite bien los claroscuros de la
partitura. Este Germont de La traviata en la Royal Opera, que cantó también el
Enrico de Lucía, tiene un instrumento fresco y sensible y una total
disponibilidad hacia la música, sus compañeros de representación y la propia
audiencia.
Angela Meade, la soprano
americana que canta con cierta frecuencia en España y reemplazó a Ainhoa Arteta
en una de sus indisposiciones, tiene una sensibilidad prodigiosa, una voz
potente, cuidada línea de canto, fiato sorprendente. Lejos de querer una
preponderancia que podría exhibir dado que tiene un rol protagónico, su saber
hacer se ajusta a la perfección con el resto del elenco, pero es de las mejores
actuaciones de la representación. Y conoce muy bien la partitura. Una fina dicción italiana. Especialista en belcanto, Verdi y Mozart. Ganó los premios Beverly Hills Artist Award 2012 del Metroppolitan y Richard Tucker 2011.
Michele Pertusi, que fue muy aplaudido,
aunque en general todos los participantes lo fueron en esa velada, es más que
conocido en ese foro, donde brilló con papel oscuro, el de Fiesco, envuelto
siempre en la maraña de la negrura de sus pasiones, porque es rencoroso, porque
no perdona, porque se niega en rotundo a seguir adelante y se obstina en la
destrucción y la muerte. Fiesco es, como escribió Gregorio Marañón en su
Tiberio, “la historia de un resentimiento”. Puro Tánatos.
Gabriele Adorno, gentilhombre genovés, está muy adecuadamente
defendido por un entusiasta Riccardo Della Sciucca. Conoce bien su
personaje y le presta apropiados adjetivos en la voz y en la capacidad de
comunicar.
Paolo Albiani, cortesano favorito del dogo está representado por Sergio Vitale, así como Pietro, otro cortesano en la meritoria actuación
de Andrea Pellegrini, así como
también el capitán, que construye Federico
Veltri. Muy bien además, la doncella de Amelia, de Alessia Panza.
Gran cast para una ópera que es tal vez la culminación de la inspiración
y la hondura verdianas, con ese trasfondo conocido de melancolía, profunda
tristeza y falta de esperanza, condiciones vitales que no le impidieron al
Cisne, extender varias décadas una trayectoria musical y física llena de
avatares, circunstancias difíciles y felicidad también.
El público agradeció y aplaudió la labor de los directores de
orquesta y del coro y de todos y cada uno de los intérpretes. Una velada
completa, con la gente previendo tal vez, con la recuperación de los teatros y
la cultura en semilibertad, otro tipo de etapa, no parecida a la anterior a la
pandemia, que no sería razonable, sino diferente y con más luz.
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