VIAJE A PARMA (II)
Lisette Oropesa, soprano. Piano, Francesco Izzo. Obras de Giuseppe Verdi y otros autores. Jueves 7 de octubre, 2021
FESTIVAL VERDI 2021
Programma
SAVERIO MERCADANTE
La stella; La primavera
GIUSEPPE VERDI
È la vita un mar d’affanni (1844); Stornello
(1869);
Chi i bei dì m’adduce ancora (1842); Perduta
ho la pace (1838)
FRANZ SCHUBERT
Gretchen am Sprinnrade, D118; Vedi, quanto
adoro, D510
GIUSEPPE VERDI
Romance sans paroles (1844); Valzer in fa
maggiore (1859?)
LUIGI ARDITI
Valse des belles viennoises
VINCENZO BELLINI
Sei ariette per camera:
Malinconia, ninfa gentile; Vanne, o rosa
fortunata
Bella Nice, che d’amore; Almen se non poss’io
Per pietà bell’idol mio; Ma rendi pur contento
GAETANO DONIZETTI
Lamento per la morte di Bellini;
Se a te d’intorno scherza; L’amante spagnuolo
LUIGI LUZZI
Ave Maria
FRÉDÉRIC CHOPIN
Mazurca in la minore, op. 68 no. 4
GIOACHINO ROSSINI
L’invito (Soirées musicales)
GIUSEPPE VERDI
“Merci, jeunes amies” (Les Vêpres siciliennes)
“Il programma del concerto odierno invita al pubblico a schiudere una porta
su questo mondo, presentando una panoramica di composizioni vocali da camera in
gran parte italiane in cui Giuseppe Verdi, figurativamente, entra in dialogo
con i suioi predecessori e contemporanei”.
Francisco Izzo
Según medios generalmente bien informados y no contestados, Lisette Oropesa (Nueva Orleans, 29 de
septiembre de 1983) es una soprano estadounidense de origen cubano con un amplio repertorio
que incluye obras de Gluck, Haendel, Mozart, Rossini, Donizetti, Wagner, Verdi,
Bizet, Massenet o Puccini. Suele dedicarse a
dar vida a roles en varios idiomas y destaca sobre todo como Susanna,
Gilda, Konstanze, Lucia, Pamina, Violeta o Manon.
La cantante es hija de emigrantes cubanos en Estados Unidos, nació
en Nueva Orleans y creció en Baton Rouge. Se dedicó a la flauta durante doce
años y luego realizó una audición para la facultad
de canto de la Escuela de Música de la
Universidad Estatal de Luisiana (LSU). Y a partir de allí comenzó una carrera
en constante ascenso. Con este recital realiza su debut en la ciudad de Parma.
Por su parte, el pianista que la acompañó, Francisco Izzo, es una
autoridad en muchas materias y podría decirse que tiene otras ocupaciones que
desempeña muy bien, aparte de la de acompañante al piano, entre otras, y como
se ve en el programa de mano del Regio, es responsable de las notas al
concierto, detalladas y clarificadoras.
En este concierto existe la voluntad por parte de los protagonistas
y del propio Teatro de Parma, de rescatar partituras menos escuchadas del
maestro de Busseto, a la vez que se ha intentado que este género de aportación
se convierta en más o menos habitual en futuras ediciones del Festival Verdi.
Además, se han acercado algunas páginas a la obra presentada del
Maestro Verdi (de quien se festejó el cumpleaños el domingo 10 de octubre
frente a su monumento en Parma), que conectan de alguna manera en estilo, época
o incluso en la nacionalidad y el origen de la que fue gran figura de ese
momento tan largo después del Congreso de Viena y Waterloo, ya que María Luisa,
segunda esposa de Napoleón y a cargo del Ducado de Parma varias décadas,
pertenecía a la dinastía que derrotó al emperador de los franceses y había
nacido en Viena.
Se escuchó pues Gretchen am Sprinnrade, D 118 y Vedi, quanto adoro,
D510, de Franz Schubert, sin olvidar a otros compositores italianos como
Saverio Mercadante (La stella, la primavera), Luigi Luzzi, precioso el Ave
María de Oropesa, o Luigi Arditi, en la Valse des belles viennoises.
El maestro Izzo tuvo sus minutos de soledad también pianística, interpretando
solo, obras como la Mazurca in re minore, op-. 67 no. 4 y se dirigió en dos ocasiones
al público, explicando detalles de la velada, en un franco acercamiento tanto a
la platea y otras localidades, como al Loggione de la sala (las localidades más
altas y asequibles económicamente absolutamente a todos los públicos), el
conocido en otras partes como “el Paraíso”, a quien se conoce por su
conocimiento, su atenta dedicación y su combatividad.
En ese sentido, la soprano comenzó el recital pasito a pasito, casi tímidamente, intentando un acercamiento con la audiencia que se produjo muy pronto durante la noche. Aprovechó asimismo esta oportunidad, para calentar una voz que se desarrolló como suele en todas sus comparecencias, con agudos sorprendentes, agilidades, buen gusto, enorme expresividad, capacidad de apianar, matizar y especialmente, conectar con el público con una calidez que a menudo no se encuentra en los conciertos ni en las grandes representaciones- diferentes- de ópera. Lució su dominio de las lenguas extranjeras, ya que, de origen hispano pero integrada en la cultura de Estados unidos, su español es, natural y se expresa y canta también en francés, italiano y alemán o inglés.
El vínculo entre el pianista y la soprano sorprendió a muchos, por
lo fácil, lo directo, con una espontaneidad que habrá hecho sonrojar a los
críticos y los melómanos más canónicos y tradicionalistas. Esta circunstancia
culminó con el encore de La traviata, en el que ambos músicos confesaron no
había habido preparación previa y al que se unió un estudiante de canto, bella voz de tenor, oriental, que le proporcionó, con cierta decisión y audacia no calculadas por
nadie, la réplica a Oropesa, que, al principio sorprendida, enjuagó con estilo
un “contratiempo” que salió, finalmente, muy bien.
Hubo varias propinas, entre ellas, emocionante y conmovedora, una
página de Verdi dedicada a los damnificados del terremoto de Calabria y otras
zonas que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XIX, el Caro Nome de
Rigoletto y la ya mencionada secuencia del primer acto de La traviata.
El Teatro Regio mantuvo estos días pasados todavía el necesario
distanciamiento entre los asientos, el uso de mascarilla, la toma de la
temperatura y todas las medidas indicadas para luchar contra la pandemia,
aunque estuvieron abiertos, el puesto de la librería y el Caffé de la Ópera.
Fue una noche de éxito, donde se premió el riesgo de apostar por
una propuesta diferente. Todos estuvieron en su sitio y los presentes
festejaron a Verdi, sus páginas y a sus fieles intérpretes. El Teatro Regio de
Parma, otra vez, coronó una elección que culminó con Un ballo in Maschera al
día siguiente del recital de Lisette 0ropesa y el estreno de un Simone
Boccanegra, en versión concierto y muy ajustado y desenvuelto.
Alicia Perris
Vídeo del Teatro autorizado de
la cantante y fotos del Teatro Regio
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