jueves, 14 de octubre de 2021

RADAMISTO DE G.F.HAENDEL, EN EL AUDITORIO NACIONAL DE MADRID. PHILIPPE JAROUSSKY Y MARIE-NICOLE LEMIEUX, AL FRENTE DE UN ELENCO COMPACTO

 CNDM. George Frideric Haendel (1685-1759). Radamisto, HWV 12 (1720).Il Pomo D'Oro. Ciclo: Universo Barroco. Sala Sinfónica. Martes, 12 de Octubre de 2021, 18:00.

IL POMO D’ORO

FRANCESCO CORTI, clave y dirección

PHILIPPE JAROUSSKY, contratenor (Radamisto)

MARIE-NICOLE LEMIEUX, contralto (Zenobia)

EMOKE BARÁTH, soprano (Polissena)

ZACHARY WILDER, tenor (Tiridate)

RENATO DOLCINI, barítono-bajo (Farasmane)

ANNA BONITATIBUS, mezzosoprano (Tigrane)

ALICIA AMO, soprano (Fraarte)


Georg Friedrich Haendel (5 de marzo de 1685-Londres- 14 de abril de 1759) fue un compositor alemán, posteriormente nacionalizado inglés, considerado una de las figuras cumbre de la historia de la música, especialmente la barroca y uno de los más influyentes compositores de la música occidental y universal. Adaptó de los primeros su producción para satisfacer los gustos y necesidades del público, y no exclusivamente los de la nobleza y de los mecenas, como venía siendo tradicional.

Tal vez el sucesor y continuador de Henry Purcell, su legado musical, incorporando elementos de los estilos alemán, italiano, francés e inglés de la primera mitad del siglo XVIII, incluye partituras para casi todos los géneros de su época, siendo responsable de unas 43 óperas y unos 26 oratorios (entre ellos, El Mesías).

Podría decirse que Haendel es apreciado por otros compositores de todas las épocas. A Mozart se le atribuye haber dicho de él «Haendel entiende los afectos mejor que cualquiera de nosotros. Cuando quiere, golpea como un rayo». Para Ludwig van Beethoven era «el maestro de todos nosotros ..., el compositor más grande que jamás haya existido. Me dejaría al descubierto la cabeza y me arrodillaría ante su tumba». Beethoven destacó, sobre todo, la sencillez y el atractivo popular de la música del compositor de Halle cuando dijo: «Recurre a él para aprender cómo lograr grandes efectos, por medios tan simples».

Se trata efectivamente de un autor muy representado y siempre revisado en las carteleras europeas y españolas. De hecho, Radamisto se pudo escuchar hace solo 3 años y ahora vuelve en versión concierto con Il pomo d´oro y un ramillete de escogidos cantantes. Esta fue la primera ópera que Haendel compuso para la Royal Academy of Music.

Fue estrenada en el King's Theatre de Londres el 27 de abril de 1720. Tuvo un éxito considerable entre el público londinense de aquella época y fue representada en 10 ocasiones. El 28 de diciembre de 1720 se dio una versión revisada con diferentes cantantes. Esta ópera fue revisitada varias veces más, dando lugar a la presentada en 1721 y a la de 1728. También se vio en Hamburgo. La primera representación moderna tuvo lugar en Gotinga el 27 de junio de 1927.

La ópera está ambientada en Armenia, en el año 53 d. C. y basada en los Anales escritos por Tácito (h.11-117) y también en El amor tiranno o Zenobia (1710) de Domenico Lalli y Zenobia (1662) de Matteo Noris, y además en la francesa Rhadamiste et Zénobie (1711), tragedia de Prosper Jolyot de Crébillon.

Una vez más aquí los temas conocidos de amor, duelo, vendetta, orgullo y fiereza, asesinatos, personajes que se trastocan, se disfrazan, aparecen y se desvanecen, con largas repeticiones en los textos. Y recurriendo siempre a los clásicos, en este caso latinos, que recuerdan que los romanos y desde su república y su imperio, conquistaron y sojuzgaron todo el Mediterráneo,  Oriente Medio, Norte de África, Britannia, Hispania, Judea, la Galia y también el Egipto de Cleopatra, los partos y a la familia barca de los Poeni, los citados cartagineses y sus 3 Guerras Púnicas con Roma. Entre otros…

Radamisto, escrita después de Rinaldo en 1711, también bordea estas posesiones geográficas de la protoArmenia y Tracia (la tierra de Espartaco) de la ópera haendeliana y da vida a unas criaturas, que, en realidad son mucho más leales y morales (aptas para la psicología inglesa de la época de Jorge I) y no de unos tiempos en los que unos a otros, se llamaban, alternativamente, “bárbaros”. Y así se entendería el final, algo sorprendente, “en positivo”, amable, del recitativo “Festeggi omai la reggia” (radamisto y Zenobia) y el coro en “Un di felice” del final de la ópera.

Haendel incluyó en su composición a tres castrati famosos, que alternaban casi todos los roles, como Durastanti, Boschi y Senesino, aunque los tres tenían instrumentos diferentes.


En esta ocasión, en la propuesta del Universo Barroco del CNDM de Madrid, figuran  el contratenor Philippe Jaroussky, que ha aireado y otorgado un vuelo increíble al repertorio de los castrati, que realizó como suele una interpretación fina, sutil, entregada a y con su compañera Marie-Nicole Lemieux, mezzosoprano canadiense con la que colabora a menudo en recitales en varios países.

Se percibe la afinidad entre ambos y de hecho, también se tocan en la versión concierto (algo inusual y menos en tiempos pandémicos, claro): angélico el instrumento de Jaroussky, con messa di voce, pianissimi, hermosa línea de canto y sublimada técnica, agilidades y una tersura en planos que parece venir de otras latitudes, de otras galaxias. Casi una voz blanca, siempre joven y fresca. Dicción precisa italiana y una habilidad excepcional en su “Ombra cara” y “Qual nave smarrita”.

Su capacidad de comunicación puede apreciarse también en el contacto personal (ver la entrevista realizada por esta cronista en el Teatro Real, al final de esta crítica). Junto a Lemieux, “bordaron” “Se teco vive il cor” y “O dì, per me felice”.

La mezzosoprano Marie-Nicole Lemieux (Zenobia), que lució un precioso traje en plateado y negro que moldeaba elegantemente su figura, muy mejorada. Ofrece una voz poderosa, de enormes posibilidades que concreta y triunfa con repertorios muy distintos, bien timbrada, de emisión segura y convence en la interpretación que realiza de su Zenobia, incluso en una versión no escenificada de la obra. Se lució en el aria de bravura ”Empio perverso cor”.

Acompañando a los dos protagonistas, last but not least, of course, hay otras voces importantes y familiares: la soprano húngara, Emöke Baráth (Polissena), habitual en estos foros madrileños, que estuvo muy a la altura, con calidad vocal e interpretativa (“Sposo ingrato”, a dúo con el violín de Zefira Valova, del Pomo d´Oro), tanto como la luminosa prestación de la española Alicia Amo (Fraarte), que no defraudó de ninguna manera, el Tigrane de la mezzo Anna Bonitatibus, que hace una excelente aportación, llena de matices, de una manera para nada de oficio. Bonitatibus es italiana y debutó en La Scala en 1999. En participaciones más breves aunque siempre comprometidas, la del barítono-bajo milanés Renato Dolcini (Farasmane), muy bien desempeñado. Dolcini se especializó con Cecilia Bartoli, la mezzo romana. Por fin, como Tridate, la versión muy ajustada e inteligente del tenor norteamericano Zachary Wilder (“Stragi, morti”, junto a la trompeta)

Comentario aparte merecería el conjunto de instrumentos de  época Il Pomo d’Oro, a cuyos mandos clave se encuentra Francesco Corti. Francesco Corti nació en Arezzo, Italia, tierra de música, y dirige habitualmente Les Musiciens du Louvre, imparte clases magistrales en todo el mundo y ha tocado en giras en muchísimas salas de renombre. Lleva el conjunto de la función con maestría, con suavidad, de una manera insinuante, imperceptible, con unos instrumentistas, cada uno, de primera. Por citar solo algunos, Zefira Valova, violinista, Gianluca Geremia, la tiorba, Christopher Palameta y Roberto de Franceschi oboes y flauta difícil conseguir un sonido aproximado o excelente con ese tipo de instrumentos), Ai Ikeda, el fagot y Jean-françois Madeuf y  Alexandre Zanetta trompetas y trompas, en conexión perfecta. También, unas cuerdas eminentes.

La propuesta del Radamisto del día festivo fue importante musicalmente hablando, pero también marcó un hito en el giro de los acontecimientos fronterizos con la pandemia: la sala sinfónica del Auditorio Nacional de Madrid estaba completísima. Algo de calor y de pronto, la sensación de vértigo por volver a disfrutar de una función rodeados de seres humanos por todas partes. Adecuado comportamiento de un público que supo estar, aplaudió mucho y festejó toda la producción. Fantástica velada. As you like it!

Alicia Perris

Fotos, Elvira Megías

Entrevista al contratenor, P. Jaroussky.  https://aliciaperris.blogspot.com/2018/11/entrevista-con-el-contratenor-philippe.html




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