The Palais Galliera celebrates Alber Elbaz in an unprecedented exhibition format, recreating the collaborative show that was presented in tribute to the legendary designer on October 5th, 2021.
Following Alber Elbaz’s passing, AZ Factory,
the fashion start-up he had recently founded, imagined and organized a
show in his honor with 46 participating houses and designers brought together
to create looks inspired by the man and his prolific legacy: flowing dresses
with long trains, short dresses with ruffles or big bows, dresses printed with
drawings and portraits of Alber. Each designer whether established or emerging,
whether creative director of one of the heritage maisons or head of their own
brand, came up with a perspective on fashion design, its questionings and its
take on contemporary issues such as the environment, diversity, and gender.
This one-of-a-kind exhibition will recreate
the show by immersing its visitors in the full runway experience, reproducing
the order on the runway, the effects, music and lights which made the evening
such an unforgettable moment of fashion history. The Love Brings Love title,
taken from one of Alber Elbaz’s mantras, presents a contrast to the isolation
felt during the pandemic, thanks to the communal spirit of the designers who
worked together to celebrate the memory of one of their most brilliant
colleagues.
The exhibition has been made possible
thanks to exceptional loans from AZ FACTORY and donations from the
participating companies, loans from ADOBE, COMME DES GARCONS, GUO PEI, LOUIS
VUITTON MALLETIER, WALES BONNER, the collaboration of LANVIN, and the support
of RICHEMONT and HANS BOODT.
https://www.palaisgalliera.paris.fr/en/exhibitions/love-brings-love-alber-elbaz-tribute-show
CULTURA/S
Un fino artista entre canales
Recuperación de´Stitch', otra obra del autor de culto estadounidense Richard Stern, tras ‘Las hijas de otros hombres’, que en el 2019 recibió una excelente aceptación
Saul Bellow o John Cheever, por ejemplo, aplaudieron sus obras: tanto la que íbamos a hacer referencia, la publicada por Siruela en el 2019 Las hijas de otros hombres , sobre un profesor de Harvard en los años del hipismo cuya monótona y estable vida matrimonial da un vuelco al intimar con una alumna, como por esta otra de singular título, que bien podría sonar a una onomatopeya.
Tal cosa sale de labios de Edward Gunther, que decide un buen día abandonar su puesto como publicista y trasladarse a Italia desde Chicago –ciudad, por cierto, en que Stern impartió clases universitarias de Literatura Inglesa más de cuarenta años– con su mujer y sus tres hijos. Su objetivo es convertirse en escritor, pero por supuesto algo así no resulta fácil de entrada, de modo que entre diversas frustraciones que sufre a la hora de intentar publicar sus escritos, inicia una relación con una poetisa llamada Nina Callahan. Y esta justamente será la que facilite la aparición en la novela de su reciente amigo Stitch, trasunto de un anciano Ezra Pound, quien moriría en la ciudad italiana en 1972.
El propio Stern conoció al poeta estadounidense antes de que la novela se publicara en 1965, y en verdad se van apuntando rasgos que hacen inequívoco el parecido: “Sí, los rumores eran acertados. Era un fascista roto.” Porque, en efecto, Pound destacó por ser un ideólogo muy ferviente del fascismo, así como por un gran seguidor de Benito Mussolini, además de antisemita.
El protagonista sigue en Venecia las huellas de un escultor de renombre, inspirado en la figura del poeta Ezra Pound
El caso es que, tras la caída de Italia en la Segunda Guerra Mundial, fue detenido por los aliados e ingresado en un sanatorio tras diagnosticársele paranoia por parte de los psiquiatras del ejército. Después de doce años encerrado en un centro de Washington, reanudó su vida en 1958 y acabó por elegir Venecia. Esta, cómo no, es también protagonista de Stitch, un marco culturalista que enmarca una narración de ritmo lento en que tienen preponderancia los diálogos intelectuales entre todos los personajes, o las opiniones de un Stitch que, sabiéndose en la recta final de su trayectoria, aspira a un canto de cisne en forma de conjunto escultórico levantado en una isla en la laguna y que desearía que se convirtiera en su obra maestra.
Por todo lo dicho, la novela necesita un lector ciertamente literario, que simpatice con el entorno ampuloso y distinguido -desde el punto de vista cultural que Stern pretendió proyectar– tanto como con la personalidad de alguien que se desea mostrar entre solitario y sociable, entre interesante e intratable. En ello radica el hándicap y el aliciente de la obra, con un indudable encanto: la Venecia de las nieblas invernales.
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