Controvertidas geografías el presidente Kennedy y
su entorno, al que se relacionó en ocasiones con sucesos bastante oscuros de la
historia de Estados Unidos. Sin embargo, al cabo de los años, su carisma parece
permanecer intacto.
Por su parte, Jackie Kennedy, luego Onassis,
convirtió la Casa Blanca en un lugar donde, además de gobernar, se podía vivir
y disfrutar del talento de grandes figuras del arte, el cine, la música del
momento, que eran invitadas con regularidad por los anfitriones de aquella
etapa globalizada norteamericana, que, muchos coincidieron en llamar “Camelot”,
una especie de paraíso efímero (como el de la Inglaterra de Arturo) perdido
para siempre.
JFK tuvo dos imponentes sombras entre 1960 y 1963:
los servicios secretos del estado y el fotógrafo Mark Shaw. Shaw fue un buen
amigo de los Kennedys y durante cinco años tuvo el privilegio de convertirse en
su fotógrafo. Compartió con la familia sesiones en el Despacho Oval pero
también la intimidad de un hogar fuera de lo común: el de la primera familia de
los Estados Unidos.
Loewe presentó durante todo el verano madrileño
esta colección de 40 retratos y fotografías que nunca antes habían sido
expuestas.
Como explican en la firma:
“Mientras que en las exposiciones de Ron Galella y Scott Schuman Loewe explora
los universos de los paparazzi y la moda, el trabajo de Mark Shaw discurre
entre el estilo, la clase y el glamour. Una visión clásica de la belleza con la
que Loewe se identifica totalmente: la que se sustenta en la naturalidad como
algo único y extraordinario”.
Alicia Perris
Más información en: “Jacqueline Bouvier, Kennedy,
Onassis, el icono de las mil caras”. Edimat Libros, España, 2005 de la misma
autora.
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