El argentino Gabriel Bendersky
expresa con sus imágenes “admiración” por la vida
Varios niños con ropa de sanfermines reciben agua
durante un encierro infantil en las colonias de verano de 2008 en Getaria, País
Vasco. / GABRIEL BENDERSKY
Solo persigue disfrutar de la vida,
divertirse y emocionarse con todo lo que hace. Por eso vive en Bariloche, un
paraje de belleza exuberante, rodeado de lagos y montañas. Gabriel Bendersky
(Buenos Aires, 1957) saborea cada día este rincón de la Patagonia, que se puede
confundir con un cantón suizo en los Alpes. Desde allí, en pleno invierno
austral, desgrana su periplo con tranquilo acento porteño. En el año 2000
empezó a ganarse la vida con Fly Cast America,
su programa de televisión sobre pesca con mosca, que se emite en Fox Sports. Un
trabajo que combina con su afición favorita: la fotografía.
Bendersky narra su historia con
genuino romanticismo. Su idilio con la cámara comenzó a los 14 años. “Hice un
viaje con un amigo que tenía una Pentax 135 milímetros. Me compré unos rollos
en blanco y negro y me puse a hacer fotos de nuestro recorrido”, rememora. “Él
me enseñó a desenvolverme en el laboratorio, y aquello me apasionó”. La vida
quiso que todo quedase en un amor sin ataduras: ganó un concurso que le
permitió trabajar con el director de cine y publicidad Edi Flehner.
Tras empezar en la fotografía comercial, su mentor le aconsejó que se pasara al
mundo audiovisual.
Fue entonces cuando llegó a la
provincia de Río Negro, con la idea de proponer su naturaleza salvaje como
localización a las productoras. “Tuve tanto éxito que el trabajo se volvió
estresante”, algo que no encaja en la filosofía de vida de Bendersky, que se
alejó del bullicio para filmar pesca con mosca de un modo más artesanal. Ese
ritmo pausado le permite realizar exposiciones en Bariloche. Con sus fotos ha
ganado varios premios regionales.
El fotógrafo Gabriel Bendersky.
El fotógrafo Gabriel Bendersky.
“Trato de expresar mi admiración
por el mundo”, proclama Bendersky, cuyos álbumes dan fe de sus múltiples
escapadas. Captura todo aquello que le cause fascinación, desde paisajes
evocadores a escenas urbanas o de interiores impactantes. “Me encanta hacer panorámicas
y composiciones. Trato de que llegue más una sensación que un mensaje”,
explica.
Entre sus gustos cita a clásicos
comoCartier-Bresson y Alfred
Eisenstaedt. Este último es autor de una mítica foto de hace medio
siglo en la que aparece una multitud de niños parisinos con expresión de
asombro ante una obra de teatro. La estampa enviada por Bendersky al concurso Se busca
talento también está protagonizada por niños de fiesta en
Getaria, Guipúzcoa. “Hacían una especie de San Fermín infantil. Les tiran agua
a los niños que corren por las calles, algo totalmente pacífico y sin heridos”,
recuerda con emoción.
Gabriel Bendersky no repara en un
posible reconocimiento a su obra por ser seleccionado en este certamen de
Talentos. Espera otra cosa. “Me encantaría ir a Madrid y comprar el periódico
ese día tomándome un café. Siento que somos ciudadanos del mundo. Si hay algo
bueno de la globalización es que nos iguala como personas”, asegura optimista.
“¿Qué puedo hacer? Soy un soñador y vivo dentro de mi sueño”.
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