lunes, 3 de agosto de 2020

PETROS MÁRKARIS Y LA SOCIEDAD DE LA MENTIRA


MIGUEL ÁNGEL OESTE

Petros Márkaris. Foto: Iván Giménez

La hora de los hipócritas
Con la nueva novela de la serie del comisario Kostas Jaritos, La hora de los hipócritas, Petros Márkaris (Estamul, 1937) vuelve a tomar la temperatura a la sociedad y a las negruras que la envuelven. Como si fuese un cronista, el autor griego muestra las entrañas de este mundo desigual que erosiona el estado del bienestar. Lo hace con la misma cotidianidad con la que ha construido y se mueve el bueno de Jaritos, una combinación de contexto político y social de la Grecia de las últimas décadas, que se puede aplicar a otros países de Europa, la vida familiar del comisario, con su mujer Adrianí y sus seres queridos, y una intriga criminal que funciona como marco para hablar de una falsa prosperidad y de una realidad de falacias que aplasta a los ciudadanos en un entramado económico que tal vez niega su mismo cariz humano.

Márkaris despliega a través del comisario Jaritos su mirada crítica y de izquierda hacia el mundo de hoy, pero de un modo sosegado, con la normalidad con la que vive y piensa el policía, a pesar de sus cabreos, y sin olvidar destellos de humor que hagan más digerible una sociedad cada vez más farsante y sombría en todos los aspectos. En este sentido, Kostas Jaritos es heredero de Pepe Carvalho, Salvo Montalbano y Fabio Montale (Manuel Vázquez Montalbán, Andrea Camilleri y Jean Claude Izzo), de su pasión gastronómica y su fraterna postura social ante este mundo, que es negro aunque lo dibujen de colores.
Bajo la aparente simpleza de la narración, dominada por diálogos y alejada del artificio del thriller moderno, la trama provoca unas cuantas reflexiones en el lector
La hora de los hipócritas comienza con el nacimiento del nieto de Jaritos y Adrianí, en un ambiente naturalista y tierno, que pronto le sirve al autor para exponer preguntas que cualquiera se plantea. ¿Cómo crecerá el niño en una sociedad como la de hoy, donde conviven la falsa idea de que todo tiempo pasado fue mejor, pero la realidad de que ninguna de las políticas ni ninguna revolución han sido la solución para evitar la instauración de una sociedad de trabajos precarios y mal remunerados? Si se sigue adelante es simplemente porque la gente se ha acostumbrado a resistir. En este entorno de dicha para Jaritos, feliz con su nieto, pero con la pobreza de Grecia latente, asesinan a Paris Fokidis, un magnate de la hostelería, empresario de éxito, que desarrolla una labor social muy alabada.


El marco de la investigación le sirve al escritor para desempolvar muchas miserias reconocibles del mundo en que vivimos. Un mundo sometido a las medias verdades del aparato financiero. Así, bajo la aparente simpleza de la narración que despliega Márkaris, dominada por los diálogos y situaciones que se alejan del artificio del thriller moderno, la trama provoca unas cuantas reflexiones en el lector.

El expediente intachable y sin mácula del empresario asesinado lleva la investigación de Jaritos por varias líneas, porque Kulakos, de Delitos Económicos, pronto averigua que el inmaculado empresario no pagaba impuestos en su país, sino en las Islas Caimán. Este es el hilo del que irá tirando el comisario para desentrañar no solo quién está detrás del comunicado del Ejército Nacional de Idiotas que asume el asesinato, sino la hipocresía de un sistema corrupto que favorece la propia Unión Europea.

‘La hora de los hipócritas’ es una novela incisiva, plenamente actual, que critica a aquellos que tienen el poder para cambiar las cosas y no hacen nada

Si en Con el agua al cuello (2011), Márkaris ya hablaba de un sistema financiero enfermo y de cómo su país se hundió sin que Europa hiciera nada porque fue ella quien le puso la soga al cuello, en esta novela, a partir de varios asesinatos, incluido el de un empleado del Fondo Monetario Internacional, se desentraña un espejismo de lo más perverso, un espejismo en el que el poder y el dinero se alimentan recíprocamente sobre una base de ciudadanos que no tiene ninguna opción. Un espejismo cubierto de falsas prácticas caritativas y sociales. Quizá, el infierno del tráfico de Atenas simboliza de modo inmejorable el sofocante procedimiento financiero que ha creado y defendido Europa.

Porque La hora de los hipócritas es una novela incisiva, plenamente actual, que critica a aquellos que tienen el poder para cambiar las cosas y no hacen nada, mientras los de siempre, la apaleada y asfixiada clase media, si es que puede llamarse así, carga con el peso de la economía.

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