Nancy Fabiola Herrera: Noches de Cabaret en el XXVI Ciclo de Lied. Lunes 25 de noviembre, 20h00, Teatro de la Zarzuela. Pianista, Mac McClure
PROGRAMA 'Noches de
cabaret'
“Quereme asi, piantao, piantao, piantao...
Abrite los amores que vamos a intentar
la mágica locura total de revivir...
Veni, vola, veni! Trai-lai-lai-larara!” (Horacio Ferrer,
texto, Astor Piazzolla, música)
Primera parte
Oscar Straus
(1870-1954)
'Je ne suis pas ce
que l’on pense' (1935)
Erik Satie
(1866-1925)
'Je te veux' (1902)
'Gymnopédie nº 1'
(1888)
Kurt Weill
(1900-1950)
'My Ship' (1941)
'Youkali' (1935)
'September Song' (1938)
Édith Piaf
(1915-1963) - Louis Guglielmi (1916-1991)
'La vie en rose'
(1945)
Francis Poulenc
(1899-1963)
Improvisación nº 15
en do menor ‘Homenaje a Édith Piaf’, FP 176 (1959)
'Les chemins de
l’amour', FP 106 (1940)
Segunda parte
Ernesto Lecuona
(1895-1963)
'Dame tus rosas'
(1937)
'Siboney' (1929)
Joaquín Zamacois
(1894-1963)
'Soltera, no' (1919)
'La tiple ligera'
(1932)
Canciones populares
(ca. 1940)
Cuatro boleros
mexicanos y cubanos del cabaret latino
Pedro Junco
(1920-1943)
'Nosotros' (1942)
María Grever
(1885-1951)
'Cuando vuelva a tu
lado' (1934)
Álvaro Carrillo
(1919-1969)
'Sabor a mí' (1959)
Gabriel Ruiz Galindo
(1908-1999)
'Usted es la
culpable' (1951)
Bobby Capó
(1922-1989)
'Piel canela' (1952)
Astor Piazzolla
(1921-1992)
'Milonga
carrieguera' (1968)
'Balada para un
loco' (1969)
El Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) en coproducción con
el Teatro de la Zarzuela, presentaron el lunes 25 de noviembre en el XXVI Ciclo
de Lied a la mezzosoprano canaria Nancy Fabiola Herrera, junto al pianista
estadounidense Mac McClure en el coliseo de la calle Jovellanos.
En un alarde de valentía y cosmopolitismo, el repertorio elegido
para esta velada, nos sumerge en un
variado y colorista reducto que nos lleva del salero vienés de Oscar Straus a
la canción herida y desgarrada, tan porteña, de Astor Piazzolla, en un lunfardo
cifrado para no conocedores, aunque explicado por la cantante antes de su
interpretación.
De ahí al iconoclasta mundo de Erik Satie, el cabaret judío de Kurt
Weill, la evocación de la gran Édith Piaf y el humor de Poulenc, junto a los
sones cubanos de Ernesto Lecuona, dos piezas del hoy olvidado Joaquín Zamacois
y, volviendo al cabaret, cuatro boleros mexicanos y antillanos.
Nancy Fabiola Herrera, con su continua presencia en los escenarios
internacionales la convierte en una de las grandes mezzosopranos de la
actualidad denominado «la Carmen del En 2018 realizó dos grabaciones
interpretando Rosario en Goyescas, de Granados, con la BBC de Londres y Salud
en La vida breve, de Falla, con la BBC de Mánchester.
Asimismo destacan sus interpretaciones de Isabella en L’italiana in
Algeri en el Teatro Colón de Buenos Aires y como Bernarda en La casa de
Bernarda Alba en el Teatro de la Zarzuela. Ha cantado además el Stabat Mater
(Rossini), el Requiem (Verdi) en San Sebastián y Guadalajara (México),
dirigidos por Plácido Domingo, y ha ofrecido conciertos en la Sala Chaikovski
de Moscú y recitales en el Palau de la Música de Valencia y en el Festival de
Benicàssim, junto a Ainhoa Arteta.
La vida breve en el papel de Salud la ha llevado a San Petersburgo,
Tanglewood, Toronto, Los Ángeles —con el maestro Frühbeck de Burgos—, Madrid,
Cincinnati y la Orquesta de Capitole. Su Carmen se lució en la Metropolitan
Opera, el Covent Garden, el Teatro Bolshói, la Ópera de Tokio, la Deutsche
Oper, la Bayerische Staatsoper, las termas de Caracalla, el Dresden Semperoper,
el Masada Festival, la Ópera de Tel Aviv, la Ópera de Los Ángeles y teatros
españoles como la Ópera de Sabadell, el Teatro Villamarta de Jerez, el Kursaal
de San Sebastián y el Teatro Pérez Galdós de Gran Canaria, entre otros.
En 2009, abrió la temporada de la Arena de Verona como Carmen, bajo
la dirección de Domingo y una gran colección de grabaciones jalonan su
trayectoria. Nancy Fabiola Herrera ha participado también, en una edición del
Ciclo de Lied: XVII (10-11).
Por su parte, MAC McCLURE, que acompañó a la mezzo-soprano al
piano, con cierto sobresalto pero eficacia, nació en Florida (Estados Unidos),
es licenciado en Filología por la Universidad de Carolina del Norte. Empezó sus
estudios musicales con Consuelo Colomer y continuó con Michael Zenge y Phyllis
Rappeport. En 1986 se trasladó a Barcelona para estudiar con Carlota Garriga en
la prestigiosa Academia Marshall, institución fundada en 1901 por Enrique
Granados. Entre 1991-2001 trabajó con Alicia de Larrocha el repertorio español
y clásico.
El repertorio de Mac McClure se extiende desde Bach a Lutoslawski,
Messeain y Rzweski. En sus programas recurre mucho a la música de compositores
españoles (Albéniz, Falla, Garriga, Montsalvatge, Mompou, Rodrigo, Surinach,
Turina). Sus interpretaciones de la música del siglo XX y la música
contemporánea han sido aclamadas por la crítica, público y compositores. Ha
estrenado obras de Montsalvatge, Mompou, Morera, Garriga, Ortega, García
Demestres, Arauco y Henze.
Durante 2019 actuará en Estados Unidos, España, Colombia, Ecuador,
Escocia, Italia y Serbia.
La velada comenzó con dos canciones en francés, la de Straus y la
de Erik Satie, en buena dicción francesa para un no nativo, como las cantadas
posteriormente en inglés, inteligible, llenas de sugerencias vocales, escénicas
y otras.
La mezzosoprano apareció envuelta
en un bonito vestido escotado blanco-plateado acompañado por un marabú violeta
claro, que manejaba con donosura. No podía ser otro el atuendo para un recital
de cabaret, con evocaciones entre lúdicas, graciosas y voluptuosas a la par. En
la segunda parte un traje con pantalón de brillos, muy bien diseñado para
resaltar lo mejor de la figura de Nancy, que es mucho, porque ella domina la
sala e interesa al público. Tiene buena técnica vocal, teatral y consigue un
fiato resistente a las variaciones- tan espectaculares y dramáticas en esta
ocasión- del repertorio.
El pianista tuvo su momento para él solo en la clásica Gymnopédie
no. 1 (188) de Satie, para embarcarse ambos de nuevo en las variaciones de Kurt
Weill, evocadoras y amorosas, a pesar de los avatares del compositor en una
parte de su vida en Europa como persona y como creador. My ship (1941), la
preciosa Youkali (1935) (en búsqueda de ese sitio innombrable por inexistente y
sin embargo soñado) y la canción de Septiembre, de 1938.
La vie en rose es posiblemente una de las canciones francesas más
universales y más visitadas por todos los cantantes y todos los públicos, sin
olvidar entre los grandes a Edith Piaf e Yves Montand, que se conocieron y
bastante.
Otra vez Mac Maclure pudo enfrentarse por separado a la Improvisación no. 15 en Do menor,
“Homenaje a Edith Piaf “(1959) y luego Les chemins de l´amour.
El entreacto, que debía durar unos 15 minutos, se extendió bastante
más con una sala despoblada, con la artista esperando a los presentes para
continuar, mientras estos se paseaban y celebraban con una copa en el Ambigú,
el reciente comienzo de las campañas Navideñas (largas) en la capital española.
El público careció de sentido de protocolo y hasta de respeto hacia la función
y sus artistas y un aviso por parte del Teatro hubiera estado bien para
reorganizarlo y volver a ubicarlo, a tiempo en sus asientos.
Nancy Fabiola lo encajó perfecto, con un amplia sonrisa de nativa
canaria (los isleños viven las realidades en general de otra manera, menos mal!
) y continúo con dos obras de Ernesto Lecuona, una de ellas la inefable y
cantada incluso por Javier Camarena en su repertorio americano, Siboney y dos,
divertidas y desenfadadas propuestas de Joaquín Zamacois.
Siguió un popurrí de boleros, (un universo denso y complicado,
lleno de “segundas”) que acompasó la continuación de la noche, preparando a los
asistentes para las vibrantes versiones de Astor Piazzolla de Milonga
carrieguera (1968) y Balada para un loco (que inmortalizaron cantando los
creadores argentinos Amelita Baltar, que dio con ella y Piazzolla la vuelta al
mundo y más y Horacio Ferrer (1933-2014 , el autor de la letra.
Para redondear a Piazzolla hubiera venido bien su bandoneón, icono
irremplazable, u otro y hasta un violín, pero nos regalaron mucho Nancy y Mac
en este recital, sobre todo su rendida disposición a hacerlo de campanillas y
su vocación de universalidad en el programa escogido, que es muchísimo.
Coda finale e ad libitum: Reseña y velada dedicada
al Dr. Vicente Veitzman, muy probablemente “desaparecido” por la dictadura de
Videla (nunca lo supe) y apartado del ejercicio de la Medicina y la Psiquiatría
por publicar, como director del Hospital primero llamado Vieytes, de oscura
percepción para los bonaerenses, luego Borda, cómo se maltrataba y no se
atendía a los recluidos en el lugar.
Hubiera estado bien pensar esta institución de otra manera, humana
y solidaria, contemporánea y no medieval y actuar en consecuencia para aquellos
de sensibilidades diferentes, disidentes de todas clases y perdidos del convencionalismo, de los que habla justamente,
la canción Balada para un loco.
Recordaré siempre aquel verano de copas y helados (El vino del estío, como escribió Ray Bradbury) ( en que le ayudé como documentalista y traductora a escribir su fantástica
“Psicofarmacología Clínica Aplicada”, junto a Fernando Daniel Martínez). ¡Cómo
nos reíamos entre la descripción de medicamento y medicamento! En su casa de
Buenos Aires…Hace mil años o tal vez más…Nosotros también éramos unos locos, entre los locos. Gracias por el recital y todo lo
demás.
Alicia Perris
Foto 2 y 3 Rafa Martín
Foto 2 y 3 Rafa Martín
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