martes, 4 de marzo de 2025

PROUST Y LAS ARTES: SE INAUGURÓ EL 4 DE MARZO EN EL MUSEO NACIONAL THYSSEN-BORNEMISZA DE MADRID. IMPRESCINDIBLE

 

Hasta el 8 de junio de 2025.

Rueda de Prensa: 3 de marzo

Estaban presentes, Guillermo Solana, director artístico del museo, Dolores Delgado, conservadora de Pintura Antigua del Museo y el comisario ad hoc, Fernando Checa.

Con 136 obras, no solo pinturas, sino también objetos, reproducciones de primeras ediciones, fotos y un amplio despliegue informativo sobre la época y la muestra, en cartelas de los objetos exhibidos y en los textos que los acompañan.

Hubo muchas preguntas a la mesa que presentó la exposición, que cuenta con una guía didáctica y un catálogo con textos de Checa, Jean-Yves Tadié, Thierry Laget, y Francisco Pérez de los Cobos Orihuel.

Una de las circunstancias que más puede llamar la atención al periodista o al visitante en general, es la cantidad de prestadores que ha colaborado en esta ocasión, con aportaciones de instituciones de todo el mundo. A destacar las de Francia y muchas de sus bibliotecas y museos.

Hace poco que se celebró el año internacional Proust y esta muestra cierra como colofón las dos exposiciones magníficas celebradas entonces en el Museo Carnavalet de Paris y en el Museo de Historia y Arte del Judaísmo (MAHJ) en la misma ciudad.

Se trata de una exposición sobre la importancia que el arte tuvo en la obra de uno de los escritores más influyentes del siglo XX, Marcel Proust (Auteuil, 1871 - París, 1922), reconocido tanto en la literatura como en la filosofía y la teoría del arte.



 Las ideas estéticas que Proust desarrolla en su obra, los ambientes artísticos, monumentales y paisajísticos que le rodearon y que recrea en sus libros, así como los artistas contemporáneos o del pasado que le sirvieron de estímulo son algunos de los aspectos que articulan el recorrido de la muestra. El objetivo es resaltar esa vinculación y la interrelación entre el arte y su figura, su vida y su trabajo.

Para entender a Proust (aparte de leerlo, porque generalmente todo el mundo “toca de oído”, es decir, comenta ideas superficiales, pero no entra en sus libros, ricos, enormes, poblados de personajes, de situaciones, de lugares imaginarios y reales), es importante conocer el París en el que vivió, es decir, la cosmopolita y fastuosa capital de la Tercera República, su gran transformación tras las reformas urbanísticas del barón Haussmann, con la aparición de la electricidad, los coches, los espectáculos, los restaurantes y los cafés.


Proust estaba fascinado no solo de las artes, sino por esa modernidad tan en auge a fines del siglo XIX. La imagen de lo moderno que crearon los pintores impresionistas a través de su representación de las calles y otros ambientes de París está en la base de la estética proustiana: todo ello marcaría su biografía y también sus escritos.


Una de sus primeras obras publicadas,Los placeres y los días(1896), se presenta en la primera sala de la exposición, mostrando su temprano gusto por las artes, la música, el teatro y, especialmente, la pintura y sus frecuentes visitas al Museo del Louvre.




Ese interés continúa en su obra cumbre, la novela A la búsqueda del tiempo perdido, publicada en siete partes entre 1913 y 1927. El París de la Tercera República, sobre todo el entorno de los Campos Elíseos, el Bois de Boulogne y los palacios de la aristocracia del Faubourg Saint-Germain, o las playas y costas del norte de Francia, son algunos de los escenarios en los que se desarrolla la novela y que reflejaron en sus cuadros.


Se trata de pintores como Manet, Pissarro, Renoir, Monet, Boudin o Dufy. Por otro lado, la importancia del teatro en la obra de Proust tiene su reflejo en la impresionante pintura de Georges Clairin, procedente del museo del Petit Palais de París, representando a Sarah Bernhardt, en la que se basó, entre otras, para crear el personaje de la Berma, omnipresente a lo largo de la novela.

La exposición hace también hincapié en uno de los temas más sobresalientes en la obra de Proust, el de la creación y consolidación en las últimas décadas del siglo XIX de una nueva y moderna disciplina, la Historia del Arte, en su fascinación por una ciudad como Venecia, a la que viajó dos veces, en su interés por las catedrales y la arquitectura gótica y en la no tan conocida “conexión española” del escritor, a través de las figuras de Mariano Fortuny y Madrazo y Raimundo de Madrazo, incluyendo en las salas algunos trajes y telas diseñados por el primero para mostrar un tema, el de la moda, imprescindible en el autor francés y que la muestra pretende resaltar.


Además de pinturas de Rembrandt, Vermeer, Van Dyck, Watteau, Turner, Fantin Latour, Manet, Monet, Renoir o Whistler, entre otros, una escultura de Antoine Bourdelle y los citados diseños de Fortuny y de otros creadores de la época. 


La exposición incluye una selección de libros de Proust procedentes de la Bibliothèque nationale de France y de la Biblioteca del Ateneo de Madrid, y otros préstamos del Musée du Louvre, el Musée d’Orsay y el Carnavalet - Histoire de París, la Mauritshuis de La Haya, el Rijksmuseum de Ámsterdam, el Städel Museum de Fráncfort yla National Gallery of Art de Washington.

Aportación y relectura de la información del Museo Thyssen, Alicia Perris


PARA MÁS INFORMACIÓN ESCUCHE EL PROGRAMA REALIZADO EN EL MUSEO CARNAVALET DE PARÍS, PARA LA EXPOSITION DE PROUST  

RADIO SEFARAD

 (18/01/2022)


MARCEL PROUST: UNA NOVELA PARISINA, DESDE PARÍS EN EL MUSEO CARNAVALET.

ALICIA PERRIS, EL MICRÓFONO DE ALICIA PERRIS


EL MICRÓFONO DE ALICIA PERRIS – Marcel Proust nació en la capital francesa el 10 de julio de 1871, donde murió el 18 de noviembre de 1922. Novelista y crítico francés y judío, su obra maestra es el relato En busca del tiempo perdido (compuesto de siete partes publicadas entre 1913 y 1927). Su autor está considerado junto con James Joyce y Virginia Woolf, los fascinantes (y nada obvios ni fáciles de seguir) renovadores de la prosa del siglo XX. 

Proust, al que a menudo se cita aunque han sido pocos los que lo han leído y tiene hasta un cuestionario homónimo apócrifo, realizó una labor de introspección en la que, recordando su pasado y rescatando recuerdos, ambientes y sensaciones, logró declinar su biografía habitando un estilo onírico característico, donde un olor, un sabor (la famosa magdalena que mojaba en el té y el universo de tía Léonie) devuelven climas y atmósferas inefables. Asmático y homosexual confeso, provenía de una familia acomodada (su padre era un médico de renombre internacional y su madre una mujer judía muy culta). Nunca tuvo pues perturbaciones económicas, por lo que se dedicó a mirar, ser visto y escribir.

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Le recordamos en compañía de Camille Courbis, de Prensa del Museo Carnavalet de Historia de París, escuchando el álbum de Shani Diluka, con referencias a los compositores más frecuentados por el escritor, César Franck (¿La sonata de Vinteuil?), Massenet, Debussy, Glück u Offenbach entre otros, y la soprano Natalie Dessay con Reynaldo Hahn. Además, el tráiler de la película Un amor de Swan (1984) dirigida por Volker Schlöndorff, con el mítico Alain Delon, entre otros grandes del cine. En último lugar finalmente pero no menos importante, Julio Serrano, acompañante rendido a cargo de las fotografías in situ.


 No pierdan de vista el libro Monsieur Proust de Céleste Albaret, ama de llaves del escritor en edición española de Capitán Swing. Y mediten un poco esta frase porque, estarán de acuerdo conmigo- y con Proust- en que “los mejores paraísos son los que hemos perdido”. Cuídense y disfruten este Micrófono, cuarta y última ventana abierta en París 2021/22 y sus exposiciones. Sueñen y relean o descubran una prosa exquisita y las constelaciones siempre revisitadas de Guermantes y de la bellísima condesa Greffulhe: À la prochaine et merci à tous!

Alicia Perris

https://www.radiosefarad.com/marcel-proust-una-novela-parisina-desde-paris-en-el-museo-carnavalet/

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