Publicaron una gigantesca antología de sus Testimonios y su Autobiografía
Darse
llegará a Argentina en el segundo semestre. Foto: Archivo
MADRID.- Victoria Ocampo vivió para el arte, pero no permitió que su obra
sonara a literatura. Le gustaba el "ardiente desorden" de su
producción: cartas, confesiones, ensayos, conferencias, reflexiones a veces
inconclusas.
"Muchas veces se piensa en ella como mecenas sin obra. Era necesario
un acto vindicatorio que hiciera justicia a la riqueza de su legado
literario", sostiene el poeta español Carlos Pardo. Con esa voluntad
trabajó durante tres años para completar la antología Darse.
Autobiografía y Testimonios, que devuelve a Victoria Ocampo a las librerías
españolas después de 40 años.
Fue una tarea de arqueología entre ediciones casi inhallables, en su gran
mayoría discontinuadas desde hace décadas incluso en la Argentina. El resultado
es un volumen de 500 páginas que recoge fragmentos de los 10 tomos de losTestimonios -publicados
entre 1935 y 1977-, de las seis partes de laAutobiografía -que
vieron la luz después de la muerte de la escritora, en 1979- y de otra veintena
de títulos.
El libro integra la colección "Obra Fundamental", que edita la
Fundación Banco Santander, y será presentado en la Argentina en el segundo
semestre del año. "Es difícil encontrar textos memorialistas tan potentes
en español como los de Victoria Ocampo -agrega Pardo-. Representan una crónica
de los mejores momentos de la vanguardia del siglo XX y a la vez indagan sobre
lo que significa ser mujer en un medio tremendamente hostil."
La intención del compilador fue presentar una suerte de "novela de su
vida, relatada en primera persona".
Por las páginas de Darse desfilan las figuras con las que
Victoria Ocampo se codeó, muchas de ellas en su Villa de Beccar: Ortega y
Gasset, Tagore, Keyserling o Pierre Drieu La Rochelle, que fue su amante.
También, su mirada sobre momentos y personajes decisivos del siglo XX: la Segunda
Guerra Mundial, los juicios de Nürenberg, el fenómeno de los Beatles.
Por supuesto no puede faltar Borges. No parece casual que la presentación
de la antología de la fundadora de Sur coincida con la semana del 30°
aniversario de la muerte del genial escritor porteño. "El reconocimiento
mundial de Borges es obra de Victoria Ocampo", dijo Juan Javier Negri,
director de la Fundación Sur, durante la presentación del libro en la sede
madrileña del Instituto Cervantes.
"Su relación con Borges era de admiración, pero también de respeto y
de miedo", recuerda Pardo. La antología recoge una semblanza escrita en
1961 en la que Ocampo confiesa cómo se sentía frente al autor de El
Aleph: "La ironía de Borges actuaba sobre mí como el limón sobre la
ostra viva. Todo se me encogía dentro".
El compilador indaga también en la relación de Victoria con su hermana
Silvina, más cercana a Borges a partir de su matrimonio con Bioy Casares.
"Había entre ellas una mezcla de incomprensión y rivalidad. La figura de
Silvina ha sido rescatada como una excelente cuentista, mientras que Victoria
siempre fue reducida a su papel de lo que hoy sería una gestora cultural, como
si su contribución literaria hubiera sido menor."
Sin embargo, añade, son dos escritoras muy diferentes cuyos estilos no
compiten, y se encuentran entre las mejores autoras argentinas del siglo XX.
El rasgo distintivo de Victoria es la intensidad. "Va a corazón
abierto, sin miedo al ridículo y sin pudor para hablar de temas difíciles para
una mujer de su época, como los celos o el amor adúltero", resume Pardo.
Ella misma lo explica en el párrafo que abre su Autobiografía:
"A mí me hubiera aliviado hablar en tercera persona de mí misma [...]. Yo
no soy «aquello», lo perecedero que formó parte de mí y ya
nada tiene que ver conmigo. Soy lo otro. Pero ¿qué?".
No hay comentarios:
Publicar un comentario