1 noviembre, 2017 - 19
marzo, 2018 / Edificio Sabatini. Planta 3
Maqueta para la ópera
Wozzeck, 2016. Varios materiales. 135 x 220 x 183 cm. Colección particular
Tras concluir su
licenciatura en Políticas y Estudios Africanos en la Universidad de
Witwatersrand de Johannesburgo, William Kentridge (Johannesburgo, 1955) se
traslada durante un año a París para cursar estudios de teatro y mimo. A su
regreso a Sudáfrica, en 1982, continúa su trabajo en teatro y en la industria
del cine, pero son las artes plásticas las que a principios de los años noventa
le otorgan un reconocimiento internacional tras su participación en la primera
Bienal de Johannesburgo (1995). A partir de ese momento, el artista ha
desarrollado siempre su trabajo escénico y plástico de manera paralela y
simultánea: ambos lenguajes se retroalimentan, complementándose, e incluso
solapándose, hasta el punto de que no se entiende el uno sin el otro.
La exposición William
Kentridge. Basta y sobra se centra en su producción escénica, que incluye
teatro, ópera y performance, y se acerca también a sus proyectos plásticos
desde esta perspectiva. El eje vertebral de la muestra son las obras de teatro
Woyzeck on the Highveld [Woyzeck en el Alto Veld, 1992], Faustus in Africa!
[¡Fausto en África!, 1995] y Ubu and the Truth Commission [Ubú y la Comisión
para la Verdad, 1997], y las óperas Il ritorno d’Ulisse [El retorno de Ulises,
1998], The Nose [La nariz, 2010], Lulu [Lulú, 2015] y Wozzeck (2017). Esta
selección permite un recorrido transversal que evidencia ciertas constantes de
la trayectoria artística de Kentridge. Todas ellas son historias de un solo
protagonista que sirven para entretejer diversas situaciones y suscitar
realidades más complejas. Se trata de dramas donde, con frecuencia, lo absurdo
se convierte en aliado para desnudar y desenmarañar eficazmente circunstancias
y contextos concretos. Los personajes de Woyzeck, Ubú, Lulú, Ulises, Fausto, e
incluso la Nariz, son víctimas o verdugos de unas estructuras encorsetadas que
ponen de manifiesto, en el ámbito público y doméstico, las lacras de la
tiranía, el autoritarismo, la mezquindad y la corrupción.
La importancia otorgada al
proceso creativo es otro de los aspectos claves de la producción de Kentridge.
Durante la concepción de las piezas mencionadas, se intercalan dibujos,
grabados y películas que sirven de punto de partida, son resultado de las
mismas o fueron producidas de forma simultánea y complementaria. La muestra
reúne una amplia selección de materiales y medios que dan cuenta de estas
sinergias entre la obra plástica y escénica del artista, así como de los
distintos enfoques y formalizaciones que plantea para cada proyecto.
http://www.museoreinasofia.es/exposiciones/william-kentridge
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