LUIS ALEMANY Madrid
La escritora Nancy Mitford
tiene un papel secundario en la novela de Jessica Fellowes. GETTY
Jessica Fellowes, autora de
varios libros de 'Downton Abbey', inicia una serie de novelas de misterio
ambientadas en la alta sociedad inglesa de los años 20
«La fascinación por los
años 20 en el Reino Unido y por la cultura de las grandes mansiones es un poco
como la fascinación por los últimos días de Pompeya. El destino de esas grandes
casas era arruinarse en 10, 15 años. Hasta entonces, sus dueños habían estado
exentos de impuestos pero eso cambió con los primeros gobiernos laboristas. De
repente, los aristócratas se dieron cuenta de que cosas básicas como mantener
calientes sus inmensas casas eran imposibles de pagar. A la vuelta de la I
Guerra Mundial, empezó a ser difícil retener a los empleados. Todo el mundo se
iba a las ciudades porque sentían que había más oportunidades. El sistema moral
también cambió. Los 20 fueron años de hedonismo. Es famosa la historia de una
heredera que iba a las fiestas vestida sólo con un gran collar de perlas.
También eso tenía que ver con la Guerra: los jóvenes intuían que otra guerra
esperaba, que la vida iba a ser corta y que lo mejor que podían hacer era
disfrutar de su tiempo».Jessica Fellowes escritora inglesa, conocida por su
trabajo en varias novelas sobre la serie Downton Abbey, habla del quicio de la
historia en el que ha ambientado Los crímenes de Mitford (Roca Editorial), una
novela de asesinatos y detectives llena de masters & servants y alicientes
histórico literarios. Por ejemplo, el Mitford del título alude a la famosa saga
de hermanas de la que la escritora Nancy fue pionera y campeona y que aparece
en esta novela como un personaje secundario. «En la segunda novela de esta
serie la que aparece es su hermana Diana, que representa ese mundo hedonista de
los años 20. Y en la tercera aparece más Pamela, la hermana fascista. La novela
habla de eso, de política y de la tentación nazi en el Reino Unido». En
realidad, la protagonista de Los crímenes de Mitford es Louise, una adolescente
que cae en la casa Mitford huyendo de una familia pobre y violenta. En la mansión,
se emplea como niñera y se gana la intimidad con Nancy. «El trato entre señores
y criados era formal ante el público pero con espacios para el afecto en
privado. La crianza de los niños era uno de esos espacios». En su camino,
Louise se cruza también con un policía cadete y enamoradizo llamado Guy y con
un crimen que Jessica Fellowes sacó de los periódicos, de la historia real.
Nancy los acompaña y les abre algunas puertas en su indagación. «La vieja
sociedad de clases era opresiva y claustrofóbica. Nancy me interesa como
personaje porque era una chica curiosa, un poco frustrada y solitaria, que
encontraba en Louise alguien de su edad con quien traspasar las barreras de
clase».Es sabido: el tema obsesivo de la literatura inglesa del siglo XX es el
de las clases sociales con sus leyes no escritas. «Es difícil saber si la gente
era feliz en aquel mundo. Quizá ni siquiera fuera esa la pregunta que se
hacían. Lo importante era la manera de relacionarse con las reglas. Con la
influencia del jazz y de la cultura de EEUU, se creó una expectativa de
libertad y muchos jóvenes expresaron por primera vez que se sentían atrapados
por los convencionalismos», explica Fellowes.Última pregunta. ¿Qué fue de las
mansiones que son el escenario de sus novelas? «Fueron abandonadas y se
convirtieron en ruinas. En los años 70 empezaron a rehabilitarlas y muchas
tienen buen aspecto, pero casi ninguna funciona hoy como lugar de residencia.
Sólo los ricos riquísimos pueden vivir en ellas».
http://www.elmundo.es/cultura/literatura/2018/09/17/5b9e7a59268e3e165b8b45fd.html
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