Gautier Capuçon, violonchelo. Auditorio Nacional. Sala de Cámara, 21 de abril, 2022
Johann Sebastian
BACH (1685-1750)
Suite para violonchelo nº 1 en sol mayor, BWV 1007 (1717-1723)
I. Prélude
II. Allemande
III.
Courante
IV.
Sarabande
V.
Menuett I
VI.
Menuett II
VII.
Gigue
Henri DUTILLEUX (1916-2013)
Trois strophes sur le nom de Sacher (1976-1982)
I. Un poco indeciso
II.
Andante sostenuto
III.
Vivace
Zoltán KODÁLY (1882-1967)
Sonata para violonchelo en si menor, op. 8
(1915)
I.
Allegro maestoso ma appassionato
II.
Adagio (con grand’espressione)
III. Allegro molto vivace
“Sorprendente” concierto- así definido por el propio violonchelista
Gautier Capuçon en la Sala de Cámara del Auditorio Nacional de
Madrid. Asiduo visitante de la capital española, esta vez venía con varias
misiones. Recordar la guerra en Ucrania y la invasión rusa (aunque sin
mencionarla de forma directa) y presentar el mejor laureado de su fundación
filantrópica, que empezó a funcionar en tiempos del covid, un pianista que
recibía así la oportunidad de ser escuchado por un público disponible y atento.
Con el uso de las mascarillas al cincuenta ñor ciento, porque han dejado de ser
obligatorias en España en interiores, desde el 19 de abril (¡)
En un inglés ajustado y muy comprensible y fácil de seguir, (¿Por qué no usas el francés, Gautier, tu deliciosa lengua materna?) se comunicó con la audiencia a lo largo de casi 3 horas de concierto, que inauguró, de manera imprevista, con El cant del ocells, de Pau Casals, en homenaje al compositor con vocación en favor de la paz, para continuar con el programa indicado.
Los cambios y la presentación de sus discípulos en escena, no
figuraba en el programa, esta vez demasiado corto (no hay datos biográficos del
instrumentista) a cargo de Luis Súñen.
Se da la circunstancia de que la familia de músicos (su hermano Renaud es un eximio violinista y su
hermana Aude hace también música al piano) acababan de perder a un pianista y
amigo muy querido, de origen americano pero residente en Francia, Nicholas Angelich esta misma semana.
Escriben sus biógrafos, que “Desde los años 90, Capuçon ha llevado
a cabo una importante carrera como solista de gran reclamo internacional,
trabajando con grandes directores, y ha demostrado un gran interés por la
música de cámara. De hecho, forma parte del Capuçon Quartet,
integrado por su hermano Renaud, la violinista Aki Saulière y la intérprete de
viola Béatrice Muthelet. Además, fueron los creadores del quartetto Mosaïques
de Karol Beffa.
Y que, como muchos otros virtuosos, también es pianista
acompañante. Comenzó a estudiar piano con siete años y lo tuvo como
segundo instrumento en el Conservatorio Superior de París. Le gusta tocar jazz
al piano como diversión, mientras
seguramente sueña con sus montañas nevadas, ya que es originario de la Saboya francesa. En
septiembre de 2007 se casó con la también
chelista Delphine Borsarello.
En cuanto a sus instrumentos, el principal utilizado por el
intérprete francés es un Matteo Goffriller de 1701 que posee en préstamo.
Cuenta además con un Joseph Contreras de 1746 prestado por la BSI (Banca della
Svizzera Italiana). De hecho, hablando sobre su Goffriller en abril de 2008, comentó:
“Me siento muy
afortunado de llevar tocando este chelo durante diez, casi once. Es un Matteo
Goffriller, de la escuela veneciana, de 1701. Todos los chelos Goffriller que
he intentado tocar no son fáciles. Para cada nota se necesita saber cuánta
presión hay que hacer en el mástil, cuánto vibrato y a qué velocidad mover el
arco; no es como un Montagnana o un Stradivarius. Los Montagnana, por ejemplo,
suelen ser fáciles de tocar. Por lo tanto, en el Goffriller tengo que buscar
constantemente para ver cosas diferentes. Al describir los Montagnana como su
«sueño», dijo: «Espero poder tocar algún día uno de ellos”.
Fue interesante escuchar cómo el chelista reinterpretaba también
las partituras, en función de los compositores y su historias y también la de
los intérpretes, con un apunte sobre Casals, que- según comentó- empezaba el
día tocando, cada día de la semana, una de las 6 suites para violonchelo de
Bach. El domingo, como se le habían acabado las obras, volvía a repetir la
primera, que está incluida en este programa.
Rostropovich fue además mencionado, en relación a las Trois strophes sur le nom de Sacher, que, confesó es de las propuestas más difíciles de tocar para un violonchelista, así que pidió al público “Que le deseara suerte”.
El pianista alumno de la fundación de Capuçon, Kim Bernard, interpretó un fragmento de El Arte de la fuga de Bach,
con excesivo pedal y fluidez, pero con Bach el pedal debería usarse con
cuentagotas, si se utiliza, ya que su música, para el clave y con otro concepto
de instrumentos y posibilidades técnicas, es bastante ajena a este artilugio,
más propio del pianoforte posterior del Clasicismo y el Romanticismo, no del
Barroco. Mejorable el tratamiento interpretativo del autor alemán, pero también
estas aseveraciones y las anteriores podrían ser opinables y tema de debate.
Sonaron mejor las dos piezas de Claude Debussy, (una de ellas reflets dans l´eau), terreno cercano
y fértil para la tradición francesa, a la que honra, siempre que puede Gautier
Capuçon, incorporando a menudo obras de Henri Dutilleux o en este caso, por
poderes, en la labor del pianista del gran maestro del impresionismo musical.
Mago de la creación de atmósferas y climas evanescentes pero con una importante
exigencia en la técnica, la ejecución y la interpretación.
Hubo una propina también al final, entre los nutridos aplausos del
público, encantado, una obra de un joven compositor español, Javier Martínez Campos, presente en la
sala la noche del concierto, definido como arabizante por su maestro Capuçon,
cálida, de “suk” (de mercado oriental). Mientras se la disfrutaba,
brillantemente ejecutada y con un brío gozoso (¡finalmente!, para cerrar la
velada con optimismo), deletreaba en el recuerdo frases y evocaciones visuales.
Sinestésicas en general, del Makbara, la intensa narrativa vecina de Marrakech,
concebida por la sensibilidad y la sutileza del escritor español Juan Goytisolo.
Así fue y así se intenta reseñar un concierto particular, lleno de sorpresas pues y de amigos y colaboradores, (Gautier Capuçon agradeció al Auditorio, cuya Sala de Cámara estaba casi llena, la oportunidad de realizar estos cambios en la programación y en los músicos y obras ofrecidos) que permiten crear espacios donde se celebra la música como lo que es, un archipiélago que de lo individual y particular, a lo general, se amplifica bendiciendo y fecundando amplios continentes de empatía y de consuelo. De Eros…Tout à fait!
Alicia Perris
Fotografías 1, 2, 3 Y 4 de Gautier Capuçon (c) Rafa Martín_CNDM Liceo de Cámara. Foto 5, Julio Serrano
NOTA BENE:
Release on October 1st, 2021
With Orchestre de chambre de Paris, Frank Braley, Lionel Bringuier, Orchestre Philharmonique de Radio France, Bernard Haitink, Chamber Orchestra of Eu
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