'Los ismos del arte'
(1925), de Lissitzky y Hans Arp. / THE
GETTY RESEARCH INSTITUTE
Conocido sobre todo como el gran propagandista del
régimen soviético, hay pocos artistas que hayan volcado su creatividad en
tantas ramas diferentes como El Lissitzky (Lázar
Márkovich Lisitski, Potschnok 1890-Moscú, 1941). Arquitecto, pintor, diseñador,
fotógrafo, ilustrador, El Lissitzky fue un experimentador inagotable y un
entusiasta de los cambios que se produjeron en el tiempo que le tocó vivir.
Convencido de que trabajo y arte estaban
indisolublemente unidos, a El Lissitzky se le ha terminado por reconocer su
capacidad para conectar diferentes culturas y países y para dar una respuesta
global al arte de su tiempo. La exposición que le dedica elMuseo Picasso de Málaga, El
Lissitzky. La experiencia de la totalidad, desentraña a partir de 130
obras su aportación al arte de la primera mitad del siglo XX. Coproducida con
La Pedrera de Barcelona, el Museo de Arte Moderno de Trento y La Fábrica de
Madrid, la muestra,ya vista en Italia, permanecerá abierta hasta el 24
de septiembre y viajará a Barcelona.
Oliva María Rubio, comisaria de la exposición, ha
querido desmenuzar su trayectoria desde sus comienzos con Marc Chagall, su
aportación al suprematismo con Kazimir Málevich, la invención de una
manifestación propia llamada Proun (un cruce entre pintura y arquitectura),
hasta sus trabajos con los Soviet y con el arte de vanguardia europeo en los
años veinte y su entrega como propagandista del régimen estalinista hasta su
muerte, en 1941.
'El constructor' (1924),
autorretrato de El Lissitzky. / THE
GETTY RESEARCH INSTITUTE
El montaje de la exposición recoge el espíritu
transgresor y multidisciplinar que caracterizó la trayectoria vital y artística
de El Lissitzky. El primer ámbito está dedicado a uno de sus papeles más
conocidos, el de revolucionario. Nacido en el seno de una familia pudiente
judía, después de la Revolución de Octubre de 1917 fue invitado por Marc
Chagall para impartir clases en el Instituto de Arte Popular de Vítebsk, un
momento decisivo en su vida porque es aquí donde se suma a todas las
actividades de agitación para apoyar al ejército revolucionario con trabajos de
propaganda que pegaban en tranvías y edificios frecuentados por los
trabajadores.
Licenciado en Ingeniería arquitectónica en
Alemania, a partir de 1921 viaja por toda Europa para difundir las ideas y el
arte soviético. En esta etapa se relaciona con artistas como Mies van der Rhoe,
Le Corbusier, Hans Arp, László Moholy-Nagy o Theo van Doesburg. En este
apartado se exhiben sus primeras ilustraciones para libros yiddish, generalmente
destinadas a los niños, y sus trabajos con el colectivo de artistas
suprematistas Unovis, una palabra que inventaron para englobar el arte nuevo.
Precursor de la tipografía moderna, diseñó
carteles y publicaciones sorprendentes por la audacia de su composición. La más
famosa y conocida fue URSS en construcción. Esta revista fue
unos de los principales medios para mostrar en el extranjero y en el propio
país los avances que favorecían la imagen de la Unión Soviética, especialmente
los relacionados con la industrialización.
Oliva María Rubio asegura que no se conoce ninguna
manifestación pública de El Lissitzky contra el régimen pese a las depuraciones
y condenas a muerte masivas que se estaban produciendo mientras él seguía
entregado al arte. “Puede que tuviera alguna dificultad”, responde Rubio, “pero
nada relevante. Creo que prefirió ponerse unas orejeras y desconectar”.
Con Sophie Küppers, artista como él, tuvo un hijo,
Jen Lissitzky, nacido en 1930, quien desde hace décadas vive en un pequeño
pueblo de la serranía de Málaga. En contra de lo previsto, no ha podido
participar en la inauguración de la exposición dedicada a su padre. “Vendrá un
día de estos”, asegura José Lebrero, director del Museo Picasso. “Comprobará,
como los demás visitantes, que su padre fue un activista comprometido sobre
todo con el arte”.
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/06/24/actualidad/1403625903_716916.html
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