jueves, 10 de octubre de 2019

CON REPERTORIO ARGENTINO, LA SOPRANO VIRGINIA TOLA EN EL CICLO DEL AMBIGU DEL TEATRO DE LA ZARZUELA

Martes 8 de octubre, a las 20h00

CARLOS GUASTAVINO (1912-2000)
Pampamapa
Noches de Santa Fe
En los surcos del amor
La rosa y el sauce
Piececitos
Se equivocó la paloma

ALBERTO WILLIAMS (1862-1952)
Vidalita
Milonga calabacera
CARLOS LÓPEZ BUCHARDO (1881-1948)
Canción del carretero
Si lo hallas
Prendiditos de la mano

ASTOR PIAZZOLA (1921-1992)
Verano porteño (piano solo)
ALBERTO GINASTERA (1916-1983)
Canción del árbol del olvido
Cinco canciones populares argentinas, op. 10

CARLOS GARDEL (1890-1935)
Volver
Melodía del Arrabal
El día que me quieras

Escribió el Departamento de Comunicación y difusión del Teatro de La Zarzuela, que dirige con talento y dedicación Juan Marchán, a propósito del concierto en ese coliseo, “La soprano argentina Virginia Tola abrió el pasado, 8 de octubre (20h00), la nueva temporada del ciclo Notas del Ambigú en la importante sala de la capital. Acompañada al piano por Rubén Fernández Aguirre.

Una cita con un emocionante viaje sentimental a través de la canción argentina, que surcará un mar deslumbrante de alegrías y penas, amores, desamores, nostalgia y olvido. La cuarta temporada del ciclo ofrece 11 recitales, lo que supone más del doble que en su primera edición”.

Se trata de una convocatoria más íntima que en la sala principal, cercana a la cantante y al pianista en este caso, un lugar de conciertos diferente, donde lo importante es la proximidad entre artistas y público con una vivencia de cercanía que solo es posible en un espacio recogido como el Ambigú.

Luego del concierto de Virginia Tola seguirá el de la mezzosoprano Cristina Faus ‘María, de García a Malibrán’, el de la también mezzo Paola Leguizamón ‘Canción colombiana’, El del barítono Borja Quiza ‘La emigración gallega, canciones de ida y vuelta’, el de la soprano Andrea Jiménez ‘Canción vasca’, el del tenor y actor Ángel Ruiz dedicado al Cuplé, el de la soprano Ruth González ‘Tres pasiones de mujer’, el de la formación barroca La ritirata liderada por el violonchelista Josetxu Obregón ‘Il Spiritillo Brando’, el del guitarrista Ricardo Gallén ‘Guitarra romántica’, el del Trío Arbós con su nueva entrega de ‘Música de cámara’ y el de la soprano Berna Perles sobre Joaquín Turina.

Aplaudida internacionalmente, la soprano argentina Virginia Tola actúa en importantes teatros de ópera como el Teatro dell’Opera di Roma, Teatro Regio di Torino, Teatro Giuseppe Verdi di Trieste, Teatro Regio di Parma, Washington National Opera, Los Angeles Opera, Teatro Real de Madrid, De Nederlandse Opera de Amsterdam, Theatre Royale de la Monnaie De Munt, Teatro Palau de les Arts Reina Sofia, Teatro de la Maestranza de Sevilla, Opera National Bordeaux, Bregenz Festival, Opera Royal de Wallonie, Teatro Colón de Buenos Aires y muchos otros.

Completó sus estudios de canto en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón en Buenos Aires y obtuvo el Primer Premio del Concurso Internacional de Canto Reina Sonja en Oslo, Noruega, con un jurado integrado por grandes figuras de la historia de la Lírica, como Birgit Nilsson, Christa Ludwig, Theo Adam y Ingrid Bjoner. Su éxito en Oslo la llevó inmediatamente a realizar un tour de conciertos por diversas ciudades escandinavas junto a la Orquesta Filarmónica de Oslo, bajo la dirección de los maestros Marris Janssons y Marcello Viotti.

También triunfó en el Concurso Internacional “Operalia”, creado y organizado por el maestro Plácido Domingo, adjudicándose tres premios: “Premio del Público”, “Premio a la Zarzuela” y el premio del filántropo “Lloyd Rigler”.

Ha cantado roles protagónicos en Óperas como Las Bodas de Fígaro, en el Teatro Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, en el Théâtre Royale de la Monnaie De Munt de Bruselas y en Opera Monte Carlo; Cosi fan Tutte, en Bruselas, así como también en la De Nederlandse Opera de Amsterdam y en el Teatro Colón de Buenos Aires; La Traviata, en Bruselas y en la Opera-Lausanne de Suiza; La Bohème, en los coliseos de Los Angeles, Bordeaux, Washington, Roma, Torino, Bregenz, Oslo y Klagenfurt; Don Giovanni, en el Teatro de la Maestranza de Sevilla; en Luisa Miller y Falstaff en la Opera Royal de Wallonie en Lieja; y en el Teatro Filarmonico de Verona, Carmen, en el Teatro Real de Madrid, Cagliari, Torino, Washington, Oslo, Cleveland y La Plata; Fausto en el Teatro Verdi de Trieste; en Mefistofele en el Teatro Colón de Buenos Aires; en La Viuda Alegre, en la Ópera de Los Angeles; en Otello, en el Teatro Comunale di Modena y Piacenza, y el Teatro El Circulo de Rosario; en Orfeo y Euridice, en el Teatro Colon; en I Pagliacci, en el Teatro Argentino de La Plata; en El Barbero de Sevilla, en la Oslo Den Norske Opera, y Ballo in Maschera inaugurando la temporada del aniversario Verdi en el Teatro Regio de Parma. Stiffelio en la Opera de Monte Carlo, y Nabucco en el Macerata Opera Festival. Este año ha debutado en el prestigioso Arena de Veroan en el y Teatro Comunale di Bologna (Italia) cantando Ballo in Maschera, en la Opera La Forza del Destino, en el emblematico Festival Verdi de Parma, en la Opera de Sao Paulo con Falstaff, Tosca en el Teatro dell’Opera di Roma, y Don Carlo en el Escorial de Madrid y en el Grange Park Opera de Londres. Esta temporada ha debutado los roles titulares de Andrea Chenier y Macbeth en el Teatro Massimo de Palermo con gran éxito de crítica y público.

Entre su obra discográfica se encuentran Don Rodrigo y Milena de Alberto Ginastera y el Triple Concerto de Luis Bacalov, registrado por la compañía Delos International.

Vestida con un precioso y deslumbrante vestido amarillo (Virginia no es supersticiosa), ajustado y alado, la cantante argentina fue desgranando con pasión, pero a la vez susurrando, apianando muy a menudo con maestría, un repertorio melancólico, personal e introspectivo, que recorrió todas las formas de danza y tradición oral y escrita del territorio sudamericano y no solo el capitalino, sino también el del interior.

Carlos Guastavino, mi maestro de Coro en el Conservatorio Nacional Carlos López Buchardo, otro de los compositores que abordó en su recital Tola, nació como la soprano en la ciudad de Santa Fe, al borde del río Paraná y tiene una vasta obra, que se reparte en partituras para piano, guitarra, música de cámara para diversas formaciones, partituras para orquesta, coro a capella o con piano y una enorme cantidad de canciones para voz y acompañamiento. Además es notable la cantidad de arreglos de composiciones ya existentes para otras formaciones.



Una amplia mayoría de su producción es para ser cantada. Guastavino amaba la voz, y amaba cantar. Es por ello que incluso cuando escribió para piano lo hizo de un modo “coral”, polifónicamente. A sus alumnos nos llamaba siempre la atención porque desafinábamos a todo pulmón y no éramos capaces de mantener la afinación y el norte con unas propuestas que, bien lo sabrá Virginia Tola, son muy complicadas de interpretar también.

Melodiosas y nostálgicas como casi todo el concierto, Tola tiene un lindísimo instrumento, con una técnica, un fiato (su respiración se percibía perfectamente dado las características del recinto del Ambigú), una afinación segura y constante y una capacidad intrínseca para modular repertorios propios y menos cercanos, como demostró en una de las propinas que dedicó al final del recital, “De España vengo”, de “El Niño judío”, zarzuela en dos actos, estrenada en el Teatro Apolo de Madrid en 1918.
Le salió castiza, elegantísima pero con mucho salero y gracia. Tiene además una fantástica presencia escénica, es alta, muy delgada, circunstancia que compensó (la dieta, claro) con un mordisquito casi imperceptible a un trozo de chocolate localizado en el atril, que degustó en medio de dos canciones.

Alberto Evaristo Ginastera (Buenos Aires, 11 de abril de 1916 - Ginebra, 25 de junio de 1983) fue un compositor argentino de música académica contemporánea, considerado como uno de los más importantes del siglo XX en América. Discípulo destacado de Aaron Copland, su estilo discurrió en torno al dodecafonismo, el serialismo, el microtonalismo y la música aleatoria con un amplio uso de motivos propios del acervo folclórico argentino. Compuso óperas, ballets, piezas orquestales, obras corales, conciertos para solistas, sonatas y música para películas.
Fue maestro de Astor Piazzolla, Mauricio Kagel, Gerardo Gandini, Waldo de los Ríos, Alcides Lanza, Carlos Bellisomi1 Jacqueline Nova, Mesías Maiguashca, Blas Emilio Atehortúa, Alicia Terzian, entre otros. Estudió en el Conservatorio Williams de Buenos Aires, del que se graduó en 1938 y es conocido internacionalmente sobre todo por sus óperas, entre las cuales destaca Bomarzo, con libro de Manuel Mujica Láinez (Manucho) y la Canción del árbol del olvido, que es un must para cualquier recital de música argentina, como las composiciones de Guastavino, entre ellas “Se equivocó la paloma”, atribuida durante décadas a Joan Manuel Serrat.

Alberto Williams (abuelo de un compañero de estudios del López Buchardo) y Carlos López Buchardo son padres fundadores de la composición y la música argentinas, tal vez menos conocidos en el extranjero que Astor Piazzola, en otro género, a cuyo “Verano porteño” sacó lustre Rubén Fernández Aguirre, de exquisita delicadeza y sensibilidad acompañando de maravilla al piano durante toda la velada a la soprano. Grande…


No podían estar ausentes en una noche dedicada al potencial y a las tradiciones musicales argentinos, los tangos-canción de Carlos Gardel, de los que Virginia interpretó, probablemente, tres de los más conocidos, para hacer lagrimear de costado a alguno de los presentes llenos de nostalgia, “Volver” (¿lo haremos algún día,  a nuestra antigua ciudad, a nuestra primera casa?), y “Melodía de arrabal”.

Luego llegó el tango que dedicó a Daniel Bianco, el responsable artístico del Teatro de La Zarzuela, con muestras de afecto y cercanía hacia el director argentino radicado en España, porque- según dijo- “es su favorita”, “El día que me quieras”.

No faltó tampoco entre los encore “Alfonsina y el mar”, compuesta por el pianista Ariel Ramírez con letra de Félix Luna, que se publicó por primera vez en disco, cantada por Mercedes Sosa, otra leyenda, en Mujeres Argentinas, en 1969. Virginia Tola dio una lección de saber estar y por supuesto, de saber cantar e interpretar, la música argentina o, como muestra su curriculum, la que corresponda a cada ocasión, a cada rol y a cada teatro. 

Además, la idea de los ciclos intimistas y recogidos en el Ambigú es un enorme hallazgo en la programación de la sala de la calle Jovellanos. Y en cuanto a Virginia Tola, Como diría un español, “guapa, estupendísima”. ¡Que vuelva!

Alicia Perris
Julio Serrano, webmaster y fotos de sala



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