Muere
Erich Priebke, capitán de las SS y criminal de guerra
Fue condenado por la matanza
de las fosas Ardeatinas, ocurrida en 1944, durante la ocupación nazi de Italia,
tras medio siglo de vida en libertad en Argentina
Argentina no permitirá que su
cuerpo entre en el país, donde está enterrada su esposa
El País Madrid
El nazi Erich Priebke (Henningsdorf, Prusia, 1913), oficial de las SS
implicado en una de las matanzas contra civiles más conocidas de la II Guerra
Mundial, ha muerto este viernes en Roma a los 100 años. Sentenciado en Italia
por estos hechos tras casi medio siglo refugiado en Argentina, era uno de los
últimos criminales de guerra nazis que quedaban con vida. Este mismo viernes el
Gobierno argentino ha informado de que no permitirá que el cuerpo de Priebke
entre en su país. Su esposa está enterrada en la ciudad de Bariloche, en
Argentina.
En marzo de 1944 Italia se encontraba ocupada por Alemania. El 23 de ese
mes una bomba colocada en via Rasella (Roma) explotó al paso de tropas de las
SS. Mató a 33 soldados. Como respuesta, Hitler ordenó ejecutar a 10 italianos
por cada alemán muerto.
El jefe de la policía y los servicios secretos alemanes en Roma,
Herbert Kappler, fue el encargado de ejecutar la represión. Para ello
seleccionó a 335 presos de varias cárceles romanas; casi una cuarta parte de
ellos eran judíos. El día siguiente, fueron conducidos por los hauptsturmführer
(capitán, en el escalafón militar nazi) Priebke y Karl Hass en camiones hasta
unas minas abandonadas a las afueras de Roma conocidas como fosas o cuevas
Ardeatinas. Allí, tras ser introducidos de cinco en cinco, eran ejecutados con
un disparo en la nuca, muchos de ellos arrodillados sobre los cadáveres de
quienes les habían antecedido. Cinco de los asesinados por los verdugos de las
SS no estaban incluidas entre los represaliados originales. Medio siglo
después, durante los juicios celebrados contra él, aquel brutal error de
cálculo gravitó pesadamente sobre Priebke, que tenía la responsabilidad directa
de comprobar las listas de los sentenciados.
Terminada la guerra Priebke estuvo durante cerca de 20 meses en un
campo de prisioneros administrado por los británicos junto a Rimini. Huyó de él
y, tras pasar una temporada escondido en un monasterio franciscano en Austria,
huyó a Argentina con ayuda de ODESSA, la nebulosa organización de antiguos
miembros de las SS encargada de buscar escondite en Latinoamérica a sus
criminales conmilitones.
Priebke se asentó en Bariloche, en los Andes, donde residió casi
cuatro décadas y donde, en 1991, el escritor argentino Esteban Buch le
entrevistó cuando reunía materiales para su libro El pintor de la Suiza
Argentina, una investigación sobre los nazis refugiados en la idílica
localidad andina. El viejo SS habló sin complejos de su papel en la masacre
romana. Un equipo de la cadena estadounidense ABC, siguiendo la pista levantada
por Buch, volvió a entrevistar a Priebke tres años después; aquellas imágenes
dieron entonces la vuelta al mundo y motivaron un clamor por su extradición en
Italia.
En 1995 Argentina facturó a Priebke a Roma y dio comienzo un largo
procedimiento que, tras episodios rocambolescos, concluyó en 1998 con cadena
perpetua para él y para Hass. Ambos cumplieron muy confortablemente sus penas;
Priebke llegó incluso a obtener un permiso de trabajo.
Durante las vistas judiciales, Priebke reconoció haber dado muerte con
sus propias manos a varios rehenes. También se supo que, pese a la obediencia
debida, varios oficiales nazis se habían negado a participar en la matanza.
Varias películas y documentales reconstruyen la matanza en las fosas
Ardeatinas, entre ellas Muerte en Roma (1973), de George P.
Cosmatos.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/10/11/actualidad/1381498255_399790.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario