MIGUEL PONS
POEMAS EN PROSA
Orquesta y Coro de la
Comunidad de Madrid. Juan Carlos Garvayo, piano. Magdalena Llamas,
mezzosoprano. Juan Antonio Sanabria, tenor. Alfredo García, barítono. Miguel
Espejo, clarinete. Pedro Teixeira, director del coro. José Ramón Encinar,
director.
I) Concierto para piano y orquesta. 2010.
II) Poems in prose . Cantata
para coro, solistas y orquesta sobre textos de Oscar Wilde. 2012.
Primera parte: The
artist. The Doer of God. Segunda Parte: The Disciple. The House of Judgement.
III) Scherzo para
clarinete y orquesta, 2013.
Grabación realizada en
la sede la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid entre los días 9 y 15 de
abril, 2013. Verso. Portada: José Pons Bosch, “Tiempo, corazón de piedra”,
1984. Oleo sobre tabla. Colección del autor.
Miguel Pons,
compositor de toda la obra que ahora se presenta en esta grabación, estudió en
el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y obtuvo – entre otros- el
Premio de Honor de Armonía y Melodía Acompañada.
Su música fue
presentada en varios festivales en España y en el extranjero, difundida en
televisión y radio y compatibiliza además la de concierto con la producción
para el mundo audiovisual.
El Concierto para
Piano y Orquesta que abre el CD que acaba de presentarse a los medios y al
público, conserva su forma clásica y es una propuesta exigente no solo para la
orquesta, sino también para el solista, por la dificultad y exactitud que
reclama su apropiada ejecución. El piano, concebido más que como instrumento
solista, como concertante, contribuye a hacer de la obra, un todo compacto, que
evoca por momentos la tradición de un Falla o de un Stravinsky. Juan Carlos
Garvayo, como solista, solventa con limpieza y gusto su parte.
El Scherzo para
clarinete, instrumento que goza de cierta preferencia por parte del Maestro
Pons, ofrece “un resultado casual y desenfadado de complicidad entre la
orquesta y el clarinete”. Se trata de una obra sobria, clásica, que no rehúye
precedentes clásicos, incorporando estilos muchos más contemporáneos dedicados
al instrumento, más juguetones, como el personaje de Pedro y el lobo de Prokoviev
o la capacidad de improvisación que tiene este instrumento en el campo del jazz
sobre todo en el siglo XX. Miguel Espejo
se explaya en la amplia tesitura del instrumento, con una agilidad manifiesta y
gran ductilidad en el timbre.
La Orquesta y Coros de la Comunidad de Madrid, dirigida por Ramón Encinar realiza una vez más un gran esfuerzo en el ensamblaje de toda la obra de Pons, con los instrumentistas y los cantantes y el resultado es homogéneo y elegante, como es habitual en estas formaciones.
La Orquesta y Coros de la Comunidad de Madrid, dirigida por Ramón Encinar realiza una vez más un gran esfuerzo en el ensamblaje de toda la obra de Pons, con los instrumentistas y los cantantes y el resultado es homogéneo y elegante, como es habitual en estas formaciones.
“Last but not least”,
a propósito reservada para el final en
esta reseña, la Cantata de los Poems in prose sobre unos textos de Oscar Wilde,
nos sitúa en una plasmación artística y estetizante, ligada a toda la
producción poética y novelística de Wilde. Su única novela, El Retrato de
Dorian Gray, claro y la teatral, más lúdica y mordaz de La importancia de
llamarse Ernesto o Salomé, que fue magníficamente ilustrada en su tiempo por
Beardsley, lo que causó un escándalo más en aquella beata sociedad victoriana
invadida y sojuzgada por la doble moral de la Inglaterra colonial de fin de
siglo.
Escuchamos emociones
religiosas, morales y la preocupación por la presencia de un Dios que castiga y
otorga favores, que ordena un mundo deshilvanado por el hombre y sus deseos.
Trabajo arduo para una
música con un idioma difícil para el canto- el inglés- esta nostálgica y casi
elegíaca producción permite el lucimiento de los cantantes: de la mezzo-soprano
Magdalena Llamas, del tenor Juan Antonio Sanabria y de Alfredo García, un
barítono cuya facilidad vocal siempre sorprende, soberbio en el registro grave
y dulce y melodioso en el medio y los agudos. Tiene la fortuna de cantar dos de
las frases más significativas del texto del poeta: “¿No existe otro camino en
el cual caminar que no sea el camino del pecado?”. Y también: “Porque en el
infierno he vivido siempre”.
Una música actual para
lo que se llamó el esteticismo o el decadentismo de Oscar Wilde, el escritor que
tuvo por tutores a John Ruskin o Mahaffy, cercano a las ideas y las creaciones
de William Morris, Dante Gabriel Rosetti o Mallarmé.
Caricaturizado en la
opereta “Patience” de Gilbert y Sullivan, el escritor inglés (Irlanda, su
tierra natal era todavía parte del Imperio británico), fue sembrando su vida y
su obra de creatividad, inteligencia y sentido del humor.
A pesar de las
persecuciones y la inmerecida cárcel
(releed su De Profundis) que tuvo que sufrir por su opción homosexual,
nunca perdió la distancia para valorar los escenarios en los que le tocó
producirse y crear. Y así dejó dicho: “Escribí cuando no conocía la vida. Ahora
que entiendo su significado, ya no tengo que escribir. La vida no puede
escribirse, solo puede vivirse”.
En el cementerio parisino
de Père Lachaise descansan todavía su heterodoxia y su talento. En la aduana
“no tuvo nada que declarar sino su genio”.
Alicia
Perris
No hay comentarios:
Publicar un comentario