miércoles, 9 de octubre de 2013

SOMOS TONTOS


Raul del Pozo

España fue una centella de inteligencia con destello incluso superior al de los griegos. La exhalación del talento duró apenas siglo y medio, tal vez desde el descubrimiento de América a la muerte de Cervantes. «Nada queda fuera de mi alcance con 10 dedos en las manos y 150 españoles», alardeó el pendenciero capitán Alonso de Contreras. Eso, entonces; quizás sea verdad que ahora los españoles nos hemos venido otra vez abajo: empezamos robando el oro de los incas y hemos terminado embrollados conlos catalanes.

Habíamos superado el complejo de inferioridad con la Roja y otras victorias en los concursos de misses y de cocineros y vuelven los calvinistas del déficit a insistir en una leyenda negra con aires de posmodernidad: los españoles son gilipollas.

Prefiero aquella leyenda de los corsarios de nuestras hazañas, aquel oscuro retrato ideado por los británicos y los flamencos que nos pintaban entre la guitarra y los celos, como la polilla de Europa, como los perros de presa con zambombas y cencerros arrojando cabras desde los campanarios.

Que seguimos siendo envidiosos e ignorantes, capaces de dar paseos, se comprueba apenas se leen las entradas anónimas de los cuchilleros electrónicos. Que estamos incapacitados para aprender idiomas lo descubrí yo al ser uno de los más tontos de entre los 300 estudiantes del Putney Hill College, cerca de Wimbledon. También he descubierto que en España se confunde la pedantería con la cultura y el ingenio con el genio. «Ese chico escribe bien –me decía de uno Camilo– pero se perderá por el ingenio».
Que éramos fanáticos y sectarios lo descubrió hace un siglo el filósofo de la calle Lista. «El pueblo español –escribió– se ha caracterizado por la escasa inteligencia, por el intelecto que nos ha faltado, sobre todo el político». Ni siquiera nos educaron bien en la religión. No nos dijeron que si las cosas se mueven tanto es porque están movidas por alguien; nos obligaron a aprendernos la Biblia de memoria y nos enviaron a ir detrás de los pasos de Semana Santa con sus borriquitas y arcángeles, sin enseñarnos que una mosca es un ser más sofisticado que un ángel.
 
Por fin, el demoledor Informe PIAAC nos envía al pelotón de los tontos. Descubren que no entendemos el recibo de la luz y que somos el último de 23 países en comprensión matemática y el penúltimo en comprensión lectora. La cuarta parte de nuestros ciudadanos no sabe usar el ratón del ordenador.

Enseguida han politizado nuestra idiotez, el partido que está en el poder dice que éramos tontos y la Logse nos hizo doblemente tontos.
http://quiosco.elmundo.orbyt.es/ModoTexto/salacolumnas.aspx?id=18478245&sec=El%20Mundo&fecha=09_10_2013&pla=pla_11014_Madrid&tipo=5&d=1

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