viernes, 6 de marzo de 2015

LE POÈME HARMONIQUE PRESENTÓ EL CARNAVAL BARROCO EN LOS TEATROS DEL CANAL DE MADRID



Un carnaval en Italia: músicas, danzas y artes circenses del siglo XVII. Teatros del Canal. 3 de marzo de 2015.
Concepción y dirección: Vincent Dumestre. 
Vestuario: Chantal Rousseau
Puesta en escena y coreografía: Cécile Roussat
Escenografía: François Destors
Cantantes: Bruno Le Levreur (alto), Hugues Primard (tenor), Serge Goubioud (tenor), Enmanuel Vistorky (bajo).

Acróbatas, mimos y Guitarra: Stefano Amori y Lulien Lubek.
Acróbatas: Ahmed Said, Olivier Landre, Quentin Bancel, Antoine Hélou y Rocco Le Flem.

Músicos: Johannes Frisch, Emmanuel Mure, Stéphane Tamby, Lucas Péres, Thomas de Pierrefeu, Michèle Claude y Vincent Dumestre.

Programa musical
. Litanie dei Santi (procesión popular) - Maletti
. Serenata che fa madonna Gola a messir Carnaval - Fasolo
. L´altre nott al far del griono- Fasolo
. Al me pias´il vin alban- Fasolo
. Una volta fui al mar- Maletti
. Finiam la dunque o fier Sguizzon- Maletti
. Mentre per bizarria- Fasolo
. Ciaconna- Maletti
. Villanelle del Pescatore- anónimo (arr. Maletti)
. Colascione- Kapsberger
. Tarantella del Gargano- anónimo
. Preludio- Maletti
. Lamento del Naso, pasticcio- Monteverdi/Lattarico
. Ballo di tre zoppi- Fasolo
. Lamento di madama Lucia con la ripostadi Cola- Fasolo
. Hor cantar più nonvogliamo, Moresca- Fasolo


Le Poème Harmonique, es una formación de referencia en la música vocal e instrumental de los siglos XVII y XVIII. Siempre en los Teatros del Canal que hoy por hoy bajo la dirección de Albert Boadella, es el buque insignia de la variedad y calidad de oferta teatral y afines en Madrid, ya nos deleitó con Le bourgeois gentilhomme” de Molière en 2011. Un hallazgo y una sorpresa “éblouissante”.
Se respira en esta producción el antiguo y reconoscible aroma del teatro y las puestas de Jean Baptiste Poquelin, que, partiendo de La commedia dell´Arte, llegó a escribir las páginas más críticas de la sociedad francesa del XVII, en plena época de Louis XIV, el demiurgo de Versalles.
Pero también resuenan los ecos del primitivo teatro didáctico que impartía doctrina religiosa en las iglesias. De hecho, el espectáculo comienza con la Litanie del Santi, de Maletti (procesión popular), mezclando una vez más las complicadas relaciones entre el Carnaval, dionisíaco, exultante, y la cuaresma, tierra de contrición y recogimiento cristiano.
Y por supuesto está presente aquella película legendaria que hizo hace varias décadas Anne Mnouchkine con Le théâtre du Soleil sobre Molière, una cinta de culto que cambió la mirada sobre el teatro del siglo XVII. Y el arte desde hace muchos años, de los fundadores grupos teatrales de Els Comediants y Els Joglars, inspirado esta última agrupación por la maestría y el talento de Albert Boadella.
Y nos instalamos en las cancioncillas napolitanas, romanas, porque Le Poème Harmonique en esta ocasión ha conseguido enfrentar un repertorio italiano, aparentemente alejado del clasicismo versallesco, pero hermano de sangre del teatro francés del siglo de Racine o de Corneille, de Rameau o de Lully.
La música es aquí una extraña conjunción de melancolía y disfrute, una narrativa que va de la contención temerosa al más abierto frenesí, porque eso es el carnaval, un maridaje perfecto entre Eros y Tanatos. Freud está omnipresente, claro que sí y el poeta Horacio, con su mítico Carpe Diem. Es buena la afinación de los cantantes y los instrumentistas, aunque esto no es la performance de una ópera purista, ni debe serlo, se trata de un´altra cosa”. Excelente la pronunciación en italiano de toda la obra, las canciones, los comentarios sotto voce, las exclamaciones sofocadas.

En Italia, el carnaval de Venecia es totémico. En esta ciudad, a principios del siglo XVII, durante los diez días que la ley concedía al Carnaval antes de la llegada  de la Cuaresma, las fiestas alcanzaban su máximo esplendor en los palacios y en las calles.
Los banquetes gigantescos y pantagruélicos, acompañados por música, rivalizaban en fasto y belleza, mientras que la calle declinaba máscaras, juegos y trucos de todo tipo: campesinos, lacayos, vendedores ambulantes y charlatanes, burgueses y príncipes, laicos y religiosos se reúnen para asistir a los espectáculos de acróbatas, de equilibristas, malabaristas, hazañas de fuerza y de espectáculos teatrales.
La ironía de los zannis, sirvientes ocultos de la Commedia dell´arte, contextualizan los cantos, a veces parodias mordaces de Polichinelas deformados. Las músicas acompañan la acción y los Arlequines se desbocan en un inefable movimiento perpetuo jalonado de máscaras y de sugerencias sutiles. Se trata de un espejismo onírico que no se detiene nunca.

 Así el espectáculo se va hilando con fantasías que van desde las marionetas, hasta los fuegos artificiales, piruetas y malabares con fuego y juegos de magia para sorprender al espectador. El circo está al alcance de la mano y la atmósfera recuerda el Casanova de Fellini, que tan bien recreó la geografía erótica de Venecia y sus canales. Un territorio donde se transmutan la herejía, el deseo y el temblor de la carne. Intenso.El director de la compañía, un superdotado emocional, Vincent Dumestre, como todos los actores, acróbatas y músicos que la componen, maestros en el trabajo corporal, gestual, el canto y la música en equipo, explica que “Tradicionalmente, el Carnaval es el periodo de alegría que precede a la Cuaresma, cuando la gente se libera de los límites fijados por las reglas: es la inversión de los valores, que abre las puertas a la extravagancia y el desenfreno que se observan en las pinturas de Brueghel y de El Bosco.En la Roma del siglo XVII, es toda la ciudad la que vive al ritmo de los espectáculos teatrales, de la Commedia dell’Arte, de los espectáculos improvisados de acróbatas y bailarines… Y este universo es el que nos ha inspirado para crear nuestro Carnaval barroco”, un “espectáculo que revive aquella Roma barroca, sus músicos y su vitalidad”.
 Dumestre, que ha buceado con profundidad en el Barroco, representado de manera imponente en la actualidad por directores de orquesta, orquestas y solistas avezados y muy reconocidos, explica que “De la época barroca, conservamos todo tipo de legados escritos –relaciones de viajeros, por ejemplo- que demuestran que los instrumentos utilizados en la música profesional eran prácticamente los mismos que eran utilizados en la música tradicional: guitarras barrocas, violones y flautas y ciertos instrumentos populares, tomados por la nobleza: esos dos mundos vivían una permeabilidad mucho más real de lo que pensamos”.
Le Poéme Harmonique lleva 18 años trabajando y actuando en una red internacional  para aflorar el repertorio del primer Barroco de Italia y Francia. “Chaconas, villancicos, ‘tarantellas’, bailes… acompañados de la corneta, la viola, la tiorba, la guitarra o la percusión. Son las danzas que te encontrabas por las calles de Roma, y que a veces eran interpretadas y otras cantadas”.Los músicos, todo en el tiempo en escena, desarrollan una creatividad que sorprende y emociona. Muy bien el violín de Johannes Frisch, la corneta de Emmanuel Mure, el fagot de Tamby, el lirone y el tamburello de Lucas Péres, la percusión de Michèle Claude (la única mujer del ensemble francés) y por supuesto, la labor del propio Vincent Dumestre en la tiorba y la guitarra barroca.
Los acróbatas, mimos y guitarra como Stefano Amori o Julien Lubek, Ahmed Said, Olivier Landre, Quentin Bancel, Antoine Hélou y Rocco Le Flem, ponen de manifiesto que, como tantos proyectos franceses, éste también es cosmopolita y multicultural, con gentes de todas partes, aunque esa filosofía histórica y de vida de la república gala se haya visto puesta a prueba (como la paciencia de los propios franceses), por aquellos que quieren quebrar un modelo de sociedad comprensivo y diferente, generoso.La noche del 3 de marzo, hubo hasta celebración de cumpleaños. Premiando las proezas de volteretas, flig-flags, equilibrios invertidos, quintas y saltos mortales de uno de los acróbatas, sus compañeros sacaron una tarta de festejos al escenario.
El público, encantado y sorprendido por la producción, se derramó en “bravos”, silbidos de aprobación y un torrente de aplausos. Lógico y merecido. Dicen en España que “es de bien nacidos ser agradecidos”. 
Finalmente, credo que la sfida de Le Poéme Harmonique è far vivere un`sperienza indimenticabile, grande, ed emozionare raccontando con música e movimiento. Una appassionante rivisitazione piena di tenerezza de la storia del teatro in Europa. Che fico!
Alicia Perris

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