martes, 23 de enero de 2018

FUNDACIÓN MAPFRE PRESENTA LA OBRA DE ED VAN DER ELSKEN, REFERENTE DE LA FOTOGRAFÍA URBANA Y EL CINE DOCUMENTAL DE LOS PAISES BAJOS

La exposición, la más extensa realizada en nuestro país, incluye una amplia selección de sus fotografías, así como sus libros, fragmentos de sus películas y presentaciones de diapositivas. La muestra puede visitarse hasta el 20 de mayo, en la sala Bárbara de Braganza, 13 (Madrid).


Ed van der Elsken, es una figura única en la fotografía y el cine documental de  su país. Su trabajo experimental, expresivo y socialmente comprometido, capta el espíritu de la época a lo largo de las cuatro décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Su personalidad queda reflejada en numerosos autorretratos y en la relación que entablaba con sus personajes. Fue un fotógrafo de calle que trabajó en distintas ciudades de todo el mundo —París, Ámsterdam, Tokio— buscando lo que él llamaba «su» gente, personas auténticas que a menudo se encuentran en los márgenes de la sociedad.
Esta retrospectiva incluye 200 fotografías, muchas de ellas ya icónicas, así como sus libros, fragmentos de sus películas y presentaciones de diapositivas creadas a partir de numerosas fotografías en color como Tokyo Symphony.  En la muestra también se encuentran hojas de contactos, dibujos y maquetas de algunas de sus obras más relevantes, así como documentos personales, cartas y notas, que ofrecen al público una visión muy particular sobre su forma de trabajar y su personalidad.

El recorrido de la exposición comienza con París & una historia de amor en Saint-Germain-des-prés, en la que se encuentran las imágenes que realizó el artista mientras vivió en París. Se trata de una etapa en los que se enamoró del entorno urbano de la ciudad y se centró en los artistas callejeros, vagabundos, amantes junto al Sena, manifestaciones y carteles publicitarios. También recoge las instantáneas que hizo cuando conoció a la bailarina Vali Myers y a sus amigos con los que adoptó un enfoque radicalmente nuevo y personal que le llevó a fotografiar a los bohemios del barrio Saint Germain-des-Prés, principalmente durante la noche.
También destaca la sección Ámsterdam, donde se encuentran los trabajos realizados en su ciudad natal, en la que se dedicó asiduamente a la fotografía callejera y donde desarrolló su interés por los jóvenes rebeldes y los personajes atípicos. Durante su estancia en la capital holandesa filma para el Stedelijk Museum, la exposición Dylaby. Además, realiza Welkom in het leven, lieve kleine (Bienvenido a la vida, pequeño), su primer largometraje documental para la televisión, película autobiográfica que muestra a su esposa embarazada y a su hijo mayor, así como su barrio de Nieuwmarkt; Lieverdjes (Cariños, 1963) y Fietsen (Ciclismo, 1965).
En 1970, van der Elsken abandona Ámsterdam para instalarse en una granja, próxima a Edam. La película De verliefde camera (La cámara enamorada, 1971) se centra sobre todo en los encargos hechos en el extranjero para la revista Avenue. Asimismo, realiza una serie de imágenes Avonturen op het land (Aventuras en el campo, 1980) como homenaje a la flora y fauna y a los habitantes de los alrededores de su granja en Edam en las diversas estaciones. También publicó un libro con el mismo título.


Japón, otra de sus secciones más representativas, incluye las fotografías tomadas durante su primera visita a Tokio a finales de los años cincuenta, que muestran temas típicamente japoneses como los luchadores de sumo, las inclinaciones al saludarse y los increíbles empujones que suelen producirse en las puertas de los vagones de tren. Van der Elsken no sólo fotografió costumbres recatadas y actitudes educadas, sino que también inmortalizó la incorporación de este país al consumismo y la cultura juvenil.
En Tokyo Symphony se exhibe la presentación audiovisual sobre esta ciudad, en la que van der Elsken trabajó en la última etapa de su vida. Se trata de un proyecto que se terminó póstumamente utilizando sus diapositivas en color y sus grabaciones de audio y que se mostró por primera vez en 2010.

La exposición se cierra con Bye, dedicada a su última película, y en la que el fotógrafo ejerce de protagonista y de cámara. El tema principal es el cáncer en fase terminal que le diagnostican en 1988 y que decide documentar a través de un relato donde explica el progreso de su enfermedad. Se trata de un autorretrato personal e íntimo en el que el fotógrafo expresa abiertamente su tristeza, su miedo, su dolor y su ira.

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