La exposición Mensajes desde la pared. Carteles en la colección del
Museo de Bellas Artes de Bilbao (1886-1975) dará a conocer más de
doscientas piezas pertenecientes al extenso y poco conocido fondo de carteles
antiguos del museo, seleccionadas por Mikel Bilbao Salsidua, profesor del Departamento de Historia del
Arte y Música de la Universidad del País Vasco, a partir de un estudio
realizado gracias a la beca BBK-Museo 2008/2009, que queda reflejado en el
exhaustivo catálogo que el museo ha editado con motivo de la muestra.
Se exponen obras de pioneros del cartel moderno como Jules Chéret, Théophile Alexandre Steinlen o Eugène Grasset,
así como de grandes diseñadores de renombre internacional como Leonetto Cappiello, Paul Colin, Jean Carlu,
Charles Loupot, Ludwig Hohlwein, Raymond Savignac, Saul Bass, Milton Glaser,
Roman Cieslewicz, Giovanni Pintori, Jan Lenica, Armando Testa o Shigeo Fukuda,
entre otros. Se les añade una significativa representación del cartelismo
vasco, en la que se aprecia el trabajo que llevaron a cabo en el ámbito
publicitario importantes pintores como Adolfo Guiard, Aurelio Arteta, Antonio de Guezala o Elías Salaverría.
A ellos se suman los nombres de grandes dibujantes comoRafael de Penagos, Federico Ribas, Emilio Ferrer i Espel, Josep Morell,
Manolo Prieto o Josep Artigas, entre otros.
Las fechas de la exposición, 1886-1975, se corresponden con las del cartel
más antiguo, creado por Adolfo Guiard (Bilbao, 1860-1916) en 1886, y las de
varios carteles de 1975, entre los que está Victory 1945, del
prestigioso diseñador gráfico Shigeo Fukuda (Tokio, 1932-2009).
El itinerario expositivo está organizado en siete áreas temáticas –cartel
turístico, taurino, comercial, deportivo, político y bélico, de ferias,
exposiciones y congresos, y de cultura y entretenimiento– que permiten apreciar
tanto la evolución del cartel, la publicidad y el diseño gráfico como su
permeabilidad a los diferentes lenguajes artísticos de los siglos XIX y XX. Es,
pues, un extenso recorrido por un siglo de historia del cartel, un objeto que
surgió con vocación efímera y que, a pesar de ello, de manera muy temprana
adquirió el estatus de pieza de coleccionista.
1.- El
cartel turístico
A finales del siglo XIX el desarrollo del capitalismo, la consolidación de
la burguesía y la revolución en los transportes propiciaron la aparición del
turismo. A lo largo de la siguiente centuria, lo que en un principio fue una
práctica elitista devino en un fenómeno de masas y en un sector económico con
peso específico. En este contexto el cartel se convirtió en un soporte
fundamental para la difusión de viajes y destinos. El afán higienista de la
época determinó el fomento de los enclaves con baños de mar y las instalaciones
balnearias, mientras que otros destinos, promocionados por las compañías ferroviarias,
sentaron las bases para diseños basados en el paisaje, la riqueza patrimonial,
los tipos o las costumbres populares. La selección comienza en la última década
del siglo con carteles en estilo modernista como el que Antoine Pochin realizó para la
compañía ferroviaria Caminos de Hierro del Norte y culmina con un cartel con
ecos surrealistas de Salvador
Dalí, fechado en 1971. Otras propuestas ligadas al estilo
internacional de los años veinte son el cartel de 1928 de Rafael de Penagos, que publicita
San Sebastián como destino turístico consolidado, y el de Antonio de Guezala, editado un
año después por el Patronato Nacional de Turismo con la intención de dar a
conocer las playas del Abra de Bilbao.
2.- El
cartel taurino
El cartel taurino es la más genuina aportación española a la historia del
cartelismo y, de hecho, los afiches españoles más antiguos son los vinculados
al anuncio de esta fiesta. A diferencia de otros carteles, el taurino es
fundamentalmente explicativo (fecha, lugar, hora, matadores, ganaderías…), por
lo que los elementos tipográficos adquieren protagonismo. Por otra parte, la
imagen es casi siempre deudora de un lenguaje derivado del iluminismo
valenciano y el impresionismo, aunque hay ejemplos, como los de Antonio de
Guezala yNicolás Martínez Ortiz,
influidos por el cubismo o el futurismo. La importancia del coso bilbaíno de
Vista Alegre queda reflejada en la sección de carteles taurinos del museo, que
incluye a importantes cartelistas –como Carlos
Ruano Llopis y Luis
García Campos– junto a las incursiones en el género de artistas vascos
representativos: Adolfo Guiard,
Alberto Arrúeo Isidoro de
Guinea, entre otros.
3.- El
cartel comercial
A finales del siglo XIX la segunda industrialización provocó el desarrollo
del comercio internacional y un mayor acceso a los bienes de consumo. Surgieron
las marcas y, en este contexto, el cartel adquirió un papel fundamental para
difundir productos y servicios, y para captar la atención de los potenciales
consumidores. Es, pues, el momento de los pioneros de la publicidad y del
cartel comercial, muy representado en la colección del museo. La selección se
inicia con el gran cartelista francés del siglo XIX Jules Chéret, que centró su trabajo en la
promoción de productos mediante la imagen de mujeres –conocidas como las
"chérettes"– representadas con un estilo colorista y desenfadado
heredero de Toulouse-Lautrec. El recurso de la imagen femenina como reclamo se
emplea también en el cartel anónimo
fechado hacia1921 diseñado para publicitar el licor Fap' Anis.
Para el popular consomé Maggi, Firmin
Bouisset diseñó una imagen infantil como también hicieron Emilio Ferrer i Espel para la
empresa de galletas Artiach y Gaspar Camps para los chocolates
Zuricalday bajo la inspiración directa de la película El chico (1921)
de Charles Chaplin. Uno de los pioneros del diseño gráfico español es Josep Artigas, aquí representado
con un afiche para promocionar naranjas, que emplea el humor como herramienta
de acercamiento al consumidor. Otras industrias también se afianzaron en estas
primeras décadas del siglo y necesitaron de los servicios de destacados
cartelistas: Henry Le Monniero Armando Testa para los
licores Armagnac y Carpano, respectivamente, Gino Boccasilepara los clásicos sombreros Bantam, Leonetto Cappiello –el
cartelista más importante y prolífico del primer tercio del siglo XX– para un
producto farmacéutico, Emilio Vilá –que
estableció en París su propia agencia, Affiches Vilá– para la discográfica
Columbia, Aníbal Tejada para
bicicletas Orbea, Alberto Arrúe para
la Caja de Ahorros Vizcaína, los más modernos Giovanni Pintori y Raymond Savignac para la casa italiana de máquinas de
escribir Olivetti o Manolo Prieto –conocido
por su diseño del toro de Osborne– para la compañía aérea Aviaco.
4.- El
cartel deportivo
La práctica deportiva, reglamentada e institucionalizada, se desarrolló
plenamente durante el siglo XIX, al tiempo que se difundía el asociacionismo y
la profesionalización de esta actividad. Todo ello impulsó el deporte de
competición y su conversión en un espectáculo de masas a través de la
organización de grandes eventos deportivos, a los que los carteles contribuyeron
decisivamente como elemento de comunicación. El cartel más antiguo de esta
sección es un anónimo de 1921 que
anuncia las carreras hípicas de San Sebastián. En la misma década Eduardo Lagarde trabaja también
para el concurso hípico ligado al hipódromo de Lasarte, Ascensio Martiarena para el
campeonato de Europa de boxeo y Robert
Portefinpara la Federación Francesa de Pelota Vasca, con un cartel que
alcanzó notable éxito. Hacia 1930 Rafael
Elósegui publicitó en carteles de factura moderna las regatas de
vela San Sebastián, como haría también ese mismo año Aurelio Arteta para las de traineras,reutilizando una conocida imagen ya
creada para la edición de 1924.
El fomento de las carreras automovilísticas tuvo su expresión en una
extensa nómina de relevantes diseñadores que, como Miguel Ángel Aguirreche, Rafael Elósegui o Javier Gómez Acebo y Máximo Viejo, combinaron la
presencia de la máquina con la plasmación del movimiento, dando como resultado
carteles con claras influencias del futurismo, también presentes en los afiches
sobre motociclismo diseñados por Luis
Lasheras y Antonio de
Guezala, y en el dinamismo de la composición futbolística de Otto Ottler. Otra corriente
artística, el racionalismo, se aprecia en el cartel firmado colectivamente por
los arquitectosEugenio Aguinaga y José Antonio Domínguez y el
tenista Francisco de Asís Alonso para el Concurso Internacional de Tenis de San
Sebastián de 1934. Por último, hay que recordar que en 1896 el resurgir de los
Juegos Olímpicos estimuló el interés internacional por el deporte y la creación
de carteles en torno a este acontecimiento, con la participación de grandes
artistas contemporáneos, como el de Eduardo Chillida para los juegos de Múnich de 1972.
5.- El
cartel político y bélico
Los primeros ejemplos destacables de este tipo de cartel datan de comienzos
del siglo XX y están ligados a hechos históricos trascendentes como referendos
o conflictos bélicos. Comparten con el cartel comercial el objetivo de
persuadir, pero, en este caso, la idea es el producto y el eslogan comercial es
sustituido por el de contenido político. La I Guerra Mundial fue un punto de
inflexión en el que los gobiernos pusieron en marcha un aparato propagandístico
en donde los afiches, pegados en las calles o reproducidos en publicaciones,
adquirieron gran alcance. La defensa de la patria y el reclamo a la solidaridad
son los grandes temas de este cartel de guerra. La figura de la familia, como
en el cartel inspirado en el realismo social de Théophile Alexandre Steinlen, considerado uno de los padres
del cartel moderno, y la del soldado retratado por Abel Faivre conforman una iconografía repetida a lo largo del
siglo para alentar el reclutamiento y la financiación de las guerras. En el
contexto español, la II República, proclamada en 1931, traerá consigo cambios
como la secularización, las nuevas políticas educativas y agrarias, o el nacimiento
de los estatutos de autonomía de Cataluña y el País Vasco. La celebración del
primer Aberri Eguna,día de la patria vasca, en 1932 y el proyecto de Estatuto
de Autonomía del País Vasco, gestado entre 1930 y 1936, fueron los dos
acontecimientos que necesitaron la rotundidad plástica de artistas comoNicolás Martínez Ortiz, Nik o Txiki. Poco después, el
cartel, junto con la radio y los periódicos, jugaría un papel relevante en la
Guerra Civil española para transmitir mensajes de ayuda –como el de Oskar Kokoschka para captar
fondos para los niños vascos afectados por el bombardeo de Gernika– o
caricaturizar al enemigo, como es el caso de Juan Antonio Morales. A comienzos de los años treinta Jean Carlu creó la Oficina para
la Propaganda Gráfica por la Paz con el objetivo de promover la educación para
la paz. Poco después compuso uno de los mejores carteles pacifistas de todos
los tiempos aunando diseño gráfico y fotografía. Años después, en 1975, Mieczyslaw Wasilewski y Shigeo Fukuda crearon con el
mismo fin sendos carteles de gran rotundidad expresiva y enorme sobriedad
gráfica.
6.- El
cartel de exposiciones, ferias y congresos
Durante el siglo XIX los avances tecnológicos, científicos y comerciales
dieron lugar a la organización de grandes eventos en los que se materializaba
esta idea de progreso. Entre ellos las grandes exposiciones universales, como
la de Barcelona de 1929, y las muestras y ferias internacionales, que también
tuvieron su reflejo en el cartelismo, como la de Bilbao, fundada en 1932.
Interesantes afiches de Nicolás
Martínez Ortiz, Luis Lasheras o Manuel Eléxpuru dejan constancia del enorme dinamismo
de la feria bilbaína. La agricultura, la pesca y la ganadería también contaron
con ferias y certámenes anunciados en carteles, tal y como dejan constancia los
modernos diseños de Eduardo
Lagarde para la Feria de Industrias del Mar de San Sebastián. El
mundo de la cultura también contó con sus propias citas, como las exposiciones
organizadas por la Asociación de Artistas Vascos –para la que Antonio de Guezala o Xavier Nogués realizaron varios
carteles– o las distintas ediciones del Congreso de Estudios Vascos, para los que
trabajaron el propio Guezala o Alberto
Arrúe. Destaca, por último, el cartel de formas geométricas que Herbert Bayer diseñó para la
conmemoración, con una exposición itinerante, del cincuenta aniversario de la
creación de la Bauhaus.
7.- El
cartel de cultura y entretenimiento
Desde el cabaret hasta la música pop, de Sarah Bernhardt a Marilyn Monroe,
este tipo de cartel pone de relieve el nacimiento a finales del siglo XIX y su
desarrollo durante el XX de una naciente industria del entretenimiento, a la
que la pujante burguesía podía dedicar tiempo y dinero. Los carteles más
antiguos de la colección del museo datan de 1890 y 1892, respectivamente. Son
dos magníficos ejemplos: el primero, de Eugène Grasset, es un anuncio de la obra teatral Juana
de Arco interpretada por la célebre actriz Sarah Bernhardt. El segundo, a cargo del padre
del cartelismo moderno y pionero en el uso de la litografía en color, Jules Chéret, es un ejemplar del
primer cartel publicitario del emblemático Moulin Rouge, que alcanzó tal éxito
que incluso el pintor Toulouse-Lautrec se fotografió junto a él. A finales de
los años veinte otros acontecimientos, como la creación en San Sebastián del
Aquarium y el Kursaal o la celebración de la Gran Semana Vasca, contaron con la
participación de diseñadores como Agustín
Ansa o Carlos Landi. Ya
en la segunda mitad del siglo, encontramos carteles que ponen de manifiesto el
desarrollo de las industrias discográfica y cinematográfica, como los creados
para el grupo musical The Beatles por el fotógrafo de celebridades Richard Avedon, el de Milton Glaser para el
primer disco de grandes éxitos del cantante Bob Dylan, los diseños del
prestigioso ilustrador y diseñador Saul
Bass para el director de cine Otto Preminger o el de Dorothea Fischer-Nosbisch para la
película La tentación vive arriba de Billy Wilder, con la
icónica imagen de tintes warholianos de la célebre actriz Marilyn Monroe.
https://www.museobilbao.com/exposiciones/mensajes-desde-la-pared-238
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