ISMAEL MARINERO
Christoph Waltz, durante la presentación de Alita en Londres, el
pasado día 31. EFE
El malvado Hans Landa de 'Malditos bastardos' protagoniza 'Alita:
ángel de combate', adaptación de un 'manga' con Robert Rodríguez como director.
Quentin Tarantino estaba preparando el rodaje de 'Malditos bastardos'
y necesitaba un actor que dominara cuatro idiomas para dar vida a Hans Landa,
el más implacable, astuto y retorcido nazi que se hubiera visto en una
pantalla. Estaba a punto de tirar la toalla cuando apareció en el casting un
actor austriaco casi desconocido pese a sus 30 años de experiencia, con su
sonrisa de medio lado, su prominente barbilla y una punzante inteligencia
brillando tras sus penetrantes ojillos. Se llamaba Christoph Waltz (Viena,
1956) y su sádico de modales exquisitos pasó a la historia, Oscar
mediante.Desde entonces, allá por 2009, Waltz ha cimentado una sólida carrera
(con otro Oscar por 'Django desencadenado'), alternando películas de director
con cintas puramente industriales. La única constante es su talento.
Protagonista o secundario, poco importa, Waltz se las apaña para robar los
focos, algo especialmente patente en películas como 'Alita: ángel de combate',
que se estrena este viernes 15. Ante el estruendoso despliegue de efectos
especiales de esta adaptación del manga de Yukito Kishiro, con James Cameron
como productor y Robert Rodríguez como director, queda el elegante despliegue
del actor austriaco, que ejerce aquí de figura paterna de una máquina de matar
de rostro angelical y ojos agrandados por ordenador.
https://www.elmundo.es/cultura/cine/2019/02/14/5c647af2fdddffa58f8b45fd.html
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