MARTA TORRES Nueva York
El prestigioso museo
neoyorquino presenta un proyecto de 450 millones de dólares para añadir más de
3.700 metros cuadrados de espacio expositivo y sacar del almacén piezas de
Matisse y Cézanne.
Han sido las eternas
segundonas, que por falta de espacio parecían confinadas al almacén del MoMA.
Piezas de Matisse, Chagall o Cézanne poco sexy para el público que sí atraen el
interés de comisarios, historiadores del MoMA y visitantes asiduos encontrarán
su lugar en las nuevas galerías gracias a la ampliación del museo de arte
moderno, que abrirá sus puertas el 21 de octubre. Un proyecto de 450 millones
de dólares, encargado al estudio Diller Scofidio + Renfro en colaboración con Gensler,
que añade más de 3.700 metros cuadrados a la estructura del pleno corazón de
Manhattan, dejándola en más de 16.000 metros cuadrados. Un espacio nuevo con
una gran entrada, más salas y un jardín, ganado tras la polémica demolición
después comprar el edificio de su vecino, el Museo de American Folk Art, que
ahora se encuentra en el Upper West Side. De esta forma, estarán más en
contacto con la calle de Nueva York, que en cierta forma se meterá en el
edificio y viceversa."Inspirados por la visión original de Alfred Barr de
ser un museo experimental en Nueva York, el valor real de esta expansión no es
simplemente más espacio, sino espacio que nos permita para repensar la
experiencia de lo que es el arte en el museo", reconoció Lowry, sobre el
proyecto de ampliación, que también respeta la renovación de 2004 del
arquitecto Yoshio Taniguchi, cuya máxima entonces fue lograr que el visitante
estuviese orientado en todo momento a la ciudad, a pesar de estar dentro del
edificio. De esta forma, rindió homenaje a la relación de la estructura con los
conceptos de espacio, ciudad y territorio.El MoMA apuesta por más arte de forma
actual e interdisciplinar. Atrás queda la idea de su primer director Alfred H.
Barr Jr. de que el arte modernista es una conversación entre París y Nueva
York. Un mito que perdió su credibilidad en el siglo XX, y ahora los
comisarios, artistas y visitantes demandan exposiciones que respondan a los
fenómenos globales con diferentes programas. Mantendrá en la quinta planta las
piezas dedicadas al Modernismo de entre 1880 y 1940, mientras que en la cuarta
estarán los trabajos de mitad del siglo XX, y los contemporáneos de después de
1980 en la segunda planta, con su techo inalcanzable para las obras
monumentales.En cambio, se acaban las restricciones de disciplinas. Las
galerías mezclarán pintura, escultura y fotografía. De esta forma, en el
proyecto de ampliación, que dará un 30% más de espacio a los metros totales de
galerías del museo, se incluirán piezas que llevan años condenadas al almacén.
Estas obras, junto con otras piezas clave de los fondos de la colección rotarán
cada seis o nueve meses. Por ello, por ejemplo, uno de los grandes reclamos del
museo, 'La noche estrellada', de Van Gogh, podrá cambiar de sala. Es el último
intento de Glenn Lowry, director del museo, para aumentar la cifra de
visitantes que en 2017 ascendió a 2,7 millones, mientras hace equilibrios entre
satisfacer a los grandes benefactores del museo y el público en general.
La familia Rockefeller dona 200 millones
El MoMA recibirá el
regalo de 200 millones de dólares de la familia de David Rockefeller, miembro
del patronato del museo. Una donación realizada después de que ase subastase en
la casa Christies en mayo del año pasado parte de la colección por un total de
835 millones de dólares.
De esta forma, la
familia mantiene su compromiso con el museo de arte moderno neoyorquino, del
que Abby Aldrich Rockefeller, la madre de David Rockefeller, magnate del
petróleo, que murió en 2017 a los 101 años, fuese una de las fundadoras del
museo.
Abby Rockefeller
empezó a coleccionar pinturas, acuarelas y dibujos en 1925. Entonces, le
llamaron la atención los artistas estadounidenses contemporáneos. También, los
europeos, entre los que destacaron, Vincent van Gogh, Edgar Degas, Hneri
Matisse, Pablo Picasso o Paul Cézanne. Todavía así, le costó apoyar la labor de
la institución, debido a que su marido, John D. Rockefeller Jr., no le quería
proporcionar ayuda económica, ya que no le gustaban los artistas que se
exponían. Entonces, se convirtió en su gran recaudadora de fondos, ya que
solicitó ayuda económica para el MoMA a empresarios y cargos públicos, amigos
de su marido.
https://www.elmundo.es/cultura/2019/02/06/5c5a1c92fc6c83526a8b458e.html
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