lunes, 11 de noviembre de 2013

"UN TE CON NEFERTITI" EN EL IVAM



Té con Nefertiti, comisariada por Till Fellrath y Sam Bardaouil, examina cómo el arte puede convertirse en una herramienta a través de la cual se crean imágenes de culturas. Se considera éste desde tres perspectivas distintas: a través de los ojos del artista, en el museo o contexto de la exposición, y finalmente, en el ámbito público y los medios de comunicación de masas, y que son las tres secciones en que se divide la exposición. Cada obra de arte arranca como una expresión creativa y formal del artista, y principalmente puede contemplarse como tal. Aunque cuando se las introduce en el contexto de un museo quedan sujetas a los mecanismos visuales y literarios de la exposición, creándose nuevas capas de significado. La obra de arte puede convertirse igualmente en tema de interés público, adquiriendo un estatus de icono, y transformándose en símbolo de identidad cultural colectiva o de proyecto político. Té con Nefertiti ilustra cómo una obra de arte puede adquirir distintos significados cuando es observada desde estos puntos de vista, ayudando a la conformación de una narrativa a través de la cual se construye la imagen de una cultura.

Al viajar por el espacio y el tiempo, las obras de arte adquieren variedad de significados y funciones. El siglo XIX fue testigo del nacimiento de la arqueología moderna y del auge de los grandes museos. Las grandes colecciones se amasaron en un contexto de imperialismo y colonialismo. Las obras de arte se presentaban en despliegues expositivos en los que se promulgaban ideologías concretas. Pronto surgieron otros mecanismos expositivos: ferias mundiales, pabellones nacionales, galerías de arte e incluso centros comerciales, todos ellos participando en el ordenamiento visual del mundo como exposición. Se instauraron clasificaciones y jerarquías, se marcaron cánones, y la historia del arte, o mejor dicho, el arte de escribir historia quedó establecido. Con el tiempo, éstas se han convertido en narraciones culturales del otro. La modernidad como producto occidental recreada décadas después por los no occidentales, pero a menor escala se convirtió en la metahistoria. Esta noción aún obedece a la muy criticada dicotomía centro-periferia, metrópoli-colonia, occidente-no occidente. Al mismo tiempo, durante el auge del Estado nación, se fue rebuscando en la herencia visual en busca de formas icónicas a través de las cuales se pudieran transmitir proyectos de identidad nacional. En lo expuesto anteriormente, el arte es concebido como una herramienta que, una vez insertada en muestras cuidadosamente construidas dentro de una variedad de estructuras expositivas, podría convertirse en un potente agente de apropiación del pasado, para controlar el presente e incluso dictar el futuro.
Té con Nefertiti congrega a veintiséis artistas contemporáneos internacionales y colectivos de artistas con obras que giran en torno a la crítica de la museología, la puesta en escena y presentación de la obra de arte, la creación de la narrativa histórica y el uso de mecanismos de exposición visuales y literarios como una manera de conformar y enmarcar la cultura del otro. Partiendo del presente, las obras de arte aquí expuestas actúan como hilo conductor, ofreciendo una perspectiva crítica sobre muy debatidos modos de presentación que emergieron en el siglo XIX y que siguen vigentes en la cultura visual de hoy.
Desde su inicio, y tras dos años de investigación académica, investigación histórico-artística, un sinfín de viajes, visitas de estudio y excavaciones ‘archivísticas’, Té con Nefertiti fue motivada por un deseo de ofrecer un contexto diferente para el estudio de lo contemporáneo. La exposición reconoce la necesidad de investigar más en ámbitos no tan explorados por los comisarios de arte contemporáneo, sobre todo en lo relacionado con artistas del mundo árabe o con áreas confusamente consideradas como periféricas de los principales centros de producción artística. La necesidad de buscar y resaltar una revisión crítica del desarrollo de una historia del arte que manifiesta ciertas especificidades que no son alternativas a, sino relacionales con, otras características locales históricas y artísticas, es esencial. Este hecho es igualmente relevante para la construcción de un marco histórico a través del cual evaluar el estado actual de producción y percepción del arte.

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