El espectáculo ‘Momentos tangueros’ despliega en un escenario reducido la
teatralidad de este baile
Un momento de los ensayos
del espectáculo 'Momentos tangueros'. / SANTI
BURGOS
Tango y pasión parecen asociarse como un binomio
indisoluble, donde el sentimiento de arrebato salta, a modo de resorte
automático, con tan solo mencionar a Astor Piazzola. “Pero el tango es mucho
más que la pasión, son también los olores, el hablar de la gente o las calles
por las que pasas”, explica la bailarina, actriz, coreógrafa y directora
argentina Claudia Bedacarratz, que este sábado presenta en Madrid Momentos
tangueros, un espectáculo donde el universo del tango es el hilo conductor
que teje música, danza, teatro y literatura en un mismo espacio.
En un escenario reducido, un estudio de la calle
Luna, en la primera planta del número 19, Bedacarratz busca establecer entre el
público y el espectáculo la misma relación de intimidad que une a dos
bailarines de tango. “En los espacios pequeños la gente te siente, vibra y se
involucra contigo”, explica la coreógrafa, que dirige su cuarta representación
en este edificio antiguo del centro de Madrid.
Ganadora del premio del Instituto de Teatro y del
Fondo Nacional de las Artes de Argentina, Claudia Bedacarratz es la pionera del
concepto teatro-tango en Buenos Aires. “El tango es show y
cabaret, con cantantes y bailarines, pero al mismo tiempo son también actores,
juglares tangueros que unen cada actuación”, continúa la coreógrafa, que alude
a las escenas de amor de Carlos Gardel y a las películas argentinas antiguas,
“aquellas producciones sobreactuadas, como culebrones de ahora pero en versión
tango”, para ilustrar la relación entre la teatralidad y el baile rioplatense.
En Momentos tangueros, una pareja
de baile, integrada por la propia Bedacarratz y Martín Soisa, el músico Aníbal
Abeiro, la cantante Valeria Hernández y la actriz Silvina Rodríguez recrean
“momentos exclusivos” del cosmos del tango, capaces de trascender el tiempo, al
integrar en un mismo espectáculo a los clásicos, como Osvaldo Pugliese, y a las
propuestas más innovadoras, como el tango electrónico de Gotan Project.
Pero esos “momentos exclusivos” aspiran a ser
inmortales y a convertirse en la “región en que el ayer pudiera ser el hoy, el
aún y el todavía”, tal y como planteó el escritor argentino Jorge Luis Borges
en el poema Tango, que la actriz Silvia Rodríguez interpreta
en el Cuarto Momento.
El espectáculo se integra en el ciclo de
“encuentros” organizados por Arte y Fantasía, la asociación cultural fundada
por Bedacarratz y Rodríguez. “Cada encuentro es único, con el objetivo de aunar
todas las mejores energías en la misma función para que ardan en un sola
representación”, explica la coreógrafa, que pretende abrir un espacio
alternativo a los circuitos tradicionales teatrales para propiciar “los
intercambios entre artistas” de distintas disciplinas. Es por eso que
Bedacarratz aprovecha cada rincón del estudio para tocarlo con arte y organiza
en cada sesión una exposición de pintura.
Y ese intercambio, también se produce con los
espectadores. “En Madrid pervive la cultura del tablao, hay una
participación del público con el artista que yo no he encontrado en Argentina,
ni siquiera en espectáculos donde eliminábamos la cuarta pared para interactuar
con el público”, añade la bailarina, afincada en la capital española desde el
año 2001. Como parte de ese intercambio, surge el concepto de “pasar la gorra”.
Arte y Fantasía no cobra entrada, “intercambia espectáculo por un donativo”.
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