miércoles, 6 de noviembre de 2013

LA TRANSICION ARTISTICA DE LOS 70 Y 80 EN EL PALACIO DE VELAZQUEZ DE MADRID


El Palacio de Velázquez, situado en el Retiro, acoge la exposición 'Idea: Pintura Fuerza. En el gozne de los años 70 y 80', que repasa las transformaciones sociales ocurridas entre 1976 y 1984 a través de un conjunto de obras realizadas por artistas españoles. La muestra podrá visitarse hasta el 18 de mayo de 2014.



Pintura años 70 y 80
Autor: Irene López López
La muestra aborda la crisis de la vanguardia y de la idea de modernidad, que se hace visible a través de la práctica pictórica, entendida como territorio de pensamiento y de producción de estrategias creativas de los cinco artistas que participan en ella: Alfonso Albacete, Miguel Ángel Campano, Ferran García Sevilla, Juan Navarro Baldeweg y Manolo Quejido.
La exposición exhibe trabajos de la transición entre los años 70 y 80 en un momento de crisis, en su sentido más profundo, del proyecto moderno. Los análisis y redefiniciones de los modelos, realizados entre otros por las prácticas conceptuales, eran el síntoma, cuando no la causa, de un verdadero cambio de paradigma estético. "La crisis que surge de la percepción de la falla existente entre la realidad y la explicación ideológica de la misma, implica un replanteamiento de los conceptos de academia y tradición", explica el comisario de la muestra, Armando Montesinos. 
El trabajo de Albacete, Campano, Garcia Sevilla, Navarro Baldeweg y Quejido en estos años en los que tuvo lugar el estreno de libertades democráticas, se produjo en un pliegue, en un ámbito artístico enormemente activo, pero débil en sus estructuras. Tal y como señala el comisario: "En poco tiempo pasó de habitar en un entorno cultural formalista, a abrazar el mercado y la estética del éxito". 
El criterio que les reúne en esta exposición no es el de grupo, sino que se centra en la filiación (post)conceptual de varios de ellos, cuyas investigaciones van a converger con la práctica de la pintura. También les reúne su entendimiento de la tradición, no como cerrada estructura conservadora, sino como toma de energía para trabajar de forma contemporánea; así como en la voluntad de una reflexión, tan analítica como apasionada, sobre la materia sustantiva de la pintura capaz de superar la dicotomía abstracción/figuración. 
La mirada de los autores objeto de esta exposición se dirige, por un lado, a los creadores de la vanguardia moderna (Cézanne, Matisse, Picasso) y a sus continuadores norteamericanos (De Kooning, Motherwell, Jasper Johns). Pero también miran a otras épocas (Poussin, Velázquez) y a otras culturas (India, el norte de África). Los artistas objetos de esta exposición, en los años 70 y 80, entienden la pintura como acontecimiento, no como 'action painting', que es la expresión de un sujeto previo, sino como el proceso de construcción de un sujeto.
Según aclara Montesinos, "no se trata, como pudo entenderse o interpretarse en su momento, ni de un retorno al orden de las disciplinas clásicas como rechazo a los discursos artísticos de los años setenta, ni de una vuelta a la pintura o al esteticista placer de la pintura, sino de una convergencia programática con su práctica".



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