Saverio Mercadante (1795-1870)Sinfonia su temi dello Stabat Mater del celebre
Rossini. Franz Joseph Haydn (1732-1809), Sinfonía nº 104 en
Re mayor, "Londres", Hob. I/104. Gioachino Rossini (1792-1868),Stabat
Mater. Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real (Coro Intermezzo /
Orquesta Sinfónica de Madrid).
Ficha Artística: Dirección
musical, Renato Palumbo. Dirección del coro, Andrés Máspero. Soprano, Julianna
Di Giacomo. Mezzosoprano, Ann Hallenberg. Tenor, Ismael Jordi. Bajo, Dmitry
Ulyanov. Jueves 14 de noviembre de 2013.
La Segunda Noche del Real fue un concierto coral y sinfónico. Se pudo
escuchar el Stabat Mater de Gioachino Rossini, junto con la Sinfonia su temi
dello Stabat Mater del celebre Rossini) de Saverio Mercadantey la Sinfonía nº
104 en Re Mayor, “Londres”, Hob I/104), de Franz Joseph Haydn.
Aunque también incursionó en la música de
cámara y orquestal, Saverio Mercadante se hizo famoso por las sesenta óperas
que compuso. Su Sinfonia su temi dello Stabat Mater no es propiamente una
sinfonía, sino una fantasía que fue compuesta como precedente del Stabat Mater
de Rossini para una velada en Nápoles en 1843.
Las partituras italianas, que recuerdan
de manera clara la gran tradición belcantista, pero circunscritas a música de
temática religiosa, inspiradas y místicas por momentos, sobre todo el Stabat
del compositor de Pésaro, complacieron
especialmente al público. Estrenó esta composición que contó con algunas
incidencias creativas porque pasó también por la inspiración efímera de
Giovanni Tadolini, que compuso en origen tres de los números del Stabat Mater.
Sin embargo, al final Rossini recuperó la partitura en un principio compartida
y reemplazó con su pluma las
colaboraciones escritas por Tadolini.
La obra de Haydn – última de las doce
sinfonías “Londres”(1795), por su parte, es brillante en su perfección formal e
instrumental y fue muy aplaudida.
Renato Palumbo, el maestro italiano, dirigió
en el Real en versión concierto Les Huguenots en una pasada edición y también
las representaciones de Tosca de la temporada 2010-1011 y se lo considera uno
de los directores más destacados de su generación. Su repertorio es rico y
variado.
El pasado jueves 14 supo imprimir un
color especial a la Orquesta y Coros del Teatro Real. Envolvió con un espíritu nostálgico las partituras religiosas y en un
aire optimista y fresco la sinfonía de
Haydn.
Se hace cargo de la música con todo el cuerpo:
atento a las entradas de la orquesta, el coro y los cantantes, no le alcanzan
los gestos, las manos y los movimientos de las piernas para acompañar a sus
artistas. Consiguió un resultado muy elogiable y fue muy reconocido a la hora
de los aplausos, igual que la intervención del coro, dirigido como siempre por
Andrés Máspero, que en cada función llega a unos niveles de excelencia
difíciles de reiterar (pero lo consigue) en todas las funciones donde
participa.
Julianna Di Giacomo, la soprano
estadounidense, estuvo muy ajustada, generosa en la expresividad vocal, llegó
bien a unos agudos comprometedores. Sustituyó a Ekaterina Siurina, que había
sido elegida en primera instancia para este rol en el Stabat Mater, al igual
que el tenor andaluz Ismael Jordi, que reemplazó a Charles Castronovo y realizó
un adecuado y exigido “Cujus animam gementem”. Se lo vio muy pendiente de su
actuación durante toda la velada. Ann Hallenberg, la mezzosoprano de origen
sueco, participó en el Real en Tamerlano y la Agrippina de Haendel y desarrolló
una prestación sobria y elegante, no siempre asegurada en las representantes de
su cuerda. Muy bien en sus dúos con
Julianna Di Giacomo.
Por último, Dmitry Ulyanov, el bajo,
habitual en el foro también por Les Huguenots, Iolanta, Boris Godunov, Macbeth
e Il barbiere di Siviglia, cantó con solvencia
y convicción, con una emisión fácil y fluida. Las voces masculinas podrían
haber mejorado su dicción latina porque, por momentos, resultaba difícil seguir
el texto.
Los diez números del Stabat Mater,
con un “Amen. In sempiterna saecula” en un crescendo emocionante, pusieron
punto final a una Noche del Real (la número dos)muy clásica, con unas
partituras que los presentes disfrutaron antes (por conocidas) y durante el concierto
y al final agradecieron el disfrute de la velada con muchos aplausos.
Alicia Perris
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