domingo, 17 de noviembre de 2013

ESTRENO DEL STABAT MATER DE ROSSINI EN EL TEATRO REAL



Saverio Mercadante (1795-1870)Sinfonia su temi dello Stabat Mater del celebre Rossini. Franz Joseph Haydn (1732-1809), Sinfonía nº 104 en Re mayor, "Londres", Hob. I/104. Gioachino Rossini (1792-1868),Stabat Mater. Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real (Coro Intermezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid).


Ficha Artística: Dirección musical, Renato Palumbo. Dirección del coro, Andrés Máspero. Soprano, Julianna Di Giacomo. Mezzosoprano, Ann Hallenberg. Tenor, Ismael Jordi. Bajo, Dmitry Ulyanov. Jueves 14 de noviembre de 2013.
La Segunda Noche del Real fue un concierto coral y sinfónico. Se pudo escuchar el Stabat Mater de Gioachino Rossini, junto con la Sinfonia su temi dello Stabat Mater del celebre Rossini) de Saverio Mercadantey la Sinfonía nº 104 en Re Mayor, “Londres”, Hob I/104), de Franz Joseph Haydn.
 Aunque también incursionó en la música de cámara y orquestal, Saverio Mercadante se hizo famoso por las sesenta óperas que compuso. Su Sinfonia su temi dello Stabat Mater no es propiamente una sinfonía, sino una fantasía que fue compuesta como precedente del Stabat Mater de Rossini para una velada en Nápoles en 1843.
Las partituras italianas, que recuerdan de manera clara la gran tradición belcantista, pero circunscritas a música de temática religiosa, inspiradas y místicas por momentos, sobre todo el Stabat del compositor de Pésaro,  complacieron especialmente al público. Estrenó esta composición que contó con algunas incidencias creativas porque pasó también por la inspiración efímera de Giovanni Tadolini, que compuso en origen tres de los números del Stabat Mater. Sin embargo, al final Rossini recuperó la partitura en un principio compartida y  reemplazó con su pluma las colaboraciones escritas por Tadolini.
 La obra de Haydn – última de las doce sinfonías “Londres”(1795), por su parte,  es brillante en su perfección formal e instrumental y fue muy aplaudida.
 Renato Palumbo, el maestro italiano, dirigió en el Real en versión concierto Les Huguenots en una pasada edición y también las representaciones de Tosca de la temporada 2010-1011 y se lo considera uno de los directores más destacados de su generación. Su repertorio es rico y variado.
El pasado jueves 14 supo imprimir un color especial a la Orquesta y Coros del Teatro Real. Envolvió con un espíritu  nostálgico las partituras religiosas y en un aire optimista y fresco  la sinfonía de Haydn.
 Se hace cargo de la música con todo el cuerpo: atento a las entradas de la orquesta, el coro y los cantantes, no le alcanzan los gestos, las manos y los movimientos de las piernas para acompañar a sus artistas. Consiguió un resultado muy elogiable y fue muy reconocido a la hora de los aplausos, igual que la intervención del coro, dirigido como siempre por Andrés Máspero, que en cada función llega a unos niveles de excelencia difíciles de reiterar (pero lo consigue) en todas las funciones donde participa.

Julianna Di Giacomo, la soprano estadounidense, estuvo muy ajustada, generosa en la expresividad vocal, llegó bien a unos agudos comprometedores. Sustituyó a Ekaterina Siurina, que había sido elegida en primera instancia para este rol en el Stabat Mater, al igual que el tenor andaluz Ismael Jordi, que reemplazó a Charles Castronovo y realizó un adecuado y exigido “Cujus animam gementem”. Se lo vio muy pendiente de su actuación durante toda la velada. Ann Hallenberg, la mezzosoprano de origen sueco, participó en el Real en Tamerlano y la Agrippina de Haendel y desarrolló una prestación sobria y elegante, no siempre asegurada en las representantes de su cuerda. Muy bien en sus dúos con  Julianna Di Giacomo.
Por último, Dmitry Ulyanov, el bajo, habitual en el foro también por Les Huguenots, Iolanta, Boris Godunov, Macbeth e Il barbiere di Siviglia, cantó con solvencia  y convicción, con una emisión fácil y fluida. Las voces masculinas podrían haber mejorado su dicción latina porque, por momentos, resultaba difícil seguir el texto.
Los diez números del Stabat Mater, con un “Amen. In sempiterna saecula” en un crescendo emocionante, pusieron punto final a una Noche del Real (la número dos)muy clásica, con unas partituras que los presentes disfrutaron antes (por conocidas) y durante el concierto y al final agradecieron el disfrute de la velada con muchos aplausos.

Alicia Perris

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