domingo, 10 de noviembre de 2013

CHRISTINE SCHÄFFER Y LA VIOLINISTA ISABELLE FAUST EN EL TEATRO REAL DE MADRID


 
Kafka Fragmente, Opus 24, de György Kurtág. Con Christine Schäfer e Isabelle Faust, violín. Las Noches del Real (I) ,(3ra. Edición).Teatro Real, miércoles 6 de noviembre.
 Hacen su aparición con el otoño Las Noches del Real, que se inauguraron con un dúo de voz-soprano- y violín, en una velada intimista, una única edición en medio de las trepidantes óperas que versaron sobre la conquista española en México.
 Están de vuelta en su tercera edición con creativas ocurrencias musicales, diversas, amplias y bien pensadas. Son ocho convocatorias en un despliegue que pasa por un Kurtág o la poco definible manera de producirse de Antony and the Johnsons.
 Al violín Isabelle Faust hace su debut en el coliseo madrileño, mientras que Christine Schäffer ya actuó en otras ocasiones: la temporada 2011-2012 también en una convocatoria similar con el Klangforum Wien y la temporada pasada en Don Giovanni de Tcherniakov, con la dirección de Alejo Pérez.
 Entre la comunidad judía de todo el mundo, Kafka es una leyenda, condición que comparte con Kurtág, así como una conexión espiritual que desemboca en una dedicación detallada del compositor a los diarios y cartas del escritor de Praga.
Son cuarenta canciones que Schäffer, con un repertorio de lo más variado a sus espaldas, resuelve con elegancia y finura. Muy bien en toda la ejecución, cuenta con un instrumento que da en este caso muy bien la talla. Este concierto es una propuesta que de ninguna manera es para el gran público sino para aquellos que pueden disfrutar con lo que está concebido y sentido para unos pocos que escogen la diferencia.
Isabelle Faust, La violinista acompañante, sin embargo otra protagonista, es ella misma una figura en el escenario, dotada de una sugerente musicalidad, llena de gracia. Sensible en este recorrido á deux que enriquece las obras de los dos centroeuropeos.     
 Rigurosa en la calidad y en la excelencia, esta no fue una noche larga. Los asistentes, que dieron muestras de no haber estado en la sala por casualidad o por dejarse llevar solo por la programación del abono anual, disfrutaron mucho de un poco más de una hora de música.
¡Qué talento!, Kafka sigue dando que hablar y que escribir, como todos los artistas- escritores, músicos, pintores - del final del imperio Austrohúngaro! Carne de decadencia, ésta, de final de trayecto y de nostalgia, pero cómo nos gustan…

Alicia Perris

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