Obras
de Georg Friedrich Haendel (1685-1759), Francesco María Veracini (1690-1768),
Carl Heinrich Graun (1704-1759) y Georg Anton Benda (1722-1795).Teatro Real,
viernes 26 de febrero, 2016.
El Teatro Real rinde homenaje ahora a William Shakespeare, después de
recordar a Miguel de Cervantes, cuya fecha de la muerte coincide con la del
bardo inglés.
Con el fin de conmemorar el cuarto centenario del fallecimiento del
dramaturgo inglés (1564-1616), el
coliseo madrileño ofreció un concierto con la soprano Maria Grazia Schiavo y la renombrada
orquesta Les Talents Lyriques,
a las órdenes del clavecinista y director francés Christophe Rousset.
Se seleccionaron esta vez, obras inspiradas en comedias y dramas del genial
escritor de los siglos XVII y XVIII, revisitadas por los libretistas de cada
época: desde el singular barroco inglés de Henry Purcell (1659-1695) a los comienzos del Clasicismo del
alemán Carl Heinrich Graun (1704-1759)
con el perfume habitual y la influencia de la ópera italiana.
El programa dio comienzo con composiciones de Purcell: tres piezas de la
fabulosa semiópera The
Fairy Queen (La reina de las hadas), basada en una adaptación de la
comedia El sueño de una noche de verano y un recitativo y aria
de The Tempest (La
tempestad).
Ahora con una influencia claramente italianizante, pero continuando en la
patria de Isabel I Tudor, se ejecutan la obertura y dos arias de Giulio Cesare in Egitto (Julio
César en Egipto), la ópera histórica más frecuentada de Georg Friedrich Händel (1685-1759).
La creación del compositor y violinista italiano Francesco Maria Veracini (1690-1768), cierra la primera parte
de la velada. Sus trabajos se realizaron en los dos países, despidiéndose de la
capital inglesa con su último melodrama, Rosalinda, la heroína de la comedia shakesperiana Como
gustéis.
Carl Heinrich Graun (1704-1759)
sigue en la huella abierta por la música italiana. El mismo fue un tenor y
compositor muy conocido en la transición entre el Barroco y el Clasicismo y su
ópera Coriolano, es
buena prueba de ello. De esta producción se incluyeron la obertura, una aria y
recitativo.
Romeo und Julie, del compositor checo Georg Anton Benda (1722-1795),
que retoma de nuevo el clásico shakespeareano probablemente más universal,
pusieron punto final a una noche espléndida.
La soprano napolitana María Grazia Schiavo y la formación Les Talents Lyriques
llevan a cabo un extraordinario maridaje musical y es todo un privilegio haber disfrutado
de ellos en el Teatro Real.
Schiavo tiene un instrumento bien colocado, con un timbre muy agradable,
buenos graves y sobre todo un registro medio que pasa sin esfuerzo a
imprevistos agudos resueltos con elegancia y excelente técnica. Tiene un fraseo
elegante, un fiatto bien controlado y un legato eficaz, que descubre con
energía y dinamismo.
Fue capaz de conquistar y sobre todo de emocionar en las intimistas composiciones
que fluían con soltura de la batuta de Christophe Rousset y su veintena de
músicos. Y su dicción es clarísima y esmerada en inglés (idioma complicado de
cantar bien), en italiano, por supuesto y también en alemán.
Engalanada con dos vestidos preciosos, que recordaban justamente a una
“fairy queen”, con sus tules, estrellas y lentejuelas, en negro el primero y en
azul noche el segundo después de la pausa, la soprano italiana lució además un juvenil
cabello suelto y luego recogido, enmarcado por joyas a juego.
El conjunto que lidera Christophe Rousset ha paseado su saber hacer por La
Salle Pleyel, la Ópera de Lausanne, el Theater an der Wien, el Carnegie Hall,
el Barbican Center y en Italia, por el San Carlo de Nápoles o el Teatro alla
Scala de Milán, entre otras muchas salas de concierto.
Les Talents Lyriques, fundado en 1991, que toma su nombre de Les Fêtes
d´Hébé de Rameau, cuenta con un repertorio muy amplio y demostraron estar muy
fogueados en las obras escogidas.
Trajeron un Ariodante de Händel en versión de concierto por ejemplo, al
foro o al Festival veraniego de Granada su Il Califfo di Bagdad, de Manuel
García, todo un descubrimiento y han visitado España con frecuencia.
Christophe Rousset, condecorado como Chevalier de l´Ordre National de la
Légion d´Honneur y L´Ordre National du Mérite, dirige a sus músicos con
autoridad pero a la vez con mano de seda y cuida celosamente de las entradas y
prestaciones de María Grazia Schiavo. La concertación entre los intérpretes de
Les Talents, su responsable y la soprano, pareció intachable.
El final se cerró con propinas largas pero el público no se levantaba nunca.
Hubo muchos aplausos y bravos entusiastas y la recompensa fue muy merecida, por
la entrega, la elegancia y el buen gusto del concierto.
Alicia Perris