1906 y 1934, dos fechas que marcan la relación de Picasso con el arte
románico. En 1906, un momento decisivo en la transformación de su estilo, el
artista se instala unos meses en el pueblo de Gòsol, en el Pirineo catalán.
Casi treinta años después, en 1934, visita las colecciones de arte románico del
que hoy es el Museu Nacional d'Art de Catalunya. Partiendo de estas dos fechas,
la exposición gira alrededor de tres ejes temáticos:
El primero son las obras
realizadas en 1906 y 1907 y la relación que mantienen con la Virgen de
Gòsol, que, en ese momento se encontraba en la iglesia de Gòsol
y que hoy forma parte de la colección del museo.
El segundo tiene que ver con la Crucifixión, un tema muy presente en el arte románico, y que
preocupó a Picasso en diferentes momentos de su vida, especialmente entre 1930
y 1937.
El tercero se refiere a un motivo también muy presente en la colección
románica del museo:la calavera.
La exposición cuenta con unas 40 obras y se puede ver en las salas de arte
románico. No establece una relación mecánica entre las obras románicas y las de
Picasso, ni plantea la búsqueda de una influencia directa de unas sobre otras,
puesto que una de las características principales de la obra picassiana es la
capacidad de transformar cualquier influencia en una cosa distinta y propia, al
mismo tiempo que conserva y supera los modelos originales. Lo que se intenta es captar las posibles afinidades
que se pueden establecer entre ellas.
http://www.museunacional.cat/es/picasso-romanico
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