viernes, 24 de marzo de 2017

CONCIERTO DE FRANCO FAGIOLI, CONTRATENOR, CON ARIAS PARA CAFFARELLI, EN EL TEATRO REAL DE MADRID

Obras de Domenico Sarro, Nicola Antonio Porpora, Johann Adolph Hasse, Leonardo Leo, Leonardo Vinci, Giovanni Battista Pergolesi, Angelo Ragazzi, Pasquale Cafaro y Gennaro Manna. Franco Fagioli, contratenor. Il Pomo d´Oro. Concertino y director: Dmitri Sinkovsky.
Teatro Real de Madrid. 22 de marzo, 2017
Programa
Domenico Sarro (1679- 1744)
Sinfonía de Demofoonte
Nicola Antonio Porpora (1686-1768)
Passagier che sulla sponda, aria de Semiramide Riconosciuta
Johann Adolf Hasse (1669-1783)
Ebbi da te la vita, aria de Siroe
Adagio y fuga en sol menor
Leonardo Leo (1694-1744)
Misero pargoletto, aria de Demofoonte
Leonardo Vinci (1690-1730)
Braccio a mille furie, aria de Semiramide Riconosciuta
PAUSA
Giovanni Battista Pergolesi (17710-1730)
Lieto così talvolta, aria de Adriano in Siria
Johann Adolf Hasse
Fra l'orror della tempesta, aria de Siroe
Angelo Ragazzi (1680-1750)
Sonata en fa menor, Op. 1 nº4
Imitatio in Salve Regina, Mater Misericordiae, para cuerdas
Pasquale Cafaro (1716-1787)
Gonfio tu vedi il fiume, aria de Ipermestra
Leonardo Leo (1694-1744)
Introducción de Il Ciro riconosciuto
Gennaro Manna (1715-1779)
Odo il suono di tromba guerriera, aria de Lucio Papirio

No estaba al completo la sala principal del coliseo madrileño en la velada del barroco del contratenor Franco Fagioli, pero muchos de los que sí asistieron lo esperaban ansiosos, porque seguramente conocen su trayectoria, su capacidad teatral y vocal, porque hasta alguna reseña muy madrugadora sorprendió en los medios en las primeras horas del día siguiente al recital. Todo estaba preparado para el debut de este artista argentino, que se mueve en los perfumes conocidos de una Cecilia Bartoli, poco antes también en el Teatro Real o de un Philipe Jarousky, otro divo francés, que sin embargo está ampliando ahora su repertorio por otros cauces, excediendo los límites del territorio del tiempo de los castrati.
El recital de Fagioli preludia el estreno de Rodelinda, de G.F. Händel, que tendrá lugar tan sólo dos días después. Franco Fagioli estará acompañado por la formación barroca Il Pomo d’Oro.
No vamos a repetir aquí por conocido y bien aclarado, en el programa de mano del coliseo madrileño, las características de este repertorio, tampoco las sinuosas particularidades de los castrati de la época o de los actuales contratenores, por todos conocidas. Como bien explica el especialista José María Domínguez, “Las arias (estas) desde el punto de vista musical, presentan una paradoja. Todas son iguales en su forma, el famoso da capo y las ocho que se escuchan tienen el mismo principio formal: basadas en un breve poema de dos estrofas, la música de la primera parte, se repite después de haberse cantado la segunda, dando lugar así a una estructura musical tripartita. De esta forma, existe la posibilidad de que el cantante improvise ornamentos vocales durante la repetición del comienzo”.
Pietro Metatastasio, poeta italiano (1698-1782), es junto a Caffarelli, el otro protagonista de la velada escogida por Franco Fagioli. Variedad de pasiones, contenidas, a veces mitológicas, escondidas en multitud de artificios literarios y vocales, que van de acuerdo con lo que en la época resultaba adecuado y muy siglo XVII y XVIII (evocaciones que van desde el cartesianismo afectivo hasta el mismísimo Choderlos de Laclos y sus perversiones). Por su parte, Caffarelli se encuentra muy vinculado al éxito y relumbrón de los compositores napolitanos.

Franco Fagioli estudió en la Universidad Nacional de Tucumán, en Argentina y también en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón bonaerense. Ya ha cantado en prestigiosos escenarios internacionales y parece sentirse cómodo con su emisión, tesitura, registros (muy amplios y generosos, sorprendente los graves del cantante). Tiene empaque, soltura y gran vigor en escena, donde no solo canta, sino que solicita en cada aria la complicidad incluso física de los músicos de Il Pomo d´oro, pacientes, aguerridos y en todo momento atentos a otro personaje muy estricto y que sabe lo que quiere: Dmitry  Sinkovsky, concertino y director del grupo instrumental. Sinkovsky estudió en el conservatorio de Moscú y dirección musical en la Academia de Música de Zagreb y acompañó, entre otras muchas prestaciones, a Joyce di Donato en su actuación en el Teatro Real.
Menuda pareja de auto y heteroexigentes conforman estos jóvenes músicos, a quienes solo les faltaría, bajar un poquito la guardia (están excesivamente hipervigilantes) y dejarse llevar, mecer, por esta música atrayente y extraordinaria. Llegar desde la frontera del rigor musical al del disfrute con la música que hacen, que es preciosa y de muy alto nivel.

Il Pomo d´Oro fue fundada en 2012 y se orienta sobre todo hacia la ópera. Con un curriculum igualmente internacional, está integrado por violines (I) Dmitri Sinkovsky, Alfia Bakieva, Fanny Tschanz y Daniela Nuzzoli y violines (II), Zefira Valova, Esther Crazzolara y Heriberto Delgado, violas, Giulio Dalessio y Daniela Nuzzoli, chelos, Ludovico Minasi y Cristina Vidoni, contrabajo, Nicola Dalmaso, clave, Federica Bianchi y dos trompas, Ricardo Rodríguez y Francesco Meucci, sin llaves, a las que resulta complicado encontrar el sonido justo, pero ellos lo consiguen. Este grupo además es embajador del Sistema Greece, un proyecto humanitario para luchar contra la pérdida de la identidad desde la educación musical.
Todos, el cantante, el concertino y director de la agrupación y los propios instrumentistas que la conforman, tienen, dada su juventud, un futuro asegurado por delante. Ya están consagrados, pero les queda mucho recorrido y es una suerte que vayan llegando relevos a las gloriosas orquestas y cantantes de toda la vida. Hay que abrir horizontes renovados y frescos.


El público aplaudió y mucho, sin reparos, con bravi para todos y acogió a Franco Fagioli, como ya informamos en un previo, con entrega y entusiasmo.
Para recompensar la dedicación de los presentes, el contratenor ofreció tres arias fuera de programa llenas de brío y de pasión, con zapateado incluido al final, como es él mismo: “Vo solcandl un mar crudele” del Artaserse de Vinci, “Crude furie”, del Serse de Händel y “Ombra mai fu”, de “Il caro Sassone”. Como diría un napolitano extasiado, para estar en consonancia con el repertorio: “Maronna, che bello!”


Alicia Perris
Foto y webmaster: Julio Serrano

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