Guillermo Altares
El criminal nunca fue descubierto, pero se sigue identificando con
la imagen de un hombre con capa y sombrero de copa. / MANUEL VÁZQUEZ
Ha pasado más de un siglo desde lo que la prensa popular de la
época llamó los crímenes de Whitechapel, y el resto del mundo, los asesinatos
de Jack el Destripador. Las atroces muertes de cinco prostitutas en Londres en
el otoño de 1888 nunca fueron resueltas. El interés por el caso no ha decaído.
Sigue generando debates, polémicas, libros, investigaciones, museos y negocios.
Cada año se suman nuevos nombres a la interminable lista de sospechosos que
encabeza el médico personal de la reina de Inglaterra.
LOS últimos meses de 1888 se
cometieron una serie de terribles asesinatos en Whitechapel, la zona más violenta
de Londres, un barrio donde la muerte y la miseria campaban a sus anchas. Sin
embargo, a diferencia de muchos otros, aquellos crímenes nunca fueron
olvidados. Salvo tal vez el magnicidio del presidente John Fitzgerald Kennedy
en Dallas en 1963, ningún asesinato ha sido analizado tan minuciosamente ni ha
proporcionado tantas teorías conspiratorias. Cada una de las pruebas obtenidas
ha sido sometida a un infatigable escrutinio a lo largo de las décadas para, al
final, seguir siendo un misterio dentro un enigma. Jack el Destripador, el
asesino de cinco prostitutas entre el 31 de agosto y el 9 de noviembre, es
todavía un caso abierto.
Cada año se publican libros que ofrecen nuevas teorías sobre la
identidad del criminal. Pero, más que aclarar el asunto, lo oscurecen, porque
existen muy pocos puntos de acuerdo entre los diferentes investigadores que
rebuscan en los más mínimos detalles para sostener tesis muchas veces
imposibles. El autor de novela negra y bibliófilo Otto Penzler ha recopilado
una parte importante de esta información en The Big Book of Jack the Ripper (El
gran libro de Jack el Destripador), editado recientemente en Estados Unidos.
Sus 800 páginas reúnen no solo las principales teorías, textos y artículos de
la época, sino también insólitos relatos literarios. Entre ellos, uno de la
danesa Isak Dinesen, la autora de Memorias de África.
FUE EL EJEMPLO MÁS DESCARNADO DE VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES. A
TRAVÉS DE SUS CRÍMENES SE LEE LA INIMAGINABLE MISERIA DEL EAST END
En su conocida novela gráfica From Hell (Desde el infierno), el
guionista Alan Moore atribuye esta cita a Jack el Destripador: “Un día, la
gente mirará al pasado y se dará cuenta de que conmigo nació el siglo XX”.
Aquellos crímenes ofrecen muchos aspectos que enlazan con nuestra época.
“Es
una historia que nos fascina por muchos motivos”, explica Penzler, que también
editó un libro que recopila historias apócrifas de Sherlock Holmes y es
propietario de una librería especializada en literatura negra en Nueva York,
The Mysterious Bookshop. “Los asesinatos fueron especialmente atroces. En ese
momento, los diarios de Londres peleaban por los lectores y recurrieron a
titulares muy sensacionalistas. Además, la fotografía en la prensa era
relativamente nueva y se publicaron imágenes espeluznantes. El nombre, Jack el
Destripador, también es extraordinariamente evocador: Jack el Asesino no sería
lo mismo. Y el hecho de que sea una historia que no se ha cerrado nunca ha
llevado a que sigamos especulando hasta ahora”.
http://elpaissemanal.elpais.com/documentos/jack-el-destripador/
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