JOHAN SEBASTIAN
MASTROPIERO.
El músico «ficticio» salda
cuentas con los ganadores del Princesa de Asturias de Comunicación y
Humanidades
El grupo Les Luthiers, que
tanto daño han hecho a Johan Sebastian Mastropiero - AFP
No, no tienen ninguna
gracia, estos juglarcillos argentinos, estos titiriteros musicales de los que
ustedes, españoles traidores, anuncian intenciones de darles premios, homenajes
y hasta hacerles una estatua ecuestre (ecuestre lo que cuestre), no tienen la
más pequeña de las gracias. Yo era un gran compositor, más famoso que nadie,
más millonario que todos, Mastropiero que nunca, cuando estos buitres, armados
con bidets convertidos en armas de hacer música y risas, estaban buscando una
nueva víctima tras destrozar la vida de grandes personas como Esther Píscore.
Al parecer en ese momento, una obra mía sonó de fondo y en su cabeza la gallina
dijo «Eureka»…
Yo me acababa de separar de
mi amada Condesa Shortshot y dirigía el Centro de Altos Estudios Musicales
«Manuela» y trataba de olvidarme de las acusaciones de plagio por parte de mi
rival Günther Frager escribiendo mi biografía mientras copiaba, párrafo a
párrafo cuando estos desalmados comenzaron a utilizarme en sus espectáculos.
Al principio traté de
tomármelo con calma, en mis tardes de oración elevaba mis brazos al cielo y
gritaba «Señor, dame paciencia… ¡Pero dámela ya!»
Pensaba que se cansarían,
que encontrarían a un Rodrigo El Adelantado que les despistara, pero vi que no
había manera, traté de envenenarles con Nopol (un antipolillas que las mantiene
a raya). Les envié a Jack el Forastero, un asesino misterioso, traté de
exiliarme en la Universidad de Wildstone, refugiarme entre los generosos pechos
de Miss Chichi Higggins.
Nada me ha consolado de la
destrucción de mi buen nombre ejercida por este grupo de titiriteros que han
dedicado su carrera a la exaltación de mi desprestigio. Por eso me atrevo a
dirigirme a los miembros del jurado del premio Princesa de Asturias para rogarles
que les sea retirado el mismo y me sea otorgado a mí. Todos ganamos: El buen
gusto, su prestigio y la música. Sean valientes y háganme caso, al fin y al
cabo, como dije alguna vez:
-Hay dos palabras que te
abrirán muchas puertas: Tire y Empuje.
(Una frase que me hizo
célebre a pesar de ser de Günther Frager).
Atentamente:
J. S. Mastropiero
(Por la transcripción: JUAN GÓMEZ-JURADO)
http://www.abc.es/cultura/musica/abci-como-luthiers-arruinaron-vida-201705110116_noticia.html
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