viernes, 28 de mayo de 2021

“UN ENCUENTRO VEGETAL”, EXPOSICIÓN Y CICLO PARA ABORDAR UNA NUEVA RELACIÓN CON LAS PLANTAS DESDE EL ARTE Y EL PENSAMIENTO CONTEMPORÁNEO

La Casa Encendida de Fundación Montemadrid y la Wellcome Collection de Londres presentan “Un encuentro vegetal”, exposición que examina nuestra relación simbiótica con las plantas a través de las obras de Patricia Domínguez (1984, Santiago de Chile), Ingela Ihrman (1985, Kalmar, Suecia) y Eduardo Navarro (1979, Buenos Aires).


·     Concebida como un diálogo, muestra las prácticas de estos tres artistas cuyo trabajo descompone lentamente el muro artificial que separa a los seres humanos de la naturaleza.

·     Patricia Domínguez presenta cinco tótems futuristas con reproducciones de las colecciones etnobotánicas de la Wellcome Collection de Londres y el Museo de América de Madrid, y piezas del Real Jardín Botánico y la Real Academia de La Historia de Madrid; Ingela Ihrman muestra una instalación de algas corporales que alude a los vínculos entre la flora de su intestino y la de los océanos; y los dibujos expansivos y contemplativos de Eduardo Navarro se sirven de sobres biodegradables que contienen semillas de árbol que, al finalizar la exposición, serán devueltas a la naturaleza.

·     “Un encuentro vegetal” es también un amplio programa de actividades relacionadas como los cursos 'Cómo contar la historia de nuestras plantas’, 'Lobos, delfines y zamioculcas: investigación y arte sonoro' o el taller y las conversaciones ’La ecología del alma’ enmarcadas en el ciclo dedicado a la escritora brasileña Clarice Lispector.

·     La Terraza Magnética, el ciclo de cine y conciertos al aire libre de La Casa Encendida durante julio y agosto, se dedica de igual manera a explorar nuestra relación con lo vegetal desde el cine y la música.

El mundo vegetal representa el 85% de la vida que conocemos y sostiene a todos los organismos vivos del planeta mediante la fotosíntesis, proceso por el que -vale la pena recordarlo- convierten sustancias inorgánicas -carbono y agua-, en orgánicas -hidratos de carbono-, desprendiendo además el oxígeno que respiramos los animales. Las plantas son seres sensibles, atentos a los elementos y a las formas vivas que los rodean, enraizados, pero en constante evolución, capaces de construir anatomías alternativas para sobrevivir y florecer; respirando, percibiendo, alimentándose y reproduciéndose a través de todo su organismo. Tienen memoria, se comunican entre sí, crean comunidades simbióticas e influyen en el clima del planeta. Pese a nuestra percepción común, han transformado más a los humanos de lo que estos han hecho con ellas. Y seguramente alberguen la solución para nuestra prosperidad y supervivencia.

Nuestras compañeras las plantas abandonaron el agua y colonizaron tierra firme hace 450 millones de años. El Homo sapiens surgió hace 300 mil años y hoy los humanos tan solo representan el 0,01% de la biomasa de la Tierra. Aunque los humanos también somos criaturas de la tierra (“humano”, del latín humus: tierra), hemos cortado nuestros vínculos con la tierra y la naturaleza; hemos regulado su utilización como recursos a la vez que negamos esos vínculos tan vitales como frágiles que conectan todas las formas de vida, humana y no humana. Para la muestra Un encuentro vegetal, los tres artistas han tenido el novedoso encargo de repensar nuestra relación con las plantas y poner en relieve la importancia de su acción en la naturaleza”, señala la comisaria de la exposición Bárbara Rodríguez Muñoz.

Vivimos en un planeta vegetal. Así, esta exposición y ciclo de actividades reconsidera las plantas más allá de su uso para el consumo humano y muestra su complejidad y sensibilidad. A la vez, propone una reflexión meditativa sobre el mundo vegetal y lo que de él se puede aprender.

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