ANTONIO
LUCAS
A estas criaturas, hombres, mujeres y algún casi niño, los entiendo y asumo
como santos. Gentes llagadas, sufrientes, vitales y extravagantes. Todos
vivieron (algunos aún lo hacen) al límite de las convenciones. Deflagran todas
las costumbres respetables. Son santos también por su alto desorden. Son santos
por la extremaunción de su valentía. Santos por su milagro del revés.
Personalidades dañadas. Gentes luminosas. En todos ellos cabe una leyenda. Y a
casi todos ellos les debemos una iluminación. Poetas, novelistas, cineastas,
actrices, músicos, cantaores, forajidos de la normalidad... Drogadictos,
libertinos, malogrados, homosexuales, neuróticos, alcohólicos, suicidas...
Paseantes de infiernos sucesivos, de paraísos artificiales, de realidades
estropeadas. Estas semblanzas aparecieron en las páginas de EL MUNDO entre 2013
y 2015". Así lo explica el poeta y periodista Antonio Lucas, que adelanta
detalles de su nuevo libro, Vidas de santos, publicado por la editorial Círculo
de Tiza y que saldrá a la venta el próximo 21 de octubre.
1.
ARTHUR RIMBAUD: "De entre todas las adolescencias, Rimbaud atesoró
aquella que no se cura con el menaje de la edad. Hay hombres que deciden
arrojarse al foso de los cocodrilos con una precocidad de infierno tierno, pero
antes asaltan la vida arreándole al mundo una peritonitis, un último atentado,
un mazazo con el puño. Alcanzó las cotas más altas de lucidez y de espanto
antes de cumplir los 20 años. Cultivó una moral depravada con el afán metódico
de quien ha caído al mundo a contramuerte, dotado de una lógica que todo lo
convierte en un estado de alerta".
2.
SID VICIOUS: "A los 14 años vendía tripis en la puerta de los
conciertos. A los 16 comenzó a pincharse heroína con su mamá. El mozo medía 190
centímetros y esa estatura estaba rellena de asco y misantropía, extravío y
pasotes. (...) Nunca dio síntomas de inteligencia. Aquella vida a mil
revoluciones por minuto alcanzó su máxima cota de desagüe cuando ingresó como
bajista en los Sex Pistols. El lema del punk requería que la aventura de vivir
no tuviese predicado: No future. Y se entregó con candidez de esclavo".
3.
JEAN MICHEL BASQUIAT: "Los chacales del negocio del arte, los
mercaderes sin escrúpulo, los cuatreros del talento de los otros, es decir, los
marchantes, clavaron las córneas en la obra de Basquiat. Explotaban al nuevo
mirlo blanco (que en verdad era negro). Basquiat, entre tanto, despachaba
piezas sulfurosas con la furia de los que intuyen que el tiempo es escaso. Sus
dibujos y sus grandes obras resultaban un fabuloso sabotaje contra las
convenciones".
4.
IAN CURTIS: "Las letras de Joy Division eran el correlato exacto del
alma sincopada de su líder. Unas piezas sobre la desolación, el vacío y las
alienaciones del hombre que impactaban directamente en la solapa de la
burguesía y entraban en combustión entre los parietales de una muchachada
inflamable a la que se le ponía el corazón derviche con los ritmos secos e
hipnóticos de la banda. (...) Este chico era un espectáculo de vértigos y
chamanismo que tenía algo de acontecimiento de la naturaleza".
5.
FRANÇOISE DORLEAC: "Quizá fue Truffaut el hombre que mejor entendió
las aristas platerescas de Dorléac y sin duda fue quien mejor la encuadró.
Quien mejor la amó. Quien comprendió su complejidad y le enseñó a explorar
hasta el fondo sus sentimientos más sutiles. Era 10 años mayor que ella. Les
unió la pasión por los libros y un mutuo deseo irrefrenable que convirtió su
relación en una extraña obra de arte. Era como si entre los dos se diera el
vértigo constante de una inminente huida, esa excitación de las pasiones
furtivas que empujan a dejarlo todo y recomenzar. Una mujer así tenía fuerza de
sobra como para dar vida a todo lo que se acercara al recinto de su
intimidad".
6.
SUSAN SONTAG: "Tenía modales de niña prodigio. Su vocación era la de descifrar
el mundo: asaltarlo, desguazarlo por dentro y encontrar su sentido. Y eso sólo
era posible leyendo, reventando las costuras ideológicas del entorno y viajando
en dirección contraria. Esta mujer que a los 15 años fue a conocer a Thomas
Mann, del que ya había leído casi toda su obra, cargaba una obstinación
sobrehumana regada con un ejército de neuronas rebosantes de inteligencia.
Tenía algo de loba marginal con anhlelos de liberarse de todas las
formalidades".
7.
DORA MAAR: "Una vez separada de Picasso, en 1944, muy pocos la
frecuentaron. Muy pocos la oyeron hablar de su guerra por ser quien comenzó
siendo antes de ser masticada. Jamás concedió una entrevista. (...) Se ató con
una maroma al misticismo. Una dama marcada por la leyenda del gran caníbal. Dora
Maar ecualizó su existencia para aceptar sólo el sonido de un nombre: Picasso.
Y después nada".
8.
BILLIE HOLIDAY: "Para alcanzar el grado de quebranto que atesoró hasta
el final de sus días era necesario haber padecido lo indecible por el único
azar de ser mujer, negra y nacer en una familia devastada de aquella Filadelfia
cateta de 1915. Todo junto es lo más parecido a recibir desde el principio un
golpe en la mandíbula a modo de bienvenida y ofrecerte después alegremente una
navaja barbera para que opines sobre tu vida. Con la fortuna en contra y el
daño trazado con líneas rectas sobre el plano de la infancia, aquella mujer que
volteó con la garganta la historia del jazz cantando desde lo hondo de un bidón
de gasolina se sobrepuso a todo menos a sí misma".
9.
ALEJANDRA PIZARNIK: "La tristeza se le asienta en las mucosas del
subconsciente y la familia protege a la hija menor del ardor de un desánimo
cada vez más hondo. El padre financia el primer libro de versos, La última
inocencia (1956), y patrocina al primer psicoanalista de la muchacha en un
intento por ordenar su desván emocional. Pero nada parece servir de nada.
Alejandra Pizarnik busca alternativas a ese dolor que escucha por dentro como
un tiroteo y sólo encuentra en la química un falso acomodo".
1. RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO:
"Lleva años encerrado en una suerte de covacha inexpugnable en los bajos
del edificio en que habita. Es la antigua casa del portero. Ahí guarda la
munición de sus obsesiones junto a unos cuantos volúmenes: de Adorno a los
Estudios de Historia Social. (...) Eleva cualquier conversación banal con
argumentos de Tito Livio. Y si habla de una guerra actual lo hace reseñando las
estrategias de Alcibíades. (...) Dueño de una lucidez deslumbradora y de una
escritura impulsada por destellos líricos, por sístoles barrocas, dispuesta a
la dentellada. Es Rafael Sánchez Ferlosio, orbitando en la
clandestinidad".
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