El director de cine Francis Ford Coppola durante el tributo a su obra en el evento Premio Princesa de Asturias, en Gijón. / MIGUEL RIOPA (AFP
Un calcetín rojo y otro amarillo
como complementos a un traje gris. Al final, el experimentalismo era esto. En Francis Ford
Coppola(Detroit, 1936) conviven varios seres humanos. El empresario
turístico genera suficiente dinero como para que el cineasta viaje en su jet
privado de Abu Dhabi a Asturias y de ahí a Barcelona. El productor se dedica a
películas de género para que el defensor delLive Cinema, el cine en
vivo, pueda marcarse sus digresiones. El creador que en cuanto sale a la calle
le tocan —con gaitas, silbando, con pasacalles— la banda sonora de El
padrino esconde a un experimentador que cree que el arte solo tiene
sentido si se arriesga.
“Es un error pedir al niño que se
especialice, algo a lo que como padres nos empuja el miedo a un mal futuro
laboral. No importa con qué disfruta un crío, que le guste ya hace que tenga
sentido”, contaba Coppola cuando le preguntaron sobre la educación de su hija
Sofia. “Le empujé a hacer de todo. Nuestro actual modelo educativo procede de
la Alemania del siglo XIX. ¿Dónde acaba la química y empieza la biología?
¿Dónde finaliza la filosofía y arranca la literatura? ¿Por qué trocear las
materias? Nunca deberíamos dejar de estudiar, y menos en este nuevo mundo. El
aprendizaje es uno de los grandes placeres de la vida”.
Debe de ser complejo vivir en
Coppola, toda una carrera marcada por una saga de mafiosos italoamericanos, un
tema que ni le interesaba en sus inicios: “De joven yo quería rodar películas
experimentales, películas que no se hubieran hecho antes. Cosas comoLa
conversación. Y por eso mis compañeros de la escuela de cine nos mudamos de
Los Ángeles a San Francisco. Pero hice dinero con El padrino. Ahora
vivimos momentos difíciles para los creadores personales. Hollywood es solo una
idea: hacer películas para ganar dinero. La pregunta es ¿quieres hacerte rico?
El concepto de que un artista gane mucho dinero es reciente, nace de las
grabaciones, que generan derechos de autor. Cuando empezó el cine, se podía
experimentar con el lenguaje. Hoy no. Los productores no permiten que emerja el
espíritu que creó el lenguaje del cine. Prometeo robó el fuego y fue encadenado
por ello. Lo mismo le pasa al cine: está encadenado porque todo se mueve por
dinero”.
Así arrancó ayer por la tarde la
charla del premio Princesa
de Asturias de las Artes con estudiantes (en realidad el
público muy heterogéneo) en el café gijonés Dindurra, previo a su encuentro con
público en el adyacente teatro Jovellanos, al que también acudió la reina doña
Leticia. Coppola insistió en que le preguntaran por el futuro del cine, que era
de lo que venía a hablar, y al final logró meter su cuña publicitaria: “El
futuro del cine no es el 3D, que ha tenido ya varias resurreciones, sino otros
campos como la escritura. La novela tiene 400 años y se ha reinventado
constantemente. Así que en el guion hay mucha innovación posible. Otro campo de
mejora lo ofrece el documental. Aunque se base en la realidad, usan técnicas
magníficas. Otra tendencia: los proyectores digitales albergan archivos que
pueden variar de un día a otro, son mutables, no como el celuloide. Pueden
conectarse a la Red y que la gente los cambie. Es el cine en vivo. El cine se
basa en planos, la televisión en eventos, la literatura en frases y el teatro
en escenas. Debemos recuperar el poder de la representación, del actor, perdido
desde que se crearon la fotografía y el montaje”. Él ya lo ha hecho este verano
en Oklahoma. “El cine es el matrimonio entre actuación y escritura. Los jóvenes
directores saben poco de la actuación a no ser que provengan del teatro. No se
sacan cosas del actor sino que surge de ellos”.
El tema de la película
Francis Ford Coppola dejó más
perlas para el recuerdo: “Cualquier proyecto creativo tiene una idea grande
detrás, el tema. Debes tenerlo muy claro desde el inicio. En La
conversación era la privacidad. En El padrino, la sucesión. Solo
una palabra. El director toma millones de decisiones al día. De vez en cuando
llega una pregunta a la que no tienes respuesta y debes volver a la idea”.
También habló de las plataformas
digitales: “Durante años hablamos de la tele y el cine como algo separado. Pues
hoy en día son casi lo mismo. En el cine ya no hay latas, sino archivos
digitales. Desde pequeño me interesa la tecnología. Y ya adiviné que habría un
momento en que las redes sociales acabarían perdiendo interés, como
efectivamente ocurre hoy. Al final las empresas digitales necesitan contenidos
nuevos. El cine siempre ha estado en venta y en tres años Yahoo, Google y Apple
comprarán los estudios. Pienso en las series y creo que todo es cine: dure un
minuto, 100, o un mes”.
También regaló sentencias
contundentes: “La idea de hacer un trabajo creativo sin límites es ciencia
ficción”; “El cine es conflicto, estás moldeando una piedra con las manos y
habrá grandes catástrofes”; “Acabo de leer hace tres semanas Don Quijote.
Me ha costado, pero ha sido muy divertido”; “Tenemos una crisis de salud mental
en el mundo occidental”; “Los artistas son el radar de la Humanidad”. “El cine
es el arte de nuestro tiempo e ilumina nuestra vida contemporánea”. Dicho lo
cual, se fue a saludar a la reina.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/10/22/actualidad/1445539885_094679.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario