Academia / 12 de mayo de 2016 - 24
de julio de 2016
La exposición “I segni nel
tempo“ reúne un importante número de dibujos españoles de las Gallerie degli
Uffizi. Organizada conjuntamente por la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando, la Fundación MAPFRE y el Gabinetto Disegni e Stampe de las Gallerie
degli Uffizi, la muestra y la publicación que la acompaña son el resultado de
un riguroso proyecto de investigación, que ha permitido profundizar en el
conocimiento de la colección de dibujos de los Uffizi y descubrir muchas
autorías hasta ahora desconocidas. El proyecto se debe a la Ayuda García
Viñolas para la catalogación de colecciones de dibujo de Fundación MAPFRE que
se dedicó al Gabinetto Disegni e Stampe degli Uffizi y cuya dirección
científica se confío a Benito Navarrete Prieto, profesor de la Universidad de
Alcalá y experto en pintura y dibujos españoles del Siglo de Oro.
La colección de dibujo español
de los Uffizi es una de las más importantes de todas las conservadas fuera de
España –incluidas las del Museo del Louvre, The British Museum, Kunsthalle de
Hamburgo, Hispanic Society of America de Nueva York o Metropolitan Museum–. El
atractivo de esta colección reside en la presencia de ejemplos únicos para
poder estudiar el proceso creativo de los artistas españoles de los siglos XVI
y XVII, encontrándose diseños para obras capitales del patrimonio cultural
español.
El origen de la colección se
encuentra en los dibujos reunidos en Madrid por el comerciante florentino
Giovanni Filippo Michelozzi (†1777) como consecuencia de una estancia en torno
a 1745-1746, que refleja un temprano gusto y aprecio de los coleccionistas italianos
por el dibujo español. Un primer bloque de este conjunto fue comprado por la
Real Galería de Florencia en 1779 gracias a la política de adquisiciones
auspiciada por el gran duque de Toscana Pietro Leopoldo de Habsburgo Lorena
(1765-1790) y el director-anticuario de la Real Galería de los Uffizi, Giuseppe
Pelli Bencivenni (1729-1808), mientras que el resto fue adquirido con
posterioridad por el escultor Emilio Santarelli (1801-1886) y donado en 1866 a
la institución florentina junto a un extraordinario legado que sumaba 12.704
diseños, en un gesto de generosidad sin precedentes. Ello permitió que
volvieran a confluir todos los dibujos que habían formado parte de un tronco
común, aunque ese proceso de re-contextualización evidenció las huellas del
tiempo transcurrido y marcó el devenir de su propia historia.
Para la exposición en la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando se han seleccionado ciento veintinueve
dibujos, que contemplan un amplio recorrido por los más representativos
artistas españoles de los siglos XVI al XVIII, desde los destacados herederos
de la maniera italiana como Alonso Berruguete, Gaspar Becerra o Luis de Vargas,
hasta los más prolíficos dibujantes del Siglo de Oro: José de Ribera, Alonso
Cano, Francisco de Herrera el Mozo, Antonio del Castillo, Vicente Carducho,
Juan Carreño, Francisco Rizi o Claudio Coello, para culminar con la obra de
Miguel Jacinto Meléndez, en quién se evidenció la impronta de los nuevos gustos
estéticos de Francia. La muestra supone, además, una ocasión única para conocer
un muy relevante número de dibujos completamente desconocidos hasta el momento
junto a otros que no habían sido objeto de exhibición en España, algunos de los
cuales fueron estudiados en 1972 por Alfonso E. Pérez Sánchez en la muestra Disegni Spagnoli celebrada en Florencia.
Fruto del trabajo de
investigación cuyos resultados se muestran en la exposición y el catalogo que
la acompaña, en el que se han invertido más de dos años, el profesor Benito
Navarrete ha desvelado más de setenta nuevas autorías que se encontraban mal
atribuidas entre el fondo de dibujos italianos, flamencos y alemanes de los
Uffizi, para lo que ha revisado más de 40.000 dibujos y la totalidad del
archivo fotográfico de la institución.
Entre los casos más singulares
está el descubrimiento entre los anónimos alemanes de uno de los dibujos más
importantes del valenciano Juan de Juanes para un cuadro perdido, el Cristo muerto sostenido por
ángeles, del que se conserva en el
Museo Nacional del Prado una copia hecha por Francisco Ribalta. También entre
los anónimos alemanes se localizó uno de los diseños más singulares del artista
bruselense que trabajó en Sevilla Pedro de Campaña, en directa relación con la Crucifixión del Museo del Louvre. Especial interés revierte la reconstrucción
de la personalidad gráfica del sevillano Luis de Vargas, perdido entre los
fondos atribuidos a Cristoforo Roncalli, así como el hallazgo de nuevas obras
que incrementan el catálogo del castellano Alonso de Berruguete, algunas de las
cuales se han encontrado entre los dibujos de Domenico Beccafumi, como laCircuncisión de Cristo o los dos ángeles que estaban atribuidos a Ludovico Carracci. El
caso de Francisco Pacheco, suegro y maestro de Velázquez, es muy singular pues
algunos de sus dibujos, como el retrato dePablo
de Céspedes, que sirvió para su famoso Libro de Retratos de ilustres y
memorables varones,
se ha localizado entre las obras de Barocci, y otros trabajos suyos estaban
asignados a Frans Floris.
Hay que señalar la importancia
del hallazgo de dibujos de artistas que trabajaron en Madrid y que estuvieron
relacionados con los pintores florentinos. El caso más significativo es el de
Vicente Carducho, del que ahora se dan a conocer dos nuevos dibujos: la Aparición de los ángeles
músicos a San Hugo de Lincoln, que se encontraba entre los atribuidos a Antonio da Pordenone y es una
de las obras más destacadas en papel azul, preparatoria para su gran lienzo de
la Cartuja de El Paular, y el diseño preparatorio para la pintura de Santa Inés del Museo del Prado, que ha sido localizado entre los de Pietro da
Cortona.
También de interés es el dibujo
de Cristo y el Cirineo del sevillano Francisco de Herrera el Mozo, hasta ahora entre los
atribuidos a Taddeo Zuccaro, siendo uno de los más característicos del artista,
quien trabajó en Italia y triunfó con su estilo en el Madrid barroco. Hay
sorpresas para el granadino Alonso Cano, algunos de cuyos dibujos se han
localizado en cartas que le fueron remitidas y donde aparece su nombre como destinatario,
como es la hoja en la que trazó un jinete de una notable modernidad.
Reseñables son
también los tres dibujos de Miguel Jacinto Meléndez que retratan a Felipe
V, mal ubicados entre los dibujos franceses o los atribuidos a Niccolo
Cassana, y que contribuyen notablemente no sólo a conocer mejor el estilo del
gran artista madrileño sino a evidenciar la evolución fisionómica del primer
Borbón español. Estos ejemplos, así como muchas otras obras de la exposición,
confirman la extraordinaria relevancia de la colección de los Uffizi para el
conocimiento del dibujo español.
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