Felizmente
las plazas de toros pronto serán mostradas por los guías a los turistas como
espacios donde antiguamente se celebraba una carnicería
Miguel Abellán, en la tradicional Corrida Goyesca. Juan
Carlos Hidalgo (EFE)
Puesto que Hemingway fue el más famoso publicista
ante el mundo de todos nuestros veranos sangrientos, empezando por el fraticida
de 1936 y terminando por los encierros de Pamplona, he aquí un acto realizado
por este personaje, que revela su verdadera actitud ante la fiesta taurina, más
allá de la faramalla literaria con que la exaltaba. Sucedió en 1959 durante la
última visita que realizó Hemingway a los sanfermines. A las cuatro de la
tarde, camino de la plaza de toros, la reata de las mulas del arrastre con
colleras de campanillos pasaba por delante de Casa Marceliano, situada en la
trasera del Ayuntamiento, donde el escritor estaba de sobremesa rodeado de
algunos aduladores igualmente borrachos. Al parecer Hemingway tuvo un rapto de
inspiración. De repente se plantó en mitad de la calzada con una Coca-Cola
familiar en la mano, mandó parar a la comitiva y vació a la fuerza el refresco
en la boca de una de las mulas en medio del fragor de las peñas que le reían la
gracia. El hecho de que un Hemingway ebrio de vino obligara a beber Coca-Cola a
una mula, que poco después debería arrastrar al desolladero a un toro
martirizado, es suficiente motivo para pensar que tanto esta fiesta sangrienta
como aquel escritor fanfarrón, degustador de toda clase de violencias, estaban
ambos dos ya fuera de tiempo. La decadencia de este rito bárbaro de acuchillar
reses bravas en público en medio del jolgorio es ya imparable. Felizmente las
plazas de toros pronto serán mostradas por los guías a los turistas como
espacios donde antiguamente se celebraba una carnicería, que algunos llamaban
cultura, cuando no era más que una mezcla sustancial de mugre, sangre, muerte,
señoritismo y caspa. Ya queda poco para que desaparezca del mapa esta fiesta y
las mulillas de arrastre se la lleven al desolladero de la historia.
http://elpais.com/elpais/2016/05/05/opinion/1462448845_201118.htmlria
con Hemingway a la cabeza.
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