Esta exposición da
a conocer un perfil poco difundido de José Lázaro Galdiano y
se centra en una etapa en la que su señorial residencia, denominada Parque
Florido en homenaje a su esposa Paula Florido, tuvo especial
protagonismo en la vida cultural y social madrileña. Dicho periodo coincide con
las dos primeras décadas del siglo xx cuando, además, se produjo un cambio de
rumbo en la trayectoria personal de Lázaro. Después de muchos años dedicados,
casi de forma exclusiva y con perseverancia ejemplar, a su labor de editor al
frente de La España Moderna, revista de gran predicamento a
finales del siglo xix y principios del xx, y a la publicación de monografías
que fueron viendo la luz en la editorial homónima, decidió orientar sus
preferencias hacia otras cultas aficiones como el estudio y la investigación y,
sobre todo, a la bibliofilia y al coleccionismo de obras de arte, que también
le proporcionarían grandes satisfacciones y reconocimiento.
Esta etapa coincidió con los años de madurez personal e
intelectual de José Lázaro y se verificó cuando, después de haber vivido en
otras residencias madrileñas —en la Cuesta de Santo Domingo o en la Calle de
Fomento—, encontró acomodo para sus colecciones y condiciones propicias para
una activa vida social en Parque
Florido, su mansión definitiva situada en la calle de
Serrano. Antes de trasladarse a Madrid, durante su estancia en Barcelona, daba
cuenta de lo que sucedía en los salones más célebres de la ciudad condal en las
páginas de La
Vanguardia, donde su nombre aparecía al final de las
crónicas. Años más tarde, José Lázaro se encontraba en la relación de
asistentes a recepciones, fiestas o banquetes o bien era el anfitrión.
La exposición
La muestra cuenta con
un preámbulo dedicado a las residencias
anteriores de
José Lázaro y Paula Florido. En el segundo apartado se recuerda su condición de viajero infatigable,
si bien limitándonos a la etapa en la que se centra la exposición, que
comprende desde que contrajo matrimonio en 1903 hasta que su residencia
desapareció de las crónicas de sociedad de la prensa madrileña, en 1916, cuando
falleció Rodolfo Gache, hijo menor de Paula Florido y de su tercer marido. El
capítulo central está dedicado a las visitas que acudían a la casa y a las fiestas celebradas
en Parque Florido,
aunque se hará memoria solo de algunas porque la presencia en la prensa fue
constante durante casi ocho años. Concluye la exposición señalando el rumbo que
tomó la trayectoria personal de Lázaro, cuando su nombre siguió apareciendo en
los periódicos pero en las páginas que trataban de temas artísticos, sobre
todo, ya fuese dando cuenta de sus conferencias o con motivo de su intervención en el
Congreso Internacional de Historia del Arte de 1921 en París.
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