Fotos: Outumuro. Texto: Coché Echarrren
Entablar un diálogo justo, delicado y provechoso con la naturaleza sólo
está al alcance de las sensibilidades más privilegiadas.
Y, en 1978, cuando Valentino Mercati comenzó a cultivar plantas
medicinales con los sistemas que hoy se consideran biológicos, demostró que
pertenecía a esa especia de visionarios capaces de adelantarse a su época. En
los setenta todas las respuestas se buscaban en la química y defender una
filosofía basada en la creencia de que la
naturaleza provee al hombre de aquello que necesita para su bienestar era
más bien cosa de los hippies que vivían en comunas. A pesar de los prejuicios, Aboca es en 2016 más que un laboratorio.
“Es un proyecto de vida, una visión del mundo y de la salud que se dedica al
estudio de la complejidad de las plantas y su acción sobre el organismo con
tecnología de última generación. Ya tiene 32 patentes y 68 líneas de productos
destinadas a mejorar la salud”, nos cuenta Mercati.
La sala de los morteros del Aboca Museum, en el Palazzo Bourbon del Monte,
está dedicada a esta herramienta imprescindible para el farmacéutico del siglo
XIX.
Las cosas han cambiado y los productos de Aboca pueden hoy encontrarse en
14 países. “Ahora el mundo científico comprende las ventajas que pueden aportar
las sustancias naturales y admite su capacidad para interactuar con nuestro
organismo respetando su funcionamiento”. Cuando se pasea por los campos de
Toscana y se respiran los aromas vegetales, cierta felicidad invade cada rincón
del cuerpo. Se comprende entonces que aquí haya surgido este amor por la
botánica.
Una de las láminas de época que pueden adquirirse en la tienda del museo,
donde también se venden piezas de cerámica y vidrio.
En Sansepolcro, un precioso pueblo toscano, muy cerca de Asís, fue donde se
fundó el laboratorio y también donde en 2002 abrió sus puertas el palazzo
Bourbon del Monte para albergar el Aboca Museum. Se trata de un proyecto
cultural que pretende recuperar y difundir el uso de las plantas medicinales.
Conservan más de 2.000 volúmenes datados entre los siglos XIV y XX: tratados de
botánica farmacéutica, alquimia y ciencias naturales, recetas médicas antiguas
y fichas botánicas. En sus salas pueden verse los armarios donde se conservan
florilegios y albarelos, matraces y morteros, algunas aún con un aroma
sorprendente, como la Estancia de las Plantas, donde los olores envuelven al
visitante. La visita se convierte en una experiencia única, cultural y
sensorial.
http://www.magazinefa.com/24-7/extractos-de-felicidad/
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