Una editorial vinculada a la escena neonazi publica una versión fiel al
libro original de Hitler
CARMEN VALERO
Cinco meses tardó la primera editorial alemana vinculada a la escena
neonazi en anunciar una reedición de Mein Kampf, después de que el
31 de diciembre pasado -al cumplirse 70 años de la muerte de Adolf Hitler- los derechos de
autorque custodiaba el "land" de Baviera desde la II
Guerra Mundial quedaran libre de fueros.
"Sabíamos que esto iba a ocurrir", lamenta el presidente del
Consejo Central de los Judíos en Alemania, Josef Schuster.
A diferencia de la
edición crítica lanzada en enero por el Instituto de Historia
Contemporánea de Múnich (IzF, por sus siglas en alemán), con precisiones
históricas y amparada en la libertad de investigación científica que ampara el
artículo V de la Constitución, esta edición de "Mi Lucha" es idéntica
a la original, "sin comentarios molestos de gente que quiere salvar el
mundo".
Cuesta 30 euros y ya está en el mercado. La editorial que la ha publicado,
con sede en Leipzig, la ofrece en su página web, un escaparate de títulos
seleccionados para el neonazi aficionado a la lectura que incluye,
naturalmente, "El judío internacional", del antisemita estadounidense Henry
Ford.
La Fiscalía bávara
no esperó a que se materializara la polémica del verano paraabrir
una investigación y determinar si en la reedición y distribución de Mein
Kampf pudiera haber comisión de delito. Pero fácil no lo tiene y
tampoco se lo pondrán fácil los proveedores de la "cultura" neonazi.
Detrás de la impresión de Mein Kampf, está la editorial
Der Schelm -propiedad de Adrian Preissinger- un viejo conocido de la Justicia.
Cuenta en esta empresa con la colaboración del Instituto Adelaide, asociación
de negacionistas del Holocausto con sede en Australia. El editor de Adelaide es Fredick
Toben y, como Preissinger, tiene a sus espaldas una condena de cárcel
por distribución de material racista e incitación al odio.
Según el catedrático de Derecho de la Universidad de Postdam, Christian
Bickenback, pese al perfil de los protagonistas, la batería jurídica al
alcance de la Justicia para impedir la reedición y distribución del Mein
Kampf, ya libre de derechos, es limitada y excluye un posible delito de
propaganda contra el orden establecido.
Hay precedente y se remonta a 1979, cuando el Tribunal Federal (BGH) dictó
contra la prohibición de vender Mein Kampf en anticuarios al
no ver lugar para aplicar el artículo 86 del Código Penal invocado. Dicho de
otro modo, Hitler escribió su manifiesto previo a la fundación
de la República Federal de Alemania en 1949 y en consecuencia, el objetivo e
intención de su propaganda no pudo ser el Estado alemán actual y su
Constitución.
Bickenback optaría por el artículo 130
del Código Penal, que castiga con penas de cárcel de entre tres y cinco años
por alteración de la paz social incitando deliberadamente el racismo, la
xenofobia, el antisemitismo o el antiparlamentarismo, es decir, todo lo que el
nacionalsocialismo propugna.
Pero si la Fiscalía establece el vínculo de intencionalidad con la
editorial Der Schelm, ésta sólo podrá actuar si la reproducción y distribución
del libro se hace en Alemania, lo que no parece que vaya a ser el caso.
"El libro se imprime en un país amigo", adelantó Pressinger sin
dar detalles. Tampoco reveló cuáles son los canales de distribución, aunque
todo indica que se hace desde el extranjero.
Recursos para dejar fuera de juego a la Fiscalía no le faltan. Mein
Kampf no está prohibido en muchos países del entorno, la compra desde
Alemania nunca estuvo penalizada y Preissinger se mueve bien en el submundo.
Preissinger, un viejo conocido
Obtuvo su primera condena por incitación al odio y la violencia con 27
años, en 1992. Tras cumplir sentencia se instaló en Eslovaquia, desde donde
labró una red de contactos en Italia, Hungría, Tailandia, Taiwán, Australia y
Escandinavia. Se convirtió en el interlocutor y productor de las bandas de rock
neonazis.
En uno de sus viajes a Alemania, fue detenido con más de 3.000 CDs y con
dinero recaudado con la venta de otros 46.000. El 7 de febrero de 2002 ingresó
en prisión con una condena de tres años. Salió para volver a lo mismo. En
2012 y ya como propietario de Der Schlem participó en una campaña de ayuda a
neonazis presos lanzada por una asociación domiciliada en Estocolmo, con apoyo
por organizaciones prohibidas en Alemania, como "Comunidad de Ayuda a los
Presos Nacionales" (HNG).
Aportó el 40 por ciento de sus ventas del bestseller de
Ford, lo que afianzó su reputación en el medio y apuntaló su negocio. La
editorial Der Schelm (El Mercader) vende la edición alemana de "El judío
internacional" a 30 euros. La versión original, en inglés, de este libro
cuesta en Amazon 6,24 euros.
También con Mein Kampf espera hacer negocio y emular el
éxito de ventas de la edición crítica del IzF de Múnich, que llegó incluso a
encabezar la lista de ventas. "No puedo quejarme. Los pedidos de van muy
bien", declara el mercader de Leipzig.
http://www.elmundo.es/internacional/2016/08/08/576810d3e5fdea73018b45a7.html
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