El coro
infantil más famoso del mundo inicia hoy en Madrid, en el ciclo Ibermúsica, una
gira por España
El Palais Augarten de los Niños Cantores
de Viena tiene algo
del colegio Hogwarts. Lo señala Tina
Breckwoldt en su libro Wiener Sängerknaben. En este chateaubarroco vienés hay cuatro coros, como cuatro
son las casas del mundo académico ideado por J. K. Rowling. Sus nombres proceden
también de ilustres antecesores. La rivalidad entre coros se dirime en una
liguilla deportiva, aunque de fútbol. Y el equivalente al maestro Albus
Dumbledore se llama Gerald Wirth, director artístico y, desde 2013, presidente
del coro infantil más famoso del mundo. Lo vimos por televisión en el último
Concierto de Año Nuevo bajo la dirección de Mariss Jansons. Y lo podremos ver
en directo en una gira de Ibermúsica que arranca hoy, miércoles, en el
Auditorio Nacional. Desvelamos las particularidades de estos pequeños cantores
y también un poco de su magia.
“Los Niños Cantores de Viena es un coro infantil con una gran
tradición e historia, pero es ante todo una institución educativa”, recalca
Wirth mientras recibe a EL PAÍS en su espacioso despacho rococó. Aclara su
origen, que se remonta a 1498, cuando fue establecido un grupo de seis niños
dentro del coro imperial de Maximiliano I. Durante los siglos siguientes
cantaron aquí Haydn o Schubert o colaboraron con Mozart y Bruckner; de ellos
han tomado su nombre los cuatro coros actuales. Breckwoldt, que actuó como
lujosa cicerone durante la visita, comenta que todo desapareció en 1918 con la
caída del Imperio austrohúngaro, pero renació en 1924 y, dos años después,
empezaron las actuaciones fuera de la capilla imperial. Su primera gira por
España la realizaron en 1929.
La institución consta de una escuela
general mixta para varias edades, donde existe además formación de canto coral.
A ello se suma el internado para más de 100 niños de entre 10 y 14 años con los
integrantes del famoso coro infantil. Su estructura se divide en cuatro grupos
de entre 22 y 26 niños que están de tournée una parte del año. “Normalmente,
mantenemos dos grupos de gira y dos en Viena. Ahora mismo, por ejemplo, tenemos
un coro en China y otro por Europa, que ahora está por España. Y dos aquí que
participan en los conciertos cada viernes en nuestro auditorio, en las misas
dominicales del palacio imperial o en colaboraciones con la Ópera Estatal o la Filarmónica de Viena”, informa Wirth. La
selección de los niños se guía por criterios vocales y no tanto académicos.
“Somos una institución sin ánimo de lucro, completamente autosuficiente, que
cubre más del 70% de su coste con los trescientos conciertos al año de los
cuatro coros tanto en Viena como en el resto del mundo”.
Aparece entonces uno de los niños cantores, un mexicano de 13 años llamado Iván. Forma parte del coro Mozart y viene para una clase especial. “Estudié hasta los nueve años en el Conservatorio Nacional, destaqué cantando y me propusieron presentarme a las pruebas en Viena”, explica. Vino con su madre, pues no le resultaba fácil separarse del entorno familiar. Entre los niños no hay españoles, pero suman más de una veintena de nacionalidades. Diariamente tienen clases por la mañana y por la tarde en la escuela, y además dos horas de ensayos y formación coral.
Iván tiene clara su recompensa: “He dado muchos conciertos en varios países del mundo y cantado en salas emblemáticas como el Carnegie Hall de Nueva York”. Podemos verle trabajar en clase con Wirth la arietta Voi che sapete, de Las bodas de Fígaro, de Mozart. Y enseguida comprendemos el secreto del sonido de este coro. Cada niño se entrena como solista para convertir su cuerpo en un instrumento. El resultado es un canto vibrante y operístico muy diferente del de coros infantiles ingleses o franceses. Un sonido lírico y transparente que ha inspirado a compositores como Benjamin Britten (el vodevil The Golden Vanity) y a directores como Nikolaus Harnoncourt (su concepción de las voces agudas en Bach).
Pudimos comprobar ese sonido en dos actuaciones en directo. El pasado viernes, por la tarde, en MuTh, la moderna sala de conciertos de los Niños Cantores ubicada cerca del Augarten. El coro Mozart ofreció un variado recital junto a la Camerata Schulz con obras desde el Renacimiento hasta el siglo XX. Y el domingo, en la capilla del palacio imperial, los niños cantores se unieron a integrantes del coro de la Ópera Estatal y a la Filarmónica de Viena en la Misa de la coronación, de Albrechtsberger, bajo la dirección del actual maestro de la capilla imperial vienesa, Erwin Ortner.
Aparece entonces uno de los niños cantores, un mexicano de 13 años llamado Iván. Forma parte del coro Mozart y viene para una clase especial. “Estudié hasta los nueve años en el Conservatorio Nacional, destaqué cantando y me propusieron presentarme a las pruebas en Viena”, explica. Vino con su madre, pues no le resultaba fácil separarse del entorno familiar. Entre los niños no hay españoles, pero suman más de una veintena de nacionalidades. Diariamente tienen clases por la mañana y por la tarde en la escuela, y además dos horas de ensayos y formación coral.
Iván tiene clara su recompensa: “He dado muchos conciertos en varios países del mundo y cantado en salas emblemáticas como el Carnegie Hall de Nueva York”. Podemos verle trabajar en clase con Wirth la arietta Voi che sapete, de Las bodas de Fígaro, de Mozart. Y enseguida comprendemos el secreto del sonido de este coro. Cada niño se entrena como solista para convertir su cuerpo en un instrumento. El resultado es un canto vibrante y operístico muy diferente del de coros infantiles ingleses o franceses. Un sonido lírico y transparente que ha inspirado a compositores como Benjamin Britten (el vodevil The Golden Vanity) y a directores como Nikolaus Harnoncourt (su concepción de las voces agudas en Bach).
Pudimos comprobar ese sonido en dos actuaciones en directo. El pasado viernes, por la tarde, en MuTh, la moderna sala de conciertos de los Niños Cantores ubicada cerca del Augarten. El coro Mozart ofreció un variado recital junto a la Camerata Schulz con obras desde el Renacimiento hasta el siglo XX. Y el domingo, en la capilla del palacio imperial, los niños cantores se unieron a integrantes del coro de la Ópera Estatal y a la Filarmónica de Viena en la Misa de la coronación, de Albrechtsberger, bajo la dirección del actual maestro de la capilla imperial vienesa, Erwin Ortner.
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/09/27/actualidad/1474991597_855785.html
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