Fotografía de Marco Di
Bacco
En 1967 la prohibición en
Argentina de la ópera Bomarzo, tachada de inmoral, supuso el espaldarazo
definitivo para la ya exitosa obra homónima de Mujica Láinez. En 2017,
cincuenta años después, con motivo del estreno en el Teatro Real de Madrid de
la ópera de Ginastera (1916-1983), la Biblioteca Nacional de España organiza
esta muestra.
Publicada en 1962, la
novela reconstruye la vida y obra de un noble italiano, Pier Francesco Orsini
(1523-1584), más conocido como Vicino, quien ha pasado a la posteridad fundamentalmente
por el enigmático jardín que hizo construir entre 1552 y 1580 en su feudo de
Bomarzo: el Parque de los Monstruos (il boschetto). Poco se sabe del misterioso
duque y menos aún del significado oculto de su bosque sagrado; sin embargo,
ninguna fuente histórica retrata, como la novela, a un condottiero inmortal y
contrahecho que se resarce de su deformidad física y moral erigiendo un parque
sembrado de monstruos que perpetuaría su memoria.
En la realidad, a la muerte
de Vicino Orsini, el bosque se sumió en un olvido centenario del que solo lo
rescatarían Dalí y los surrealistas, pero, sobre todo, la novela de Mujica Lainez, que lo hizo
mundialmente famoso.
La fecha de nacimiento de
Vicino Orsini no se conocía en las de redacción de la novela, lo que explicaría
algunos de sus anacronismos, no siempre intencionados. Sin embargo, el autor
realizó un exhaustivo trabajo de documentación, gracias al cual el lector se
traslada a la Italia del Cinquecento. Esta exposición propone una relectura de
Bomarzo que, a la luz de las fuentes gráficas y literarias, evidencia los
contrastes y semejanzas entre realidad histórica y ficción literaria.
Dibujos, grabados y
ediciones del Quinientos se despliegan
en la Sala Mínima ayudando al visitante a identificar a los protagonistas
y secundarios de la novela: las nobles y poderosas familias cuyas rivalidades y
alianzas sacuden la península italiana (los Colonna, los Farnesio, los Médici
y, sobre todo los Orsini); los papas; los artistas (Benvenuto Cellini, Tiziano,
Vasari, Miguel Ángel, etc.); los poetas e historiadores que cantaron la gloria
de la familia Orsini (Betussi, Francesco Sansovino, Fulvio Orsini); la ciencia
y la alquimia del momento contrapuestas en Fracastoro y Palingenio o Paracelso;
las lecturas en boga en la época, algunas de las cuales pudieron servir de
inspiración al parque: el disoluto Pietro Aretino, la Hypnerotomachia
Poliphili, el Orlando Furioso, la poesía de Garcilaso de la Vega; los hechos
históricos capitales que vertebran la obra (el saco de Roma, la coronación de
Carlos V en Bolonia, la batalla de Lepanto, etc.)... Y, de fondo, la vigilante
presencia de los dioses etruscos que no han dejado de habitar aquel territorio
rico en hallazgos y restos arqueológicos, como las ciclópeas figuras toscamente
labradas en roca de peperino que pueblan el parque y son su seña de identidad
respecto a otros jardines manieristas del Lacio, como los de Villa Lante en
Bagnaia, Villa Farnesio en Caprarola o Villa d’Este en Tívoli.
Textos y selección de obra
por Gema Hernández Carralón.
En colaboración con el
Teatro Real
http://www.bne.es/es/Actividades/Exposiciones/Exposiciones/Exposiciones2017/Bomarzo-donde-los-monstruos-no-mueren.html
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