La Seine Musicale, en
París. LAURENT_BLOSSIER
El honor del estreno recayó
en Bob Dylan. Arrancó con Things Have Changed, oda a un cambio no
necesariamente agradable, pero encajado con deportividad, seguida de una
versión, irreconocible como se debe, de Don't Think Twice, It's All right.El
premio Nobel de Literatura inauguró anoche la Seine Musicale, nuevo símbolo
arquitectónico de París y complejo cultural con doble escenario, pensado para
albergar cualquier espectáculo musical.
El edificio, obra del
japonés Shigeru Ban y del francés Jean de Gastines, se erige sobre la isla de
Seguin, enclave de pasado industrial situado en la zona oeste de la capital
francesa. Este proyecto arquitectónico de 35.000 metros cuadrados acoge una
sala con capacidad para hasta 6.000 personas, la que ayer estrenó Dylan, además
de un auditorio con mil asientos, un estudio de grabación, un paseo comercial y
un gran jardín colgante. En total, su coste se eleva a 170 millones de euros,
aportados por una alianza entre la iniciativa pública y la privada
La gran sala, de carácter neutro
y polivalente, permitirá acoger desde conciertos de rock hasta comedias
musicales. El auditorio constituye, según su arquitecto, “la joya del
conjunto”. Acogerá conciertos de música clásica y acústica, y aportará un plus
de intimidad gracias a los materiales utilizados: un millar de hexágonos de
madera recubren el techo, mientras que un espectacular mosaico de color
esmeralda envuelve el exterior, en forma de caparazón circular. Casi no hay
fronteras entre interior y exterior, y predominan las puertas corredizas y
levadizas, de inspiración japonesa. “Queremos que sea un lugar vivo. No solo
debe acoger conciertos, sino también provocar encuentros”, afirma De Gastines,
que anoche se encontraba entre el público.
Su programa será ecléctico.
Esta filarmónica oficiosa será la sede de la orquesta que dirige Laurence
Equilbey y del coro de niños de la Ópera de París. También programará varios
musicales al año, además de todo tipo de conciertos. “Será una caja de música
abierta a todos los estilos, del barroco al rock”, afirma su director
artístico, Jean-Luc Choplin, procedente del Teatro del Châtelet de París.
Admite que le hubiera costado imaginar un mejor comienzo. Mientras aporreaba el
piano sin mediar palabra con el público, Dylan empezó a entonar un escalofriante
Stormy Weather, el estándar de Ethel Waters. Tiempo de tormenta, igual que el
que vivía ayer el país, un día después de un nuevo atentado. Y a pocas horas de
unas elecciones que pueden cambiar el curso de Europa. Durante casi dos horas,
Dylan ofreció un refugio cálido y seco.
http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/21/actualidad/1492797076_777740.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario