Con especial interés espera
el público desde hace meses el montaje conjunto
de ‘Enseñanza libre’, compuesta por Gerónimo Giménez y estrenada en el
Teatro Eslava de Madrid en 1901, y ‘La gatita blanca’, creada por Giménez y
Amadeo Vives, y presentada en el Teatro Cómico de la capital en 1905. El Teatro
de la Zarzuela albergará ambas joyas del género chico durante 17 funciones, del
6 al 28 de mayo, en un espectáculo concebido como una propuesta única e
indivisible. Son muchos los alicientes, y entre ellos destaca, sin lugar a
dudas, el vuelco escénico y estético que esta versión libre de Enrique Viana,
quien también firma la dirección de escena, le da al propio espacio del Teatro.
Las seiscientas butacas del
patio han sido desmontadas y en su lugar se ha instalado el escenario: una gran
circunferencia con suelo de espejo, que, entre otros muchos efectos
sorprendentes, incluso llega a convertir a la majestuosa lámpara en una
protagonista más de la obra. ¿Y dónde ha ido entonces a parar el público? Pues
además de los palcos de los diferentes pisos, el respetable ocupa nada menos
que el escenario verdadero del Teatro. Para ello, en ese sagrado lugar donde
han actuado García Lorca o María Callas, se han instalado unas gradas que albergarán
a más de 200 personas.
El maestro Manuel Coves
será el encargado de la dirección musical de este, en palabras del propio
Viana, “despropósito cómico lirico en un acto”. Estará al frente del Coro
Titular del Teatro de la Zarzuela y de la Orquesta de la Comunidad de Madrid
(Titular del Teatro), que ocupará un foso nada convencional situado en la zona
de la sala donde precisamente está la puerta principal de acceso de público.
El reparto es coral y está
integrado por grandes talentos de la canción, de la actuación y de ambas a un
tiempo como son la mezzosoprano Cristina Faus, la cantante Roko, la actriz
Gurutze Beitia, la mezzosoprano María José Suárez, el tenor y actor Ángel Ruiz,
el barítono Axier Sánchez, el actor José Luis Martínez y los actores y
cantantes Iñaki Maruri y Mitxel Santamarina. Un cuerpo de 20 bailarines
completa el elenco.
Una “locura” escénica
Para esta “locura”
escénica, la producción cuenta además con escenografía de Daniel Bianco -en el
que es su primer trabajo artístico que firma para el coliseo desde que se hizo
cargo de su dirección-, vestuario de Pepe Corzo, iluminación de Albert Faura y
coreografía de Nuria Castejón.
Enrique Viana explica el
porqué de su versión, en la que, naturalmente, se mantienen al completo todos y
cada uno de los números musicales, pero cuya historia (“una sola, y no un
programa doble”) es radicalmente diferente: “Ambas (las originales) están
salpicadas de chistes incomprensibles para el público de hoy y algunos pueden
ofender particularmente al femenino”.
Por esta razón, el autor
consideró que “tanto la trama como el texto había que cambiarlos de raíz”, y
para ello destinó ’Enseñanza libre’ al servicio de ‘La Gatita blanca’ y
reescribió la primera completamente dejando de la segunda la trama y los
personajes con algunas escenas del original que juzgó “simpáticas e
inofensivas”. “De resultas de estas consideraciones quedó esta pieza larga que
respeta cada nota de Giménez y cada letra de sus cantables”, explica Viana.
Cantables escritos por los libretistas Guillermo Perrín, Miguel de Palacios,
José Jackson Veyán y Jacinto Capella.
Todo está listo para este
“despropósito cómico lirico en un acto” rebautizado: “‘Enseñanza libre y La
gatita blanca’, o ‘Venga usté a pasar la tarde’”, con el que el Teatro de la
Zarzuela se reinventa.
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