PROGRAMA
Johann Sebastian Bach (1685–1750)
Selección de El clave bien temperado, libro II (1738-42),
(selección)
Preludio y Fuga n.º 1 en do mayor. BWV 870
Preludio y Fuga n.º 17 en la bemol mayor. BWV 886
Preludio y Fuga n.º 8 en re sostenido menor. BWV 877
Preludio y Fuga n.º 11 en fa mayor. BWV 880
Preludio y Fuga n.º 22 en si bemol menor. BWV 891
Preludio y Fuga n.º 7 en mi bemol mayor. BWV 876
Preludio y Fuga n.º 16, en sol menor BWV 885
Preludio y Fuga n.º 9, en mi mayor BWV 878
Preludio y Fuga n.º 18 en sol sostenido menor. BWV 887
Piotr Anderszewski está considerado uno de los músicos más destacados de su generación. Aparece regularmente en recitales en salas de conciertos como Wiener Konzerthaus, Berlin Philharmonie, Wigmore Hall, Carnegie Hall, Théâtre des Champs-Élysées y el Concertgebouw Amsterdam.
Sus colaboraciones con la orquesta han incluido apariciones con las formaciones Berlin Philharmonic y Berlin Staatskapelle, la London Symphony y Philharmonia y la NHK Symphony. También ha puesto especial énfasis en la interpretación y la dirección, trabajando con instituciones como la Scottish Chamber Orchestra, Chamber Orchestra of Europe y Camerata Salzburg. En la temporada 2020-21 se podrá escuchar a Anderszewski en recitales en la Filarmónica de Berlín, la Zürich Tonhalle, la Elbphilharmonie de Hamburgo, el Lincoln Center de Nueva York y el Barbican Center de Londres, entre otras salas.
Su programación
contará con una selección especialmente cuidada del Segundo libro de El clave
bien temperado de Bach, que también será el tema de su próxima grabación para
su lanzamiento en el 2021. Sus compromisos orquestales incluirán apariciones
con la Orquesta dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia, la Orquesta
Sinfónica de Bamberg y la Sinfónica de Viena.
Reconocido por la intensidad y originalidad de sus interpretaciones, Piotr Anderszewski ha recibido el premio Gilmore, el premio Szymanowski y un premio de la Royal Philharmonic Society. También ha sido objeto de varios documentales del cineasta Bruno Monsaingeon. Piotr Anderszewski interpreta a Diabelli Variations (2001) explora la relación particular de Anderszewski con la obra icónica de Beethoven. Unquiet Traveller (2008) es un retrato artístico inusual que captura las reflexiones de Anderszewski sobre la música, la interpretación y sus raíces polaco-húngaras. En 2016, Anderszewski se puso detrás de la cámara para explorar su relación con su Varsovia natal, creando una película titulada Je m’appelle Varsovie.
El RECITAL DEL 28 DE FEBREROA propósito de la obra de Bach, declaró en una ocasión
Anderszewski, …"la polifonía en Bach, es algo peculiar. Algo que te
desarrolla de una forma pura, física, la mano. Que nos divide las dos manos
constantemente. Ya no solo dos, sino muchas. Bach es esto".
Recoleta, catedralicia e intimista lectura de un Bach, donde se
utiliza el pedal para favorecer el legato y donde no faltan ciertos perfumes
del siglo XIX, casi románticos, en una narrativa que se acerca mucho a la
introspección, donde se revela con diafanidad la relación con su instrumento,
la obra y además consigo mismo. Hay ligeros rubatto, trinos leves y licencias
que persiguen la creación de atmósferas casi debussyanas, de épocas
posteriores.
Anderszewski es pudoroso, se reconcentra en su hábito gris, sonríe,
saluda y explica, en otra entrevista realizada en Francia, que le horroriza la
ópera italiana, "donde alguien abre la boca y grita". Lo suyo es la
expansión del sentimiento pero controlado. Su sonoridad comienza a parecer una
gran bruma interior que fluye desde el teclado, donde no abundan los
staccato, ni los picados excesivos, ni la sequedad con que otras escuelas,
seguramente más ortodoxas, han declinado la gran construcción faraónica que ha
dado para el siglo XVIII su monumental, contrapuntística y desarrollada
concepción de la música, los instrumentos que se abren a una gran variedad de
búsquedas sonoras.
Como explicaba en su cita de arriba, tiene dos manos excelentes,
que declinan en ocasiones un discurso complementario pero diferente, que
se aprecia por separado y se funde un un conjunto bien empastado. Y atiende los
matices, les "nuances" de cada párrafo musical, de cada preludio y
fuga. Fue otro Preludio, el nº 12 en fa menor, como un "encore",
el que clausuró la velada, premiada con vítores y aplausos por parte de una
audiencia muy cómplice, que lo conoce y lo sigue.
El pianista polaco, es otra de las posibilidades que nos viene regalando en España el activísimo culturalmente hablando Instituto Polaco, encuadrado en los pilares de una sede diplomática, donde la Embajadora, la Exma Marzenna Adamcyk, apoya incansable y con mucha energía, el descubrimiento de Polonia, su país, en España y Europa.
Este será un excelente año profesional para un pianista de
alrededor de cincuenta años que se muestra y se deja escuchar en salas con
mesura, porque no toda la relación con su instrumento y sus compositores, donde
tienen un lugar predominante Diabelli o Chopin, por ejemplo, se externaliza o
se comparte.
Madrid se ha arriesgado durante estos meses de pandemia a mantener
abiertos sus teatros y salas de concierto, con las precauciones sanitarias
obligadas y debe agradecerse el esfuerzo de las instituciones, los artistas y
el público, que se han volcado en un proyecto común para que estas
circunstancias sanitarias, muy largas y desestructurantes ya, no sofocaran
definitivamente la cultura.
Alicia Perris
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