Fechas y Horarios
Jueves, 29 de abril de 2021
20:00 horas
Ficha Artística
- MIQUEL ORTEGA
- Dirección musical
- SONYA YONCHEVA
- Soprano
- Con la colaboración especial de
- ALEJANDRO DEL CERRO
- ORQUESTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID
- CORO TITULAR DEL TEATRO DE LA ZARZUELA
LUISA FERNANDA 2/2021 La Zarzuela
Música de Federico Moreno Torroba, Libreto de Federico Romero y
Guillermo Fernández-Shaw. Estrenada en el Teatro Calderón de Madrid, el 26 de
marzo de 1932. Nueva producción del Teatro de la Zarzuela. Edición crítica de
Federico Moreno-Torroba Larregla. © SGAE Editorial / ICCMU, 2011. Teatro de La
zarzuela, 10 de febrero, 2021
“Luisa Fernanda es “la
última gran zarzuela romántica y debe mucho a las obras maestras de la zarzuela
grande y del género chico que la precedieron.” Maestro Karel Mark Chichon
Ficha Artística
Dirección musical, Karel Mark Chichon
Dirección de escena, Davide Livermore
Escenografía, Giò Forma. Vestuario, Mariana Fracasso. Iluminación,
Antonio Castro
Coreografía, Nuria Castejón. Diseño audiovisual, Pedro Chamizo
Reparto
Luisa Fernanda, YOLANDA AUYANET
Vidal Hernando, JUAN JESÚS RODRÍGUEZ
Carolina, ROCÍO IGNACIO
Javier Moreno, JORGE DE LEÓN
Doña Mariana, MARÍA JOSÉ SUÁREZ
Rosita, NURIA GARCÍA-ARRÉS
Don Florito, EMILIO SÁNCHEZ
Luis Nogales, ANTONIO TORRES
Aníbal, DIDIER OTAOLA
Jeromo, RAFAEL DELGADO
Bizco Porras, CÉSAR DIÉGUEZ.
Orquesta de la Comunidad de Madrid Titular del Teatro de La
Zarzuela y Coro Titular del Teatro de La Zarzuela, Director, Antonio Fauró.
Además, los actores Rafael Delgado, César Diéguez y Julia Barbosa.
Los integrantes del Coro Titular del Teatro, Román Fernández-Cañadas, Francisco
José Pardo, Graciela Moncloa, Daniel Huerta, Rodrigo Álvarez, Ricardo Rubio,
Antonio González y Quique Bustos. También 4 figurantes y 12 bailarines.
Luisa Fernanda es una zarzuela, comedia lírica en tres actos, de
Federico Moreno Torroba y libreto de Federico Romero Sarachaga y Guillermo
Fernández-Shaw Iturralde, la cuarta composición de Torroba y su primer gran
éxito. Esta obra comienza
en la ciudad de Madrid, durante el reinado de Isabel II, en los momentos
previos a la revolución de 1868, y acaba en una casa extremeña tras el
destronamiento de Isabel II con La Gloriosa.
Como la Historia es realmente la partera de todas las cosas, un
rápido vistazo al siglo XIX español: comienza con la invasión Napoleónica, la
farsa de Bayona, el corto reinado de José Bonaparte en la Península, la derrota
francesa que los españoles no supieron aprovechar posteriormente en el Congreso
de Viena, nuevo reparto de la Europa postrevolucionaria. Fernando VII
reconstituido como rey de España, a pesar de que no cumplió ninguno de los
compromisos para “reincorporarse al puesto” hereditario.
Su hija, Isabel II, casada con un primo inadecuado pero de la
familia, destrozó el ejército local, a la manera tal vez de Catalina la Grande,
por su propensión a la acumulación de amantes y relevos, pero con menos vista,
desestructuró el país y fue expulsada al exilio. Demasiado frecuentes y
ominosos los pronunciamientos y golpes de estado, que tan bien casarían con
posterioridad como paradigma en los ejércitos de las antiguas colonias
americanas hasta hoy. Su hijo Alfonso XII retomará el poder, el turnismo a la
británica modelo Cánovas del castillo, a lo que hay que incorporar la efímera
primera República.
El siglo XX verá el reinado de Alfonso XIII, su exilio, la II
república cegada por la Guerra Civil y los 40 años de la dictadura franquista.
Transición, varios gobiernos y hasta hoy, donde el país de Luisa Fernanda sigue
busculando aquí y allá en busca de un puerto seguro donde diseñar una forma
política nueva de estar en Europa y en el mundo.
Con estos mimbres, se ideaban las partituras de época, empapadas en
los acontecimientos sociales, políticos y constitucionales o castrenses, que
dejaban de tener importancia en un género como la zarzuela, que supeditaba,
como era lógico, las grandes líneas históricas a las emociones, los afectos y
las desventuras de todo tipo de los personajes novelescos.
David Livermore, responsable de lo
que ocurre en el palcoscenico, apreciado más por unos públicos y otras críticas
que por otras, tiene sin embargo, relevancia. Fue varias temporadas como
gerente del Palau de les Arts en Valencia e inauguró las dos últimas temporadas
de La Scala de Milán.
El Maestro gibraltareño Karel Mark Chichon, forjado en cientos de conciertos y veladas, es el director musical del primer elenco y dirige la mayoría de las funciones, alternando la batuta en tres de las representaciones con el Maestro David Gómez Ramírez. Fue una defensa segura del Teatro de La Zarzuela cuando desde el Teatro Real algunos interesados propusieron la fusión entre ambas instituciones. En cuanto a su interpretación y su comprensión de la partitura y sus climas, parecería “uno de los nuestros”. Buena y cosmopolita elección la de ambos destacados maestros.
Así, con Luisa Fernanda vuelve al Teatro de la Zarzuela un clásico
de los escenarios líricos españoles y americanos, con el regista italiano
Davide Livermore, desplegando color, texturas, gracia y optimismo en una
concepción del teatro y del género español que desprende una visión muy
particular, contestada por algunos a la hora de los aplausos del estreno.
El escenario, pues, se concibe como un espacio arquitectónico
reconocible de Madrid, “un mundo figurativo o desfigurado que evoluciona en 360
grados ante nuestros propios ojos…”, como explica el propio Livermore, que
utiliza a discreción técnicas y recursos del lenguaje cinematográfico
inspirados en obras del séptimo arte.
Preciosa la inclusión de la danza, con buenos y sensibles
bailarines, que lo dan todo, con una iluminación, coreografía y vestuario
relucientes y burbujeantes. Las sombrillas que se abren y se cierran son una
oportunidad de elevarnos musical y espiritualmente, buscando una línea de fuga
que nos permita soñar y evadirnos un poco en estos tiempos interminables de
pandemia. Es una geografía completamente solar, a diferencia de la moda que
desde hace décadas, vienen arrastrando algunos creadores escénicos de feísmo,
grisura, pobreza (que no tiene nada que ver con el teatro “povero” de antaño) y
sobre todo, falta de imaginación, chatura y ausencia avara de inversiones claras en
decorados, vestuarios o, incluso, elencos. Intentando hacer pasar lo barato,
por inspirado.
Los dos casts que se encarnan en esta nueva y esperada presentación
de Luisa Fernanda están integrados por cantantes especialmente diestros,
enérgicos, eficaces, exigentes, intensos y equilibrados. El estreno debió tener
lugar el 30 de abril de 2020, pero tuvo que posponerse a causa de la pandemia y
el consiguiente confinamiento.
Luisa Fernanda fue interpretada por la soprano Yolanda Auyanet, artista llena de posibilidades que sabe desplegar a la perfección, cumpliendo lo que se conoce de ella una vez más. Bonita línea de canto, expresiva, notable actriz. Actuará en Norma próximamente en el Teatro Real.
La protagonista es la hija de un funcionario jubilado que guarda
ausencia a Javier Moreno. Moreno es ese joven militar, antiguo mozo de posada y
ahora ascendido a coronel. Por otra parte, está Vidal Hernando, un rico
hacendado extremeño que se disputa el amor de Luisa Fernanda con Javier. Le
dará vida en la función que se reseña el barítono Juan Jesús Rodríguez (Vidal por excelencia). Hermosa voz, seductora
y varonil presencia escénica. La duquesa Carolina, una joven hermosa y
persuasiva, defendida por la soprano Rocío
Ignacio, atractiva vocalmente y con facilidad teatral, encaja bien con sus
compañeros de reparto y permite que todo fluya elásticamente. Y el papel de
Javier Moreno, que desde que ascendió de rango tiene descuidada a su novia
Luisa, lo asumirá el tenor Jorge de León,
habitual y reconocido cantante que despliega su potencia a menudo en Madrid y
en otras salas importantes de la escena lírica internacional.
Last but not least, entre los protagonistas, María José Suárez, que está siempre a la altura y sale airosa de lo
que se proponga. Muy adecuada su prestación. El coro dirigido por el maestro Antonio Fauró, no merece que por su
excelente hacer y discreción, sufra a menudo un segundo plano de valoración,
porque es fundamental.
No hay que olvidar tampoco la labor de apoyo que permite redondear
la creación global de Luisa Fernanda, de los cantantes Nuria García, como Rosita, Emilio
Sánchez en Don Fiorito, Antonio
Torres, como Luis Nogales. El Aníbal de Didier Otaola y César
Diéguez en el papel del Bizco Porras. Y otrosí, Rafael Delgado, como Jeromo.
El romance de los enamorados Luisa Fernanda y Javier, se combina
con la vida de los espectadores de una sala de cine –a modo de plaza, de lugar
de encuentro y de vida– (¡ah!, ¡el Agora!) en la República “y aquel salón
modernista no es otro que el Cine Doré, entonces uno de los más conocidos de Madrid
y en la actualidad el cine en activo más antiguo de España”, como dice el
lujoso y extenso programa de mano, un cuasi-libro.
El público del Teatro de la Zarzuela, está a menudo compuesto por amigos
o fieles habituales y conocedores de la programación que el coliseo de la calle
Jovellanos, variado, rico, arriesgado a veces, ofrece a una audiencia bendecida
en estos momentos, con la posibilidad de asistir a una sala de conciertos y
gozar de la cultura. Así lo explicó- en off- el director artístico, Daniel
Bianco, acompañando como suele con generosidad y atención, los proyectos de su
Casa.
Hubo aplausos para casi todos, para unos, más que para otros. Así es la vida...
Alicia Perris
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